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De Serra a Chacón: Defensa vuelve a hablar catalán

La dirigente del PSC es la primera ministra de lo militar pero otros catalanes ya la han precedido

FERRAN CASAS

a dirigente del PSC Carme Chacón ha hecho historia al ser la primera ministra de Defensa de España. Algo que debería ser normal (ha pasado en Chile, Argentina o Francia y ellas son el 15% de la tropa) no lo es para la mayoría, pero especialmente para la derecha mediática y militar (AME la repudió por 'catalana, mujer y embarazada'), que se han cebado con ella de forma extemporánea.

Pero con Chacón no sólo llega una mujer a un ministerio 'de Estado', también una dirigente del PSC. En los pasillos del mastodóntico edificio de la Castellana volverá a oirse catalán. Un hecho inhabitual dada la escasa implicación de los catalanes en lo militar.

El referente para ella será Narcís Serra. Al ex alcalde de Barcelona y presidente de Caixa Catalunya no hay quien no le aplauda un papel clave para democratizar el Ejército de España.

Se puso al frente del departamento en 1982, cuando Felipe González ganó y poco después del 23-F, un golpe que cosechó amplias complicidades en la cúpula de una milicia que fue detrás de la ciudadanía a la hora de arrancarse la costra franquista. Serra hizo limpieza y gestionó la plena incorporación de España en la OTAN, compleja en lo político. Dejó el cargo en 1991 para ser vicepresidente y, como Chacón, no había hecho la mili.
Y si un catalán democratizó el Ejército otro fue la cara de la supresión de la mili, pactada por PP y CiU en 1996 en los acuerdos del Majestic.

El diputado nacionalista Carles Campuzano recuerda que el asunto cayó como una fruta madura porque el Ejército se estaba quedando atrás. Cada vez más jóvenes (sobre todo en Catalunya y Euskadi) evitaban su paso por los cuarteles a través de la objeción de conciencia.

Pero los catalanes no tienen presencia destacada en el Ejército, a diferencia de sus primos mallorquines. Jaume Fernández, del Centre d'Estudis Estratègics de Catalunya, un think tank soberanista de temas militares, considera que se debe a una cuestión nacional pese a que la baja remuneración de la tropa profesional o el eco del pacifismo también pesan.
Fernández reivindica, en todo caso, la tradición militar catalana. Recuerda el importante papel que jugaron la escuela de oficiales y suboficiales del Ejército Popular así como la industria militar catalana, creada por la Generalitat de la nada en la Guerra Civil.

El Ejército español, que se fijó en modelos como el francés, 'no ha hecho esfuerzos por reflejar la pluralidad del Estado'. El miembro del CEEC señala que, por ejemplo, el británico tiene unidades escocesas. Aquí no ocurre nada parecido.

En Catalunya fue donde más rechazo hubo a acudir a filas por las guerras coloniales de Cuba o Marruecos. La negativa de los mozos se sumó a la agitación social de una sociedad ya industrial. La Setmana Tràgica en 1909 está ligada a las guerras del Rif.

El Ejército de Crame Chacón no es ni el colonial ni el de Serra. Personajes como el ex teniente general Mena (que en pleno debate del Estatut lanzó un pronunciamiento en contra) pertenecen casi a lo folklórico. De la misma forma que fueron pocos -pese a que entre ellos se contó el ministro Bono- los que tomaron la parte por el todo montando en cólera cuando el periodista Iu Forn llamó desde las páginas del Avui prostitutas a las madres de los golpistas. Una de las misiones de Chacón será acabar con una distancia histórica.

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