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Barah Mikaïl: "Irán es el que más gana con el acuerdo "

Este analista internacional, experto en Oriente Medio, cree que, aunque hay que ser prudentes, los iraníes cumplirán los términos del pacto alcanzado en Viena porque nada les obliga a renunciar a sus objetivos políticos, militares y estratégicos en la región.

Barah Mikaïl en una imagen de archivo.

JORGE OTERO

MADRID. — "Prudencia y optimismo moderado". Así valora Barah Mikaïl, investigador senior de FRIDE, uno de los think tank sobre relaciones internacionales más importantes de Europa, el acuerdo sobre el programa nuclear iraní suscrito este martes en Viena entre Irán y las grandes potencias del 5+1. Como experto en el asunto y un gran conocedor de la realidad iraní, Mikaïl espera a conocer más detalles del acuerdo y, sobre todo, a que pase un tiempo prudencial —"entre 12 y 18 meses"— para ver en qué medida se asienta ese grado de confianza que han suscrito hoy Irán y los países occidentales. 

En cualquier caso, el investigador de FRIDE está casi convencido de que Irán va a cumplir los términos del pacto, porque es "el ganador de este acuerdo" y le interesa. "Las negociaciones han sido duras, pero no hay que olvidar que este es un acuerdo de carácter técnico. Irán lo tiene muy claro: considera que tiene que cumplir estrictamente los términos de este acuerdo, sin pedirle más, sin que tenga que renunciar a sus objetivos políticos, militares y estratégicos en la región".

Cree Mikaïl que no hay que echar las campanas al vuelo porque es "imposible" separar la cuestión más técnica de la influencia de Irán en la región de Oriente Medio o de su actitud e intereses en países como Irak y Siria. Hay, además, otra razón de peso para ser prudentes: "El levantamiento del embargo y de las sanciones beneficia los intereses económicos de Irán, le da un importante respiro a su economía. Con el final de las sanciones Irán va a tener más poder financiero y militar y el reto es cómo hacer que Irán se adapte a la visión occidental de la situación en la región. Aunque, eso lo veo muy difícil".

Si Irán gana, ¿quién pierde? Barah Mikaïl cree que quien más tiene que perder es Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, porque es quien ha tomado más riesgos y menos apoyos ha tenido dentro de su país: "Los Republicanos no se han comprometido a mantener el acuerdo si llegan a la Casa Blanca en dos años. Si algo se tuerce a quien van a pedir cuentas es a Obama y al partido Demócrata", explica el investigador del FRIDE.

"Además, Obama afronta un riesgo adicional: si Irán persiste en sus políticas de afirmación regional, las relaciones de Estados Unidos con sus aliados en la zona podrían resentirse. Hablo de Arabia Saudí y los países del Golfo Pérsico en general, que tienen cierto temos a lo que pueda hacer Irán", añade Mikaïl, para quien hay otro frente que se le puede abrir a Estados Unidos: "A partir de ahora vamos a asistir a la afirmación progresiva de Rusia y china, que también tendrán derecho a aprovecharse del acuerdo con medidas comerciales y militares más agresivas en la región, dado que ahora se podrá comerciar con Irán".

La actitud de Israel

Uno de los países a los que no le ha gustado nada este acuerdo es Israel. A nadie le han sorprendido las feroces críticas del primer ministro israelí al acuerdo. Mikaïl cree que detrás de esas críticas responden a una doble estrategia por parte de Israel: "Por un lado, quizá Israel busque un acercamiento a los países árabes que temen a Irán, pero también está poniendo a prueba la solidez de sus relaciones con Estados Unidos en particular. Con sus críticas, Netanyahu está pidiendo más medidas militares y más garantías de seguridad a Estados Unidos, le está diciendo a Obama ‘si estás seguro de este acuerdo, vale, pero nosotros no estamos cómodos, así que queremos más garantías de protección de nuestro terrritorio'".

Hay, finalmente, otro aspecto del acuerdo suscrito en Viena no menos importante que el político o el geoestratégico: el económico. Mikaïl sostiene que el levantamiento del embargo y las sanciones beneficia claramente a Irán porque, más allá de las oportunidades de negocio que se abren el país iraní —Francia, a la que no le gusta mucho el acuerdo, está deseando empezar a hacerlos— libera en la economía iraní recursos que permitirán a Irán figurar como "una de las mayores potencias de la región".

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