Este artículo se publicó hace 8 años.
El acuerdo UE-Turquía convierte la isla de Lesbos en un centro de detención para refugiados
Médicos sin Fronteras, ACNUR y otras ONG suspenden sus actividades en el campo de Moria para no ser "cómplices de un sistema injusto e inhumano". La tensión va en aumento y, tras los atentados de Bruselas, Polonia anuncia que no recibirá más refugiados.
MADRID/ATENAS.- "Nosotros no operamos en centros de detención". Con estas palabras, la ONG ACNUR anunció ayer que suspendía sus actividades en el campo de Moria, en la isla griega de Lesbos. Lo mismo han hecho otras organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras. "Hemos tomado esta difícil decisión porque continuar trabajando en el interior del centro nos haría cómplices de un sistema que consideramos injusto e inhumano", aseguran.
La isla griega de Lesbos ha pasado de estar "volcada en la acogida" de refugiados y migrantes a convertirse en un lugar de registro, de traslado a Grecia continental y de expulsión, tras la entrada en vigor del acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Turquía. Así lo han denunciado las ONG que operan sobre el terreno, en un momento en que la situación se está haciendo cada vez más desesperada, con cientos de familias con niños durmiendo en precarias condiciones con una situación agravada por las lluvias y el frío.
"Los refugiados están retenidos, no se les permite irse y nosotros no operamos en centros de detención, es contrario a nuestra política, con lo que no ayudaremos a identificarlos y registrarlos", advirtió desde Ginebra Fleming Melissa Fleming, portavoz jefe de ACNUR.
"Cambio radical"
Desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) hablan de "cambio radical" en la zona al ponerse en marcha el acuerdo en la medianoche del sábado al domingo. La organización denuncia que el anterior campamento de Moria se ha convertido en un centro de régimen cerrado custodiado por la policía y que se obliga a posibles solicitantes de asilo a subir esposados a los barcos sin informarles de su destino.
La secretaria general de CEAR, Estrella Galán, explica que desde el jueves al sábado, Lesbos era "una isla volcada a la solidaridad", que gestionó "con tranquilidad" el tránsito de 500.000 personas en el año 2015 y que puso en marcha campamentos de acogida, con la ayuda de voluntarios de todo el mundo, de pequeñas y grandes organizaciones, en colaboración con las autoridades griegas.
Sin embargo, a partir de la medianoche del sábado, con la entrada en vigor del acuerdo "saltan todas las alarmas entre los voluntarios cuando, sin previo aviso a las organizaciones, se desaloja el campo de Moria y se traslada a los refugiados al puerto con destino a Grecia continental". Desde ese momento el puerto quedó "cerrado", de forma que los voluntarios solo pudieron llegar hasta las verjas y los refugiados fueron introducidos directamente dentro y embarcados en un transatlántico.
Galán asegura que el acuerdo vulnera la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados en lo relativo al principio de no devolución y a la prohibición de expulsiones colectivas.
La tensión entre los refugiados de los centros de acogida y los campamentos informales en Grecia sigue en aumento tras la transformación de hecho de los centros de registro en las islas de Egeo en centros de detención.
Si ayer un hombre se prendió a lo bonzo en el campamento de Idomeni, hoy alrededor de 500 refugiados instalados en el centro de acogida de Nea Kavala, a unos 20 kilómetros de la frontera entre Grecia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia, bloquearon la carretera que une Salónica con la frontera macedonia, según informó una fuente de la Policía.
Por si no fuera poco, los atentados en Bruselas han empeorado la posible evolución de la crisis de refugiados. Este miércoles la primera ministra polaca, Beata Szydlo, afirmó que Polonia no puede permitirse acoger más solicitantes de asilo "en las circunstancias actuales", un día después de los ataques terroristas.
"Los Veintiocho de la Unión Europea acordaron resolver el problema de las migraciones a través de la reubicación, aunque tengo que decir claramente que en este momento no veo posible acoger inmigrantes en Polonia", dijo Szydlo a la cadena de televisión Superstacja.
El anterior Gobierno polaco se había comprometido a aceptar más de 7.000 solicitantes, dentro del sistema de cuotas de refugiados establecido por Bruselas.
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