Un ex guerrillero tupamaro de 74 años, José Mujica, puede encarrilar el domingo un triunfo histórico de la izquierda en la primera vuelta de las elecciones presidenciales uruguayas. Todas las encuestas colocan al candidato del Frente Amplio a la cabeza en la intención de voto, aunque sin suficiente respaldo como para provocar un KO técnico a su oponente, el candidato del derechista Partido Nacional, Luis Alberto Lacalle.

Mujica podría obtener algo más del 40% de los sufragios, mientras que a Lacalle, su principal rival, le asignan el 30%. El número de indecisos, que ronda el 12%, se convertirá en juez de este primer round por la Presidencia de Uruguay.

El actual presidente y compañero de filas de José Mujica, Tabaré Vázquez, arrasaría de haber podido optar a su reelección, ya que los sondeos le otorgan una popularidad superior al 65%. Su apoyo al ex tupamaro en la recta final de la campaña puede resultar decisivo.

Ayer, en una entrevista concedida a la Radio Nacional uruguaya, aseguró que la candidatura de su coalición 'no es el Frente de Mujica, sino el Frente Amplio', un mensaje dirigido a los sectores moderados del partido que ven en el viejo guerrillero a un político excesivamente 'transformador de las políticas liberales'.

De no lograr el 50% de los votos ninguno de los dos principales candidatos, deberán acudir a una segunda vuelta el 29 de noviembre. Mujica, que fue ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca durante tres años de Gobierno de Tabaré Vázquez, lidera el Movimiento de Participación Popular, el sector mayoritario del partido.

No es un secreto que las relaciones de Mujica con el ala del actual presidente nunca ha sido fluida. El candidato fue un fiel guerrillero.