Artur Mas ha desvelado su secreto mejor guardado. El eje por el que pasará su tan traída y llevada refundación del catalanismo es el ejercicio del derecho a decidir. El nacionalismo de CDC, moderado y que apostó 'con éxito' por reformar España y consolidar el autogobierno, da un salto para seguir siendo 'válido' ante los retos de una sociedad que ve 'apática y desanimada'.

Mas sube al carro de Ibarretxe y Carod-Rovira, pero lo hace con su propia receta, 'que huye tanto de la imprudencia como de la comodidad'. Ejercer el derecho a decidir sí, pero sólo 'en los temas que unen, no en los que separan'.

La tercera oportunidad

En el multitudinario acto de presentación de su proyecto político (no había sigla alguna de CDC) empezó por despejar dudas y capar ambiciones ajenas afirmando tener 'la firme determinación' de ser, por tercera vez, candidato de CiU a la Generalitat.

Acto seguido explicó los ajustes que el proyecto catalanista debe llevar a cabo y cuál debe ser el papel de Convergència para convertirse en su 'casa común'. Los principales en términos políticos pasan por, en lugar de buscar la regeneración de España, 'situar Catalunya en el mundo' y por 'donde se hablaba de autonomía o autogobierno hablar de derecho a decidir por nosotros mismos aquello que -afirmó-nos afecta'.

El derecho a decidir es, según Mas, la única salida que queda en una España donde no valen ya pedagogías y 'que nosotros -los catalanes- queremos plurinacional pero que no quiere ser cambiada y prefiere seguir uninacional'.

La primera cita para ejercer el derecho a decidir puede llegar si el 'incompetente y groseramente manipulado' Tribunal Constitucional recorta el Estatut, que él pactó con Zapatero y que ahora reconoce que le ha traído 'más disgustos que alegrías'.

Ante una posibilidad que cree segura lanzó un desafío: 'El Estatut no se toca y si se toca no se acepta'. Ante esa posibilidad, sumada a los agravios del déficit fiscal, las infraestructuras o la invasión competencial, sólo queda 'aplicar el derecho a decidir sin más límites que la propia evolución democrática de la sociedad'.

Consciente del carácter restrictivo de la Constitución en este ámbito, Mas afirmó que 'el derecho a decidir se gana por la fuerza de la democracia y los grandes consensos'.

La hoja de ruta

A vueltas con el Estatut, propuso que será necesario consultar a la población cuando se recorte el texto, y si no se permite buscar una petición del Parlament para hacerlo. A partir de ahí propondrá un gobierno de concentración que defienda unido en Madrid el Estatut que el Parlament ya llevó al Congreso y éste recortó. Si nada de esto funciona, no quedaría otra que anticipar elecciones.

La intervención de Mas, densa y prolija, actualizó el discurso de CDC en temas como la inmigración ('tenemos derecho a preservar y fortalecer nuestra catalanidad' y a 'señalar límites en capacidad de integración'). El discurso incluyó guiños liberales y críticas al corsé progresista. Pero no sin matizar que el catalanismo no es 'sólo identitario', ya que ha tenido como fuerza motriz 'la justicia y la equidad social'.