Las otras víctimas de la 'Gürtel'

Culpables de denunciar al PP.

Mariano Bermejo: A la caza del ministro

Tras dos semanas de asedio, Mariano Fernández Bermejo dimitió el 23 de febrero de 2009 como ministro de Justicia. El PP, que se la tenía jurada desde que dirigía la Fiscalía del TSJ madrileño, lo asedió esgrimiendo que había coincidido con Garzón en una cacería. El organizador de la montería fue un dirigente local del PP de Jaén quien remachó que la coincidencia había sido justamente eso. Dio igual. El PP persistió en el caso hasta cobrarse la pieza.

Ángel Luna: Objetivo, borrar al portavoz

El portavoz socialista en Les Corts valencianas, Ángel Luna, se ha convertido en el primer reo del caso Gürtel'. No por corrupción, sino por mostrar un informe de la Brigada de Blanqueo sobre los desmanes de la trama durante la visita papal a Valencia en 2006. Con la ayuda del TSJCV, el PP logró sentarlo en el banquillo el pasado día 5 acusado deencubrimiento.

José Tomás, el sastre: Un despido a la medida de Camps

El sastre José Tomás perdió su empleo el 11 de febrero de 2009 tras haber declarado ante Garzón sobre el regalo de trajes a Francisco Camps por parte la red Gürtel'. El estratega jurídico del PP, el exministro Federico Trillo, se reunió dos veces con su antiguo jefe. ¿Para qué? Trillo nunca lo ha explicado, pero la campaña de desprestigio contra el sastre comenzó tras esos encuentros.

Las fiscales del caso: Datos falsos, daño cierto

Trillo tuvo también un papel relevante en la campaña del PP contra la fiscales anticorrupción del caso Gürtel', Miriam Segura y Concha Sabadell. En junio de 2010, el PP difundió un comunicado en el que informaba falsamente de que el Supremo las investigaba a ambas por las escuchas en prisión. Ni Trillo ni su partido se han retractado.

Juan Antonio González: Siglas para difamar

El comisario jefe de la Policía Judicial, Juan Antonio González, vio en el verano de 2010 cómo el abogado de un corrupto procesado en el caso Malaya' le acusaba de haber cobrado sobornos. La acusación se basaba sólo en unas siglas, J. A. G., anotadas en la agenda de Roca. El PP no se paró en barras y cargó contra el comisario con toda su artillería.