Este artículo se publicó hace 12 años.
Al Asad reconoce que Siria vive en "estado de guerra"
Los enfrentamientos entre el Ejército y los rebeldes llegan a las afueras de Damasco. Turquía despliega en la frontera un convoy de vehículos militares
Los enfrentamientos de las últimas horas han recrudecido la situación en Siria. Tanto es así que el presidente sirio, Bachar al Asad, ha reconocido que el país atraviesa por "un verdadero estado de guerra" y ha ordenado a su nuevo Gobierno que focalice todos sus esfuerzos en vencer en el conflicto.
"Estamos en guerra, todas las políticas, todos los actores y todos los sectores deben dirigirse a ganar esta guerra", espetó Al Asad en su discurso durante la primera reunión con los miembros de su nuevo Ejecutivo.
El pasado 12 de junio, el subsecretario general para Operaciones de Paz de la ONU, el francés Hervé Ladsous, dijo que la situación de Siria era ya de guerra civil con "un enorme aumento de la violencia". En respuesta, las autoridades de Damasco dijeron un día después que el término guerra civil "no se adecúa a la realidad" de Siria, donde, en su opinión, hay un conflicto contra grupos terroristas.
Asad: "Estamos en guerra, todas las políticas deben dirigirse a ganarla"
Los combates entre las tropas del régimen y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), que han anunciado la deserción de 200 soldados de las fuerzas de Al Asad, han llegado hasta uno de los palacios presidenciales de Damasco. Este repunte de la violencia en Siria, donde hoy ha muerto más de medio centenar de personas según la oposición, ha llevado a la ONU a decidir que se prolongue la suspensión de las operaciones de sus observadores al considerar que las condiciones sobre el terreno son "demasiado peligrosas".
En las últimas horas, un atentado contra la televisión gubernamental Al Ikhbariya ha dejado cuatro muertos, tres de ellos periodistas. Según ha informado Sana, la agencia de noticias oficial siria, "un grupo armado atacó con bombas y explosivos" el edificio, en Jan Shih, a 25 kilómetros al suroeste de la capital. El ministro sirio de Información, Omran al Zubi, ha avisado de que "la masacre no quedará impune".
Un ataque contra una TV gubernamental deja cuatro muertos, tres de ellos periodistas
La escalada de tensión no solo se vive dentro de Siria. A última hora del martes, el Ejército de Turquía inició un despliegue de vehículos militares en la frontera, entre los que se encuentran 15 tanques acorazados, como respuesta al derribo de un avión de combate turco por parte de las Fuerzas Armadas sirias.
"Las normas de actuación de las Fuerzas Armadas turcas han cambiado. Cualquier riesgo que suponga Siria en la frontera, cualquier elemento que pueda suponer una amenaza, será considerado una amenaza y tratado como un objetivo militar", subrayó ayer el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. A pesar de la dureza de su discurso, el mandatario turco aseguró que su país no caerá en las trampas de los que ha tildado como "provocadores de guerra", aunque ha matizado que eso no significa "que vaya a quedarse de brazos cruzados con las manos atadas".
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