Ramiro V. G., el cámara de televisión detenido por la desaparición hace 15 años de una mujer con la que mantenía una relación sentimental, tiene el 'perfil' típico de un asesino solitario. Así lo afirma el informe de la Guardia Civil remitido el viernes al juzgado que instruye el caso y al que ha tenido acceso este diario.

Dicho documento policial, que analiza las reacciones de Ramiro V. G. durante todo estos años, destaca ya en su tercer párrafo que el ahora encarcelado ni se inmutó cuando los agentes acudieron a su domicilio para arrestarle y le comunicaron las graves acusaciones que pesaban sobre él. El cámara se encontraba cambiando el aceite del motor de su vehículo y preguntó a los guardias civiles si podía terminar lo que estaba haciendo.

Los investigadores destacan también que, según pasaba el tiempo tras la detención, Ramiro empezó a mostrar claros síntomas de 'abatimiento' y preguntó en varias ocasiones a los agentes que lo custodiaban si había aparecido algo que le inculpara. '¿Lo tengo jodido?', les llegó a plantear. A partir de entonces, y tras asegurar en un primer momento que iba a declarar, se escudó en el silencio e, incluso, se negó a que le tomaran una muestra de saliva para hacerle la reseña genética.

El documento analiza también su actitud en los 15 años de investigación y destaca que en todo este tiempo se 'mostró extremadamente desconfiando' y que, incluso, buscó consejo en un amigo policía sobre cómo 'actuar' en un interrogatorio cuando fue llamado a declarar por otra desaparición de la que también era sospechoso, la de un músico en 1990.

La Guardia Civil recalca que este tipo de asesinos suelen hacer 'acopio de toda clase de documentación sobre el suceso y su evolución'. En los registros de sus casas, los agentes descubrieron un dossier con las noticias publicadas en prensa durante todos estos años sobre la desaparición de María José Arcos.