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Unilever da marcha atrás en el traslado de su sede de Londres a Holanda por el Brexit

Una revuelta de accionistas frena la salida de la multinacional de productos de consumo como el jabón Dove o los helados Ben & Jerry's

El edificio Unilever, en el centro de Londres. REUTERS/ Hannah McKay

Martinne Geller/Reuters

Unilever desechó los planes para trasladar sus oficinas centrales a Países Bajos el viernes ante una revuelta de accionistas que supondrá el mantenimiento en Londres de una de las mayores compañías británicas antes del Brexit.

La decisión se produce tres semanas antes de que tuviera lugar una votación sobre la propuesta de mudanza y es una victoria para los accionistas que se opusieron a la medida, que habría supuesto la salida del índice bursátil FTSE del fabricante de Marmite, el jabón Dove y los helados Ben & Jerry's.

"Nos complace que hayan abandonado el plan de 'hacerse holandeses'", dijo Ali Miremadi, gestor de carteras de GAM, que tenía la intención de votar en contra de la medida. "Ahora la compañía puede concentrarse en el trabajo principal: impulsar el valor de los accionistas a largo plazo".

La junta de Unilever acordó desechar el plan durante una teleconferencia el viernes después de que quedara claro que no iba a alcanzar el número de votos requeridos, dijo una fuente familiarizada con el asunto.

El plan necesitaba el respaldo de una mayoría de accionistas del Reino Unido con al menos un 75 por ciento de las acciones, pero solo requería la aprobación del 50 por ciento de las acciones cotizadas en Holanda.

Sede de Unilever en la localidad holandesa de Rotterdam. REUTERS/Piroschka van de Wouw

Sede de Unilever en la localidad holandesa de Rotterdam. REUTERS/Piroschka van de Wouw

Accionistas que representan aproximadamente el 12 por ciento de Unilever PLC se habían opuesto públicamente a la medida, preocupados por lo que en la práctica era una venta forzada de sus acciones sin prima, la incertidumbre sobre el futuro tratamiento fiscal de los dividendos holandeses y la percepción de que la medida estaba dirigida en parte a asegurar una mayor protección contra adquisiciones bajo la ley holandesa.

El cambio de rumbo de Unilever se produce en un momento delicado para el Gobierno británico, que lucha por proteger los empleos y la inversión mientras la primera ministra Theresa May trata de sacar adelante su plan de divorcio con la Unión Europea.

"El Reino Unido es uno de los mejores lugares del mundo para hacer crecer un negocio, y nuestra moderna estrategia industrial nos compromete a ser una economía abierta y competitiva y un gran lugar para ubicar la sede mundial", dijo el Secretario Empresarial Greg Clark.

Es previsible que la decisión tenga consecuencias políticas para el primer ministro holandés, Mark Rutte, sobre su impopular propuesta de eliminar el pago de impuestos sobre dividendos en grandes empresas con el objetivo de atraerlas al país, una medida que para muchos era un señuelo para Unilever.

La estructura angloholandesa de Unilever se remonta a 1929 cuando el fabricante de jabón británico Lever Brothers se fusionó con la compañía de margarina holandesa Margarine Unie. Unilever vendió a KKR su negocio de margarina y productos para untar a principios de este año.

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