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Actualizado:La cineasta Audrey Diwan conquistó con El acontecimiento el preciado León de Oro de Venecia y el premio FIPRESCI. La película, abrumadoramente honesta, es la adaptación al cine de la novela autobiográfica de Annie Ernaux, en la que narra su experiencia de un aborto clandestino.
"No me producía ninguna aprensión la idea de abortar. Me parecía, si no fácil, al menos factible; que no era necesario tener ningún valor especial para hacerlo. Era una desgracia muy común", escribió Annie Ernaux en su libro autobiográfico El acontecimiento, donde narra su experiencia de un aborto clandestino cuando tenía 18 años, en la década de los 60. La cineasta Audrey Diwan leyó esta historia y "comprendí que necesitaba contarse".
El acontecimiento, película ganadora del León de Oro y el FIPRESCI en el Festival de Venecia, narra el tiempo de angustia y miedo de Anne, una joven y brillante estudiante, la primera de su familia en ir a la Universidad, desde que supo que estaba embarazada hasta que consiguió abortar. Ello en un país donde el aborto entonces era ilegal. Hoy, según datos de la OMS, hay 25 millones de abortos clandestinos en el mundo.
"El hecho de que la forma en la que yo viví la experiencia del aborto, la clandestinidad, forme parte del pasado no me parece un motivo válido para que se siga ocultando. La ley, que casi siempre se considera justa, cae en la paradoja de obligar a las antiguas víctimas a callarse porque todo aquello se acabó, haciendo que lo que sucedió continúe oculto bajo el mismo silencio de entonces". Son palabras de Ernaux, que ahora hace suyas esta directora, que ha apostado por retratar la realidad mirándola de frente, sin dejar a un lado el riesgo de muerte y de cárcel, el dolor, la soledad. Annamaría Vartolomei, la protagonista, ha ganado el César de la Academia de Cine Francés a la Mejor Actriz Revelación.
Hay quienes han dicho que 'El acontecimiento' era una película de terror, ¿qué contesta a ello?
Y hay gente que me dice que la película es impactante, pero no estoy de acuerdo, porque la película retrata la realidad, eso sí que es impactante. Yo solo he mirado la vida como es en realidad sin cerrar los ojos ante ella. He mirado la realidad de frente, no de refilón.
La realidad también es una especie de ley del silencio, ¿por qué la mayoría de las mujeres no dicen en voz alta que han abortado?
Es verdad, hay que luchar contra esa ley del silencio. Yo aborté antes de hacer esta película y después de estar trabajando tres años en ella, pensaba si debía decirlo o no, me di cuenta de que yo tampoco me atrevía a decir que había abortado, tenía una especie de vergüenza. En un encuentro con periodistas, uno me preguntó directa y simplemente y entonces lo dije.
¿Cuál fue su primera impresión al leer el libro autobiográfico de Annie Ernaux?
Cuando leí el libro me di cuenta de lo lejos que llegaba esta historia, de lo que realmente era un aborto clandestino y de que yo aún no había comprendido muchas cosas, como la crueldad, la soledad, el peligro... Fue asombroso, me di cuenta de que esta historia necesitaba oírse, porque en un aborto clandestino todo es aleatorio. ¿Dónde encuentras a un médico dispuesto a ayudarte? ¿aparecerá o no la policía? ¿si lo necesitas, el doctor llamará a una ambulancia? Esa idea de la dependencia del azar me interesaba muchísimo.
Cada año hay, según datos de la OMS, 25 millones de abortos clandestinos en el mundo...
Sí, cuando empecé a trabajar sabía que el tema era de gran actualidad en muchos lugares del mundo. Luego, en el viaje personal que he hecho con esta película me he dado cuenta de muchas otras cosas desafortunadas. Por ejemplo, ha sido durísimo para mis productores convencer de que había una muy buena razón para hacer esta película. La gente te dice: "Ya, pero en Francia ya tenemos una ley, ¿para qué hacer esta película".
¡Eh! cada año hay dos o tres hombres que hacen una película sobre la II Guerra Mundial, ¿por qué no les preguntan a ellos lo mismo? Fue duro, pero era muy necesario y eso, que sea necesario, es una muy mala noticia. Y la razón por la que se hace necesario es porque este asunto ahora parece algo marginal en algunos países. Nunca pensé cuando empecé a trabajar en la película hace más de tres años que se convertiría en algo urgente.
Desde la experiencia que vivió Annie Ernaux a hoy no han cambiado mucho las cosas ¿Qué siente ante ello?
