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Obama reclama ayuda no militar para Afganistán

El presidente de EEUU anunció también el envío de 4.000 soldados más a Afganistán, que se sumarán a los refuerzos ya anunciados de 17.000 hombres

ÓSCAR SANTAMARÍA

Barack Obama reclamó este viernes los países miembros de la OTAN que arrimen el hombro y asuman sus responsabilidades para ganar, no ya la guerra, sino la paz, en Afganistán. El presidente estadounidense pidió a los aliados que no contribuyan simplemente con tropas, sino también con funcionarios y expertos en diversos campos para proporcionarestabilidad al país.

Obama presentó su nueva estrategia integral para vencer a los talibanes y a Al Qaeda en Afganistán, un plan con un fuerte componente civil, económico y diplomático. En el terreno militar, anunció el envío de 4.000 soldados adicionales a los 17.000, cuyo despliegue ordenó el mes pasado y que se sumarán a los 38.000 que ya tiene sobre el terreno.

Durante su discurso desde la Casa Blanca, citó en media docena de ocasiones a la OTAN y dejó claro que la derrota de los insurgentes y terroristas no es algo que concierne solamente a EEUU. 'La situación es cada vez peor y la zona fronteriza entre Afganistán y Pakistán es el lugar más peligroso del mundo', señaló Obama. 'No sólo está en juego nuestra seguridad, si no la de toda la comunidad internacional'.

Por eso, exigió ayuda al resto del mundo: 'A la vez que EEUU hace mayores esfuerzos, pediremos a los demás que se unan a nosotros y cumplan con su deber'.

Reiterando su apuesta clara por una estrategia con un mayor componente civil, a los miembros de la OTAN -que ya tiene sobre el terreno 30.000 soldados-, les dijo que su ayuda no debe cifrase solamente en tropas, 'sino más bien en capacidades definidas claramente: el apoyo a las elecciones de Afganistán, el adiestramiento de las fuerzas de seguridad afganas y un mayor compromiso civil con el pueblo afgano'.

Es decir, que se comprometan a mandar funcionarios y expertos en áreas como agricultura, justicia, ingeniería, educación o desarrollo, para progresar en la estabilidad y prosperidad de Afganistán como vía para avanzar más rápidamente hacia la paz. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, será la encargada de transmitir esta petición a los países aliados durante la conferencia que se celebrará la próxima semana en La Haya. Igualmente, se redoblarán los esfuerzos para combatir la corrupción política y se impulsará un plan de reconciliación tribal en todas las provincias del país.

A Naciones Unidas le reservó el papel de coordinar la ayuda y asistencia de organizaciones internacionales. Además, y con el auspicio de la ONU, anunció la creación de un Grupo de Contacto para Afganistán y Pakistán que integre a todos los afectados por el conflicto: la OTAN, los países árabes pero también India, China, Rusia e Irán.

En el terreno diplomático, subrayó la importancia de colaborar con Pakistán, ligando su futuro al de Afganistán. Señaló que estrecharán los lazos entre sus servicios de inteligencia y apoyarán a sus fuerzas armadas y su maltrecha economía con una inyección de 1.500 millones de dólares al año, durante los próximos cinco, para construir escuelas, hospitales y carreteras.No obstante, esta ayuda no será 'un cheque en blanco', precisó, para advertir que Islamabad deberá cumplir su compromiso de acabar con las células de Al Qaeda y de los talibanes que operan y se refugian dentro de sus fronteras. Y anunció que en breve se pondrá en marcha un 'diálogo trilateral' de alto nivel entre Pakistán, Afganistán y EEUU.

Otra de las novedades de la nueva estrategia es el establecimiento de objetivos cuantificables que sirvan para medir los progresos, tal y como se hizo en Irak, en campos como la lucha contra la insurgencia, la mejora de la economía o el combate al narcotráfico. Una de esas metas es contar con unas fuerzas de seguridad afganas formadas por 134.000 soldados y 82.000 policías para 2011.

'El camino que tenemos por delante será largo y habrá días difíciles', dijo Obama. 'Estados Unidos no escogió hacer la guerra en Afganistán', afirmó en alusión a los ataques terroristas del 11-S. 'No estamos allí para controlar el país o dictar su futuro. Estamos para enfrentar a un enemigo común que amenaza a los Estados Unidos, a nuestros amigos y aliados, y al pueblo de Afganistán y Pakistán', señaló el mandatario, en agudo contraste con el tono belicista que caracterizaba a su antecesor.

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