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Vehículos eléctricos La plantilla de Seat quiere un plan industrial ante el temor de casi 3.000 despidos por la apuesta por el coche eléctrico

En pleno proceso de negociación del convenio, el presidente del comité de empresa, Matías Carnero, pide reducir el impacto en el empleo de la caída del 30% en la carga de trabajo por la crisis de suministros y la asignación a fabricar un nuevo motor en una planta de Audi en Hungría.

15/12/2021 - El Test Center Energy de Seat, a Martorell.
El Test Center Energy de Seat, a Martorell. Aina Martí / ACN

La apuesta de las empresas automovilísticas, como el caso de Seat, por la fabricación de vehículos eléctricos está mostrando su cara b, centrada en los impactos en la menor carga de trabajo y sus posibles efectos en el empleo. Por el momento, el descenso se ha situado en un 30% de la actividad en los centros de Martorell, El Prat de Llobregat y la Zona Franca de Barcelona.

El hecho de fabricar coches eléctricos comporta dejar de montar componentes como los depósitos de gasolina o los tubos de escape, situación que también afecta a determinados proveedores de estas piezas. "Hace más de dos años que lo estábamos advirtiendo, que la transición eléctrica debía ir acompañada de una reconversión social y laboral". Son las palabras de Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y miembro del consejo de supervisión de Volkswagen, la matriz de la compañía.

La dirección de la firma ha comunicado a los trabajadores una primera aproximación de lo que puede implicar en bajas el recorte de la actividad

En el transcurso del proceso de negociación del convenio colectivo, la dirección de la firma ha comunicado a los trabajadores una primera aproximación de lo que puede implicar en bajas el recorte de la actividad. Carnero revela que "nos han hablado de un excedente de entre 2.500 y 2.800 empleados". Ante este anuncio, los representantes de la plantilla piden un plan industrial para amortiguar la sangría en el empleo. "Hay que evitar el máximo de despidos posibles", asegura Carnero.

Los cambios en el formato de construcción se concretan en las horas de trabajo necesarias para la fabricación de un vehículo. Como ejemplo, Carnero indica que montar un Seat Ibiza de combustión requiere una media de 20 horas, mientras que el ensamblaje del mismo modelo con un sistema eléctrico sólo supone 13. El último obstáculo para la plantilla de Seat ha sido la decisión de Volkswagen de adjudicar la fabricación del motor eléctrico del modelo Small BEV, que se fabricará en Martorell y Pamplona a partir de 2025, a una planta de Audi en Hungría.

Crisis de suministros

El complejo escenario internacional, con la crisis de suministros y el añadido de la invasión de Rusia a Ucrania, "han provocado un drama en algunas plantas alemanas, obligadas a detenerse por la carencia de semiconductores", alerta el presidente del comité de empresa de Seat. De rebote, esta coyuntura puede impactar en el día a día de las plantas catalanas de la compañía, que temen una ruptura de los stocks y un déficit de materiales de los proveedores. Al final, los trabajadores se muestran preocupados por si la dirección de la compañía se ve empujada a ampliar el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTO), ahora abierto por razones productivas frente a la carencia de semiconductores.

La ralentización en el ritmo de fabricación de vehículos por las escasas ventas de estos coches es otro de los hándicaps que puede influir en la negociación del nuevo convenio colectivo

De los hipotéticos despidos que podrían producirse, los sindicatos de Seat estiman que un millar de trabajadores, con más de 61 años, servirían para reducir el impacto de la medida. Sin embargo, la plantilla pide herramientas, en el marco del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) de los fondos europeos Next Generation, y un proceso de negociación de la mesa industrial para reorientar las funciones de determinados trabajadores y evitar los efectos traumáticos sobre la plantilla.

La ralentización en el ritmo de fabricación de vehículos por las escasas ventas de estos coches es otro de los hándicaps que puede influir en la negociación del nuevo convenio colectivo. En este caso, Volkswagen tenía previsto realizar una media de 500.000 vehículos anuales, cifra que se podría reducir hasta las 350.000. Si esta reducción se produce, estarían en el aire unos 1.500 puestos de trabajo de las tres plantas catalanas de Seat.

Incertidumbre en el convenio

En el contexto del diálogo entre empresa y representantes sindicales sobre el nuevo convenio laboral, estos últimos no ven posible plantear uno nuevo sin tener clara cuál será la visión estratégica de la compañía y el empleo que podrá ofrecer la nueva etapa. Por su parte, la dirección de Seat señala que la electrificación de plantas no supondrá una pérdida de empleos, aunque sí la necesidad de formar a trabajadores para que asuman nuevas funciones.

Los representantes sindicales no ven posible plantear un nuevo convenio laboral sin tener clara cuál será la visión estratégica de la compañía

Tras el primer encuentro entre ambas partes, producido a mediados del pasado febrero, los sindicatos reclamaron el plan industrial que garantice la estabilidad del empleo, la viabilidad de todos los centros y el mantenimiento de las marcas. Además, exigen un incremento de sueldo tomando como partida el IPC real y mantener la cláusula de revisión salarial. Entre las mejoras laborales, destacan la reducción de la jornada individual de forma consolidada, situándola en 35 horas a la semana y priorizar y acordar mecanismos que garanticen y mantengan la plantilla sin reducción salarial para hacer frente a los excedentes de plantilla que provocará la transición en el coche eléctrico. En relación con la entrada en vigor de la nueva reforma laboral, los trabajadores quieren que se aplique en los contratos temporales, fomentando los indefinidos y no permiten subcontrataciones con sueldos por debajo de lo que marca el convenio sectorial.

Esta circunstancia tiene lugar precisamente cuando se acaba de conocer que Seat cerró febrero como la marca más vendida en el mercado estatal, tras matricular 5.725 vehículos (un 16% más que en el mismo mes de 2021), de los que 2.119 corresponden al modelo Arona. Estos datos de las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam) certifican el liderazgo de la compañía en el Estado español. En este contexto, todavía tiene más sentido, si es necesario, la necesidad de solucionar los estragos provocados por la apuesta por el coche eléctrico en la carga de trabajo y el empleo con inversión y formación en la plantilla, más allá de los condicionantes irremediables del panorama internacional.

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