Este artículo se publicó hace 2 años.
Repsol gana 3.222 millones hasta septiembre impulsado por los precios energéticos
La petrolera española, que aumentará el dividendo y recomprará acciones, dice que el impuesto al sector que propone Bruselas "crea un germen de duda" en la capacidad de las empresas para invertir y propiciar su transformación.
Madrid-Actualizado a
Repsol obtuvo un beneficio neto de 3.222 millones de euros en los nueve primeros meses del año, cifra un 66% superior a los 1.939 millones del mismo periodo del ejercicio pasado, según ha informado la compañía, que acelerará con ello la hoja de ruta de su política de dividendos.
El resultado neto ajustado (que mide el desempeño de los negocios) se situó en 4.564 millones de euros a cierre de septiembre, casi triplicándose con respecto a hace un año. Cerca del 60% provino del negocio internacional, cuyo principal exponente es el área de Upstream (exploración y producción), que obtuvo un resultado de 2.431 millones de euros en el periodo impulsado por los precios de los hidrocarburos.
Repsol destacó que esta senda de recuperación le está permitiendo "compensar parcialmente las pérdidas de los ejercicios 2019 y 2020, de más de 7.100 millones de euros", derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de los impactos por la pandemia de la Covid-19.
Asimismo, la fuerte generación de caja operativa de la compañía permitió a Repsol llevar a cabo una importante reducción de la deuda neta, que cerró septiembre en 2.181 millones de euros, lo que supone un descenso de 3.581 millones de euros respecto a la registrada al inicio del presente ejercicio.
En lo que se refiere a las inversiones, principalmente centradas en la Península Ibérica, se elevaron un 47% en los nueve primeros meses del año con respecto al mismo periodo de 2021, hasta los 2.397 millones de euros.
Asimismo, Repsol ha destinado más de 2.000 millones de euros en los nueve primeros meses del año a incrementar sus inventarios para garantizar el suministro en España.
A pesar del actual momento positivo del negocio de refino, Repsol decidió registrar provisiones por deterioro en el valor contable de sus refinerías, cuya rentabilidad y competitividad a largo plazo quedarían impactadas en caso de no corregirse aspectos como la inseguridad del entorno de negocio y la presión regulatoria y fiscal en Europa. Estas provisiones suponen la mayor parte de los resultados específicos del periodo enero-septiembre, que se situaron en -2.086 millones de euros.
Mejora la retribución a los accionistas
Ante la mejora de los resultados por la subida del crudo, el consejo de administración de la petrolera ha acordado mejorar la retribución a sus accionistas, tanto a través del dividendo como la recompra de acciones.
Así, el dividendo de Repsol que se distribuirá a los accionistas el próximo mes de enero aumentará hasta 0,35 euros brutos por acción la retribución en efectivo , al tiempo que el consejo de administración propondrá a su junta general ordinaria de accionistas del próximo año un pago complementario de otros 0,35 euros brutos por acción.
De ese modo, la remuneración efectiva en 2023 de Repsol para sus accionistas aumentará un 11%, hasta los 0,70 euros brutos por acción (frente a los 0,63 euros de este año), con lo que la compañía adelantará el objetivo de retribución previsto en su plan estratégico para el año 2024.
A ello hay que añadir las recompra de acciones. En este sentido, el grupo anticipará en tres años su objetivo de recompra y amortización de acciones, estando previsto alcanzar a finales de este ejercicio los 200 millones de títulos amortizados establecidos para todo el periodo 2021-2025. Para ello, la energética pondrá en marcha un nuevo programa de recompra que le permitirá amortizar los 50 millones de acciones que quedan para lograr este objetivo plurianual.
Críticas al impuesto a las energéticas
En la presentación se resultados, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha advertido de que el impuesto que pretende imponer la Unión Europea a los denominados beneficios extraordinarios obtenidos por las empresas de combustibles fósiles "crea un germen de duda" en la capacidad para invertir en la transformación del sector, y abrió la puerta a destinar más inversiones a Estados Unidos, debido, en su opinión, a la mayor estabilidad regulatoria en este país.
Imaz ha aprovechado una teleconferencia con analistas para mostrarse en contra del impuesto que los países de la Unión Europea quieren imponer a las energéticas por los denominados beneficios extraordinarios. Así, el ejecutivo de Repsol ha insistido en que la industria "no es un negocio regulado" y que, por tanto, no cuenta con beneficios extraordinarios. Igualmente, ha asegurado que las ganancias actuales "no compensan las pérdidas acumuladas" en los últimos años derivadas de los ajustes de activos para ser cero emisiones netas y de los impactos por la pandemia.
En su información sobre los resultados hasta septiembre, Repsol destaca que la actividad desarrollada durante los primeros nueve meses del año le ha llevado a realizar una contribución fiscal de más de 11.800 millones de euros en los países donde está presente, de los cuales más del 70% se pagaron en España.
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