La dignidad que reclamaban el pasado domingo un millón de italianas unidas en las calles de todo el país contra Silvio Berlusconi dependerá del veredicto de tres mujeres. Las tres magistradas designadas por la jueza Cristina di Censo para procesar a Il Cavaliere por el caso Ruby. Se trata de Carmen D'Elia, Giulia Turri y Orsola de Cristofaro, pertenecientes a la cuarta sección penal del Tribunal de Milán y que, en algún caso, ya han participado en otros procesos en los que estaba envuelto el premier. Después de que Berlusconi calificara de 'vergüenza' la concentración del domingo, de que sus ministras acusaran a las mujeres de dejarse manipular por la oposición y de que el imperio mediático del primer ministro les llamara moralistas, el encargo de Di Censo fue interpretado ayer como un acto de justicia en sí mismo por los medios.
No así por el entorno de Berlusconi, que optó por el discurso machista para cuestionar la decisión. 'Ya hay tres mujeres en el proceso Mills. Las mujeres son apreciadas y en algunas ocasiones, agradables', dijo en tono irónico Piero Longo, uno de los abogados de Il Cavaliere. Menos fino fue Gaetano Pecorella, ex abogado del premier y hoy diputado del Pueblo de la Libertad, que cuestionó la imparcialidad y la profesionalidad de las juezas: 'Es peor de lo que se podía esperar. Viendo a un millón de mujeres en las plazas contra Berlusconi, no creo que sea ninguna ventaja un tribunal con tres mujeres, de hecho, quizá sería oportuno que fuera respetado de alguna manera el principio de la paridad. Hay delitos, en particular los sexuales, sobre los que las mujeres son más sensibles, están más pendientes e incluso más motivadas', dijo.
Quizá no se dio cuenta, pero en menos de un minuto Pecorella retrató la postura oficial de un Gobierno con respecto a la figura femenina. Postura, que unida al caso Ruby, fue uno de los motivos de las marchas del domingo. Curiosa, cuanto menos, fue la reacción del semanal católico Familia Cristiana, que interpretó la designación de las tres mujeres casi como un signo de justicia cósmica: 'Es imposible no pensar en la némesis. Tú, Berlusconi, te has servido de las mujeres, y en mal modo; ahora las propias mujeres harán justicia'.
'No hay que subestimar el poder de las mujeres', dijo la directora del diario L'Unità, Concita de Gregorio, durante la manifestación del otro día. En el caso de las juezas, los abogados de Berlusconi no deberían subestimar su competencia. Carmen D'Elia tiene 49 años y 20 de experiencia profesional en la magistratura. En noviembre de 2003 formó parte del tribunal que condenó al ex ministro de Defensa, abogado y diputado de Forza Italia, Cesare Previti, a cinco años de prisión por corrupción en el caso SME (luego sería absuelto).
En aquel proceso también estaba imputado Berlusconi, pero su delito prescribió antes de la sentencia gracias al Legítimo Impedimento, una de las leyes escudo creadas por y para protegerlo y que fue declarada inconstitucional en enero de este año. Curiosamente, la fiscal que llevó el sumario fue Ilda Bocassini, La roja, clave en la recogida de pruebas del caso Ruby y atacada por el entorno del premier.
D'Elia participó también, junto con otra de las juezas designadas ayer, Orsola De Cristofaro, en el juicio contra el director de la Clínica Santa Rita, Pier Paolo Brega Massone. El caso, conocido como ‘la clínica de los horrores', acabó con una condena a 15 años y medio de cárcel para Brega, que se lucró con las operaciones de cirugía ilegales que le practicó a 83 pacientes entre 2005 y 2007.
De Cristofaro es, según los medios italianos, la menos conocida de las tres, pero ha desarrollado una intensa carrera como fiscal y magistrada en los últimos años, sobre todo en lo que se refiere a las investigaciones preliminares de la Fiscalía.
Por último está Giulia Turri, que será la presidenta del tribunal que juzgue a Berlusconi. Turri ha participado en dos casos que están relacionados de alguna manera con Il Cavaliere. Por una parte, el proceso conocido como Valletopoli, iniciado en 2006 y en el que se vio envuelto en 2009 el paparazzo Fabrizio Corona. Fue condenado a tres años de cárcel por extorsión e intento de extorsión, aunque no los ha cumplido íntegramente. Hasta entonces era íntimo amigo de Lele Mora, el agente televisivo más importante de Italia e imputado en el caso Ruby por inducción a la prostitución. Su agencia, Corona's, es una de las principales fuentes de fotografías para las publicaciones del grupo Mediaset. En el documental ‘Videocracy', relata en primera persona cómo vendió a Berlusconi unas fotos de su hija Bárbara, que luego el propio Cavaliere publicó en sus revistas. Por otra, también solicitó en 2008 el juicio para el abogado Massimo Maria Berruti, en una de las derivaciones del caso Mediaset, en el que Berlusconi está acusado de blanqueo y evasión fiscal.
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