Es la misma barbarie siempre en todo el mundo. Hace unos meses me puse a llorar escuchando unas noticias, porque hay tantas mujeres jóvenes que necesitan ayuda con este tema. Y sabía que muchas mujeres iban a morir. Es muy duro.
El aborto no es solo una cuestión de género, ¿cuál es su opinión?
He visto la película sobre el aborto de Christian Mungiu, 4 meses, 3 semanas y 2 días. Lo sabía, pero entonces me quedó del todo claro que no era solo una cuestión de género.
Mungiu sabía que él existía porque su madre no pudo abortar en la Rumanía de Ceaucescu, por eso hizo aquella película.
Sí. Hay muchas dimensiones en este tema y todos somos responsables de muchas decisiones, sea cual sea nuestro género. Hay hombres, como el cineasta rumano, que comprende que todos somos producto de las decisiones de otros... de Ceaucescu, de dictadores, de gobiernos... Mi experiencia por supuesto tiene que ver con el hecho de ser mujer, pero no solo, también depende de la sociedad, la educación... Me parece interesante considerar el género, pero no limitarnos a él.
¿Cómo reaccionan hombres y mujeres ante la película?
Muchos hombres vienen a decirme que no tenían ni idea de que un aborto clandestino fuera así. Además, me gusta que la película abra el debate, muchos hombres y mujeres, incluso los que no están a favor del aborto, quieren hablar sobre ello después de ver la película.
Con la película parece que quiere invitar al público a un viaje casi físico con la protagonista, ¿es así?
El proyecto nació del libro, que es una experiencia autobiográfica. Yo tenía que hacer esa historia mía y la pregunta era cómo iba a hacerlo. Y, sí, porque lo que quería no era mirar, sino llegar a ser ella, y la intención era llevar también ahí al público. Eso implicaba decisiones como dónde poner el foco, cómo tratar el sonido y los silencios, los silencios porque ella no se lo puede contar a nadie... Tenía que conseguir que funcionáramos como una orquesta.
'El acontecimiento' habla también de la conquista de la libertad y de la búsqueda del placer sexual…
Sí, porque el asunto no es el aborto, es la vida, es alcanzar esa libertad. Es una película sobre encontrar tu lugar y luchar por él. La mujer de la película lucha por encontrar el placer sexual. Me gusta la idea de que el sexo aparece en la película poco a poco, progresivamente. Se trata de aceptar el placer, una idea que estaba prohibida. Anne, la protagonista, después del aborto, siente que tiene otra vez el futuro en sus manos.
¿Cómo ha sido la relación de trabajo con Annie Ernaux?
Cuando nos encontramos la primera vez hablamos mucho de lo que no estaba en el libro, del contexto político, de su madre... Ella abortó cuando tenía 18 años y es algo que tiene tan fuerte dentro de ella que pude ver cómo se le saltaban las lágrimas. Nunca lo voy a olvidar. Ella me dijo que no intentara nada artificial, ni quisiera demostrar nada y que no mostrar demasiado, solo lo real.
Las mujeres cineastas han conquistado el León de Venecia, el Oscar, La Palma de Cannes, La Concha de San Sebastián, el Oso de Berlín... ¿Siente que está viviendo la revolución de las mujeres en el cine?
En cierto modo. Puedo decir que cuando hice la película, Kathryn Bigelow había ganado ya un Oscar y eso me dio mucha fuerza. Pero para mí la revolución es conseguir el 50/50, la igualdad y la inclusión en el cine, no tanto la paridad. Y para eso nos toca cambiar las leyes que no sean inclusivas. La revolución es que hay menos miedo y más mujeres haciendo películas.
Todavía no hay igualdad aunque haya tantos premios, que, por cierto, es lo único que ve la gente, los premios. Entonces no se dan cuenta de lo que hay detrás. Al final de la ceremonia, Chloe Zao me dijo en un aparte: "La gente cree que hemos ganado un premio porque somos mujeres y ahora toca". Pero sí, estamos viviendo un buen momento.
¿Cree en el futuro del cine como arte?
Sí. No sé cómo es en España, pero en Francia la gente ha vuelto al cine. Si no educamos bien a nuestros niños sobre lo que se debe considerar arte, seguramente nos tendremos que preocupar pronto por el arte. La idea de la transmisión es fundamental. Hay que trabajar con los niños y los jóvenes, incluso cuando no tienen muchas ganas de ver algunas películas. Yo suelo decirles que son películas prohibidas, ¡y funciona!
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