Mientras se espera el anuncio de la formación de un nuevo Gobierno en Túnez tras la fuga del ex presidente Ben Ali el pasado viernes, la capital tunecina ha vuelto a ser centro de unas protestas que no han tenido la respuesta de otros días por parte de las fuerzas del orden.

Cerca de un millar de personas se han concentrado frente a la sede de Reagrupación Constitucional Democrática -la formación en el poder- porque no quieren que el primer ministro, Mohamed Ghanuchi, se haga cargo de gestionar la transición.

Los militares, que custodiaban la sede, han intervenido disparando al aire y luego han dispersado a los manifestantes con chorros de agua a presión, aunque de una manera contenida, según informa Trinidad Deiros. El Ejército es la institución más valorada en Túnez y algunos manifestantes incluso se abrazaban con los soldados.

El sindicato de la Unión General de los Trabajadores Tunecinos (UGTT) había llamado a la población a no asistir hoy a ningún tipo de convocatoria por la posibilidad de que sean manipuladas por los partidarios del antiguo régimen y aprovechadas para sembrar la violencia.

Sin embargo sí se produjo otra concentración en el centro de la capital en la que los estudiantes universitarios exigían que el partido de Ben Alí no forme parte del Gobierno: '¡RCD, Lárgate!', gritaban los manifestantes que han sido dispersados por la policía con gases lacrimógenos.

Entretanto, la vida cotidiana en Túnez retoma poco a poco su curso normal, con un mayor número de cafés, comercios y tiendas de alimentación abiertas. Los transportes públicos, incluidos autobuses, taxis y ferrocariles, funcionan hoy con bastante normalidad.