El Instituto Nacional de Estadística (INE) asegura ahora que mantendrá la “confidencialidad” y el “secreto estadístico” de los datos que está recogiendo en su encuesta de fecundidad, aunque reconoce que la legislación española protege a aquellas personas que no deseen contestar preguntas susceptibles de revelar su origen étnico, opiniones políticas y convicciones religiosas e ideológicas y, tampoco a las que afecten a su intimidad personal o familiar.

Así lo asegura en un comunicado remitido a este diario, que el pasado miércoles alertó de que el cuestionario del sondeo, que las personas seleccionadas deben cubrir obligatoriamente dado que forma parte del Plan Estadístico Nacional, contenía preguntas que podrían ser consideradas machistas y que podrían violentar su intimidad.

Tras conocer la información, la Asociación Española de Consumidores y Usuarios en Acción (Facua) pidió al propio INE y a la Agencia de Protección de Datos que paralizaran la encuesta y destruyeran los datos recogidos hasta ahora, por vulnerar la Ley de la Función Estadística Pública.

Este es el texto íntegro del comunicado del INE:

Comunicado del INE en relación con la encuesta de fecundidad

“Ante las consideraciones conocidas recientemente en su medio (Diario Público) acerca del contenido del cuestionario de la Encuesta de Fecundidad, el INE quiere realizar las siguientes aclaraciones siguiendo así las recomendaciones al respecto del Código de Buenas Prácticas.

En primer lugar, hay que señalar que el contenido de este cuestionario fue validado y dictaminado favorablemente por la Comisión Permanente del Consejo Superior de Estadística del día 6 de junio de 2017, participando en este dictamen técnicos expertos ajenos al INE, pertenecientes entre otros ámbitos al Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; la Fundación ONCE o el Centro de Investigaciones Sociológicas. Asimismo, se informó de la Encuesta al Congreso y al Senado en las Comisiones parlamentarias del Pacto de Toledo y del Envejecimiento demográfico.

En segundo lugar, respecto al cuestionario propiamente dicho, cabe decir que el mismo se elaboró con criterios exclusivamente técnicos, con la colaboración de un grupo de trabajo constituido al respecto, integrado por expertos demógrafos y demógrafas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas; Centros de Estudios Demográficos y de la Subdirección de Estadísticas Sociodemográficas del Instituto Nacional de Estadística, que tuvo como mandato tanto incorporar las consideraciones que a juicio de los componentes de dicho grupo de trabajo pudieran influir a priori en las decisiones de fecundidad de los individuos, como que la encuesta de fecundidad tuviera cierta comparabilidad con las encuestas anteriores realizadas en el pasado en España (la edición anterior de la Encuesta fue realizada por el INE en 1999) y con las encuestas similares realizadas en otros países.

En tercer lugar, las preguntas sobre valores, creencias y actitudes se enmarcan en el proyecto de Naciones Unidas Generations and Gender Survey que ha sido seguido por múltiples países. Dentro de la demografía, resulta generalmente aceptado que los valores de las personas en relación con la igualdad de género, o la ausencia de la misma, influyen en la decisión de tener hijos, de ahí que sea obligado plantear estos contenidos en los cuestionarios de una forma aséptica que los informantes pueden expresar sus realidades libres de todo tipo de consideraciones. Además, con carácter previo a la Encuesta se acometió un estudio piloto con test cognitivos al objeto de recoger la comprensión y reacción de los informantes en relación al cuestionario, cuyos resultados fueron positivos y satisfactorios.

En cuarto lugar, el INE sigue la política adoptada por la mayor parte de las oficinas estadísticas en el sentido de que la difusión y producción estadística no debe introducir juicios de valor para interpretar y conocer nuestra realidad sociodemográfica. La razón es que de no seguirse estas buenas prácticas se podrían condicionar las respuestas de los informantes, con la consiguiente pérdida de calidad de la operación, que en última instancia afectaría a la utilidad de la operación para distintos tipos de usuarios de la estadística oficial.

En quinto lugar, en cuanto a la obligatoriedad de responder, conviene recordar, que se trata de una característica de todas las operaciones estadísticas del INE incluidas en el Plan Estadístico Nacional, que fue aprobado por Real Decreto. No obstante, como señala la propia ley de la función estadística pública, serán de aportación estrictamente voluntaria los datos susceptibles de revelar el origen étnico, las opiniones políticas, las convicciones religiosas o ideológicas y, en general, cuantas circunstancias puedan afectar a la intimidad personal o familiar. En todo caso, el INE tiene como obligación preservar el secreto estadístico manteniendo la confidencialidad tanto de los informantes como de sus respuestas, por lo que los ciudadanos pueden tener la total seguridad de que la información que se aporta es completamente necesaria y que se va a tratar de forma confidencial y totalmente segura.

Por último, el INE quiere agradecer a los miles de personas que ya han respondido a esta encuesta de fecundidad por el tiempo dedicado y por su disposición a participar en un proyecto, como este, dirigido a conocer mejor la sociedad en que vivimos. Nuestro compromiso es devolver a la sociedad este esfuerzo publicando los resultados con calidad y en el menor tiempo posible, tal y como se nos viene reconociendo explícitamente a través de los muy positivos resultados de nuestras encuestas de satisfacción de usuarios”.