Inés Sabanés pidió ayer detenerse en la película completa. Mirar detrás de cada fotograma. Porque ello permitiría ver que su marcha de IU, este miércoles, es la 'consecuencia lógica' de un 'distanciamiento cada vez más evidente' con la federación. La 'crónica de una situación anunciada'. Ella, hoy exdiputada madrileña, enfrió relaciones, luego dejó sus cargos federales y, al final, sin 'dramatismo', eligió pasar a Equo, el proyecto ecosocialista de Juan López de Uralde.
La pregunta es cuándo y por qué. Sabanés lo explicó ayer jueves en una concurrida rueda de prensa en la sala Colectivo Latina de Madrid. Relajada, sonriente, descargada de un fardo que ya le pesaba mucho. Las cosas con IU, dijo, empezaron a torcerse desde finales de 2008, desde la IX Asamblea Federal a raíz de la cual Cayo Lara fue designado nuevo líder. Desde entonces, 'los compromisos de refundación, de apertura, de cambios de método se fueron retrasando en el tiempo y diluyendo'. Desengañada, fue dejando 'señales' de que su apuesta era otra. Nada se movió. 'Y hoy, cumplidos mis compromisos', con IU, con los militantes y los votantes, 'hago uso de mi libertad y de mi análisis político para encarar un cambio de rumbo', repitió una y otra vez.
Sabanés alerta de la 'hegemonía' de la derecha, que exige la 'cooperación' de la izquierda 'diversa'
Ese trayecto parte de la reflexión de que en España y en Europa arrasa la 'hegemonía de los valores conservadores' y la política 'de retrocesos en los derechos sociales, laborales, económicos', ambientales. 'Y ante esa marea, no caben soluciones tácticas, alianzas momentáneas, planteamientos de corto alcance y sólo con expresión electoral'. Urge comprender que 'el debate de la izquierda es diverso o no será'. Hay que tender, expuso, a la 'cooperación' entre las 'distintas expresiones de la izquierda', sin que ninguna 'pretenda hegemonizar o adoctrinar al resto'. Defecto, deslizó, que sería imputable a IU.
Sabanés se suma a Equo 'como mujer de izquierdas', para 'poner sobre la mesa radicalidad y regeneración democrática'. Esto es, 'participación ciudadana, derechos civiles, lucha contra la corrupción, lucha por cambios internos y externos en las fuerzas políticas y en las instituciones, preservación del Estado del bienestar, cambio en la política económica y comprensión de la ecología política'. Se incorpora, indicó, para trabajar 'en red, desde abajo' en un proyecto con 'vocación de movimiento más horizontal que vertical, de vinculación con la ciudadanía', con el 'activismo', y con unas 'ideas claras, contundentes, firmes, con una visión amplia de colaboración'. La insistencia en el marchamo de izquierdas de Equo (y de ella misma) era una respuesta a la 'ambigüedad' con que IU ha etiquetado al proyecto de Uralde.
No bajó al detalle de su labor concreta en Equo. Porque su trabajo es, subrayó, de más largo alcance, la búsqueda de la 'interrelación continua con la gente que está fuera, que tiene una pequeña o una gran causa para hacer activismo'. Reiteró que no se ha cambiado de formación por un puesto en una lista electoral. Pidió 'tiempo' y recordó que su paso a Equo implica 'cambios', también en las formas de confeccionar las candidaturas, que tienen que hacerse 'desde abajo y no indicar desde arriba', con procesos muy abiertos, de primarias abiertas no sólo a militantes, sino también a simpatizantes, como en Italia ocurrió con el Partido Democrático.
La exdiputada evita replicar a las críticas más directas llegadas desde IU
'Me quedo con las partes positivas y no voy a contestar a las alusiones más directas'. Sabanés midió cada una de las palabras dirigidas a sus excompañeros. Primero, tal y como le había demandado Gregorio Gordo, coordinador de la federación madrileña y portavoz de la ejecutiva federal, mostró su 'respeto y agradecimiento' a IU y a todos los militantes que trabajan 'de forma incansable por un proyecto en el que creen'.
Así, la exdiputada no replicó a quienes dentro de IU, con cierta virulencia, argumentaron que su cabreo se derivaba de no haber podido encabezar las listas por la Comunidad de Madrid este 22-M, o que tenía una concepción de la política 'etérea'. Sí recordó, con ironía, que llevaban tiempo anunciado 'por activa o por pasiva' que acabaría en el PSOE. 'Y aquí estoy, terminando un ciclo legítimamente, desde mi libertad'. Es más, dijo, con los socialistas no ha mantenido contacto desde el 22-M. Sabanés se limitó a responder a una crítica de mayor envergadura política: que su marcha, había dicho Gordo, alimentaba 'la fractura y la confrontación' de la izquierda: 'Eso son tesis del pasado. En un momento donde arrasan los valores de la derecha, lo que hay que hacer es un debate de mayor intensidad y de proyección que el táctico, que el inmediato. La diversidad política es el valor en alza del futuro'.
Ni siquiera quiso pisar mucho un terreno conocido en los últimos días: la intención de su exfamilia política, IU Abierta, y de su principal referente, Gaspar Llamazares, de transformarse en partido y de presionar a Lara para que, de cara a las próximas generales, lidere un 'frente amplio' de izquierdas. 'No conozco bien la propuesta. Los frentes amplios están bien, pero hay que concretar: ¿frentes amplios con la ciudadanía o mera suma de fuerzas? ¿Frente donde entre con fuerza la intervención de la ciudadanía o hablamos de coaliciones políticas?'.
Inés Sabanés no sólo se volcó hacia dentro, en explicar una decisión difícil, no 'traumática' y no buscada para 'chocar' con la izquierda o con IU. También explicó su opinión sobre dos temas últimos de actualidad: 15-M y el debate de investidura de Esperanza Aguirre.
La exdiputada condenó los altercados de los últimos días, pero recordó que ese no es el 'espíritu' del 15-M. Las causas de fondo siguen ahí: paro juvenil 'insoportable', 'falta de expectativas para un sector muy formado', secuestro de la democracia...'Dar salida desde la política a los problemas de la gente sigue siendo un debate imprescindible, y la política debe dar respuestas contundentes, serias. Lo fundamental del debate sigue sobre la mesa y faltan respuestas muy serias'. Definió como la propuesta de Tomás Gómez de crear una comisión parlamentaria en la Asamblea de Madrid para atender las demandas del movimiento como una 'buena intención', pero dudó de su eficacia, porque los indignados están criticando eso, el 'funcionamiento institucional burocratizado'.
Y sobre las listas abiertas que ha planteado la presidenta madrileña, emitió una opinión con claroscuros. Todo lo que sea hablar de proporcionalidad, de vinculación con la ciudadanía, 'debe ser tenido en cuenta y es positivo', dijo. Ya lo decía el Consejo de Estado, recordó. Pero la idea de dividir la Comunidad en varias circunscripciones es 'interesada', hecha para beneficiar al PP.
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