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La ralentización del comercio mundial hace caer las exportaciones catalanas por primera vez en 15 años

Las ventas al exterior han bajado un 8% entre enero y julio, lo que genera una demanda empresarial para diversificar los proveedores, acercar la producción y potenciar la autonomía estratégica del sector industrial.

Foto puerto Barcelona
Fotografía nocturna del puerto de Barcelona. EvgeniT

Uno de los pilares que favoreció la salida de la crisis del año 2008, ocasionada inicialmente por la quiebra del sector inmobiliario y financiero, fueron las ventas al exterior. Las exportaciones de las empresas catalanas, que han tenido un crecimiento sostenido desde hace 15 años, muestran un punto de inflexión este 2024.

Por primera vez, los datos oficiales constatan un descenso de estas operaciones. De hecho, las cifras del informe mensual de Comex, perteneciente al Ministerio de Economía y Comercio, señalan que entre enero y julio de 2024 las exportaciones han disminuido un 8,87%, pasando de los 59.660 millones a los 54.638.

La bajada se produce básicamente en sectores como el de los productos químicos, el automóvil o los bienes de equipo. El hecho de que las exportaciones hayan caído más que las importaciones revela que el déficit comercial -la diferencia entre lo que se vende y lo que se compra- se ha incrementado, lo que denota cierto estancamiento de la actividad. El efecto se nota en los países de la Unión Europea, el cliente principal de las compañías catalanas. Aun así, las exportaciones de las firmas de Catalunya todavía suponen más de una cuarta parte del global del Estado español.

En un primer análisis, los expertos auguran que la tendencia será global y con un carácter estructural. En este sentido, descartan que vuelvan las épocas en que las cifras de comercio mundial se situaban por encima del crecimiento económico global.

Junto con este marco general, fenómenos actuales como las crisis geopolíticas y el enfriamiento económico están impactando en las ventas al exterior del tejido empresarial catalán. Desde la pandemia de la covid-19, los costes del sector logístico, a consecuencia de la ruptura de las cadenas de suministro, se han encarecido, de forma que ya no sale viable la búsqueda de proveedores en todo el mundo.

En un reciente estudio, denominado Evolución y transformación del modelo productivo catalán, la Cambra de Comerç de Barcelona insta a facilitar y estimular los proyectos empresariales con vocación industrial, un horizonte de largo plazo y alineados con los objetivos estratégicos de transformación del modelo productivo, evitando tanto el exceso de regulación como una planificación excesivamente intrusiva.

Para la entidad, las prioridades para "la transformación del modelo productivo implica programar y ejecutar todas las inversiones necesarias en I+D+i, energías renovables e infraestructuras hídricas y también para colaborar con el sector energético para ampliar y potenciar una red eléctrica dimensionada para poder servir una economía electrificada y digital mucho más potente".

Pérdida de ocupación industrial

Con casi una tercera parte de la ocupación total (32,4%), según los datos del estudio de la Cambra, y a pesar de haber perdido casi nueve puntos desde el año 2000, el sector industrial y logístico continúa siendo el que concentra más puestos de trabajo. Para los próximos años, la Cambra divisa un crecimiento en capital humano y en productividad, pero ve probable que gane peso relativo en la ocupación de manera significativa y sostenida, atendida la naturaleza del cambio tecnológico en este sector.

"El comercio se está utilizando como arma política, lo que nos acaba perjudicando"

"La Unión Europea y su locomotora, Alemania, no pasan por un buen momento y esto está afectando las relaciones con nuestro principal cliente". Así explica la situación el director general de la Asociación Multisectorial de Empresas (Amec), Joan Tristany. En este sentido, precisa que a la dependencia respecto a la UE se añaden las políticas proteccionistas y los aranceles derivados de los conflictos entre EEUU y China. "El comercio se está utilizando como arma política, lo que nos acaba perjudicando".

Fruto de este contexto, Tristany advierte de otra práctica desleal. En este caso, con el propósito de regionalizar la producción, una vez se ha constatado la posibilidad de que fallen algunas cadenas de suministro globales, "se está optando por la sostenibilidad como excusa para implantar barreras, normativas y regulaciones que no son homogéneas".

Pese a la tendencia a lo que se conoce como el near shoring, tener proveedores y clientes más cerca, también se están haciendo pasos para sustituir la exportación clásica por operaciones de proximidad. Como telón de fondo, el auge de las medidas proteccionistas y la redefinición de las cadenas de valor globales.

Una nueva ley industrial

La incertidumbre política está alargando la toma de decisiones para proyectos de inversión

Como ejemplo, Tristany indica que las empresas asociadas a Amec han creado el doble de filiales productivas y de servicios al extranjero en relación con el año pasado. "Notamos que la incertidumbre política también está alargando el periodo de toma de decisiones para proyectos de inversión". Para hacer frente a una etapa ya diferente a la de la internacionalización y la globalización, el director general de Amec alude a alternativas como la diversificación de proveedores y la proximidad de los clientes.

Para dibujar estos objetivos, Amec pide al Govern de la Generalitat de Catalunya que coloque la industria en el centro. Así, aboga por "una autonomía estratégica que se conseguiría aprobando una nueva Ley de Industria que reivindique políticas activas. Es decir, más que construir fábricas, tener la capacidad de producir y de las herramientas tecnológicas para hacerlo". Además, Tristany defiende la necesidad de transmitir la solidez industrial, acompañada de la generación de ocupación estable y bien retribuida.

Más