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Abás plantea el Estado palestino sólo al reacio Consejo de Seguridad

El pleno de la ONU ovaciona al presidente de la ANP al exigir un 'Estado libre'. Abás denuncia que la ocupación 'está rediseñando las fronteras'

ISABEL PIQUER

El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abás, cumplió su promesa y presentó oficialmente ante la ONU la petición de adhesión de su país a la organización internacional que selló su destino en 1947. Pese a las presiones de EEUU, las reticencias europeas y las protestas de Israel, Abás, en un encendido discurso ante la Asamblea General, reivindicó el derecho de su pueblo a 'vivir en un estado libre e independiente'.

Entre las ovaciones del pleno, Abás esgrimió una copia del documento que una hora antes había entregado al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidiendo el reconocimiento de un Estado compuesto por Cisjordania y Gaza, con Jerusalén Este de capital, siguiendo las fronteras de junio de 1967. 'Nadie que tenga un atisbo de conciencia puede rechazar' esta iniciativa, afirmó el líder palestino. 'Ha llegado el momento'.

Abás se extendió ampliamente sobre la política de asentamientos del Gobierno de Binyamín Netanyahu, a la que acusó de hundir el proceso de paz. 'La ocupación es una carrera contra el tiempo para rediseñar las fronteras en nuestro territorio, en una política de hechos consumados'. La fragmentación del territorio de Cisjordania 'socava el potencial real para la existencia del Estado de Palestina', denunció el presidente de la ANP, al declarar que los palestinos seguirán 'llevando a cabo su resistencia pacífica y popular'.

Los negociadores de la ANP admiten que no irán por la vía de la Asamblea General

Como suele pasar con los momentos simbólicos, no fue especialmente solemne. A las 11.45 de la mañana neoyorquina, Abás entregó una carpeta blanca con el logo de la ANP al secretario general formalizando su petición. Los dos hombres intercambiaron unas palabras de cortesía mientras posaban para los fotógrafos. La entrega, que apenas duró unos minutos, tuvo lugar en las instalaciones provisionales de la ONU, unos hangares blancos acondicionados en los jardines del edificio emblemático, en obras.

Ban Ki-moon trasmitió poco después la propuesta al Consejo de Seguridad, donde debe obtener la luz verde de al menos nueve de 15 miembros, sin oposición de los cinco permanentes; algo que ya se sabe no ocurrirá debido al veto de Washington. Teóricamente, el Consejo, que debería crear un comité de expertos para examinar la cuestión, tiene 35 días para dar su respuesta, un plazo que podría ampliarse.

'De momento sólo exploramos la vía del Consejo', insistió Mohamed Shtayya, uno de los negociadores palestinos, al negar que podrían desviar la petición a la Asamblea General, donde ya tienen los votos suficientes. 'Esto no es un bluf o un juego, queremos que las cosas vayan lo más rápidamente posible'. Shtayya también afirmó que un veto de EEUU 'no sería el fin del mundo', pero sí 'una vergüenza', visto el nivel de apoyo entre el resto de los miembros de la ONU. 'Este es sólo el inicio del proceso', afirmó el negociador.

Netanyahu tilda a la ONU de 'casa de mentiras' para el 'teatro del absurdo'

En el periodo de negociaciones que se abre ahora se barajan todas las posibilidades, incluso que los palestinos retiren su propuesta ante el Consejo si consiguen una serie de garantías por parte de Israel para retomar las negociaciones, con la mediación del Cuarteto (EEUU, ONU, UE y Rusia).

El orden de comparecencias quiso que Netanyahu hablara poco después de Abás. En un discurso destinado sobre todo a los estadounidenses, el líder israelí atacó directamente a la ONU, una 'casa de mentiras' que se dedica 'al teatro del absurdo'. Israel 'quiere la paz y yo también quiero la paz', dijo Netanyahu, 'pero no se puede conseguir la paz con resoluciones de la ONU'.

EEUU, que no ha conseguido, pese a su amenaza de veto, disuadir a los palestinos, está ya pensando en lo que se avecina. 'Estamos centrados en el día siguiente', dijo la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

La petición palestina pone de manifiesto el fracaso de las negociaciones de paz, estancadas desde hace más de un año. La iniciativa significa también involucrar más a la comunidad internacional en un proceso que siempre se ha jugado a tres bandas, entre palestinos, israelíes y estadounidenses, con contribuciones, esencialmente financieras, de la UE. Si los europeos consiguen mantener un semblante de unidad en este proceso, podrían aprovechar la ocasión para colmar el vacío dejado de momento por Obama.

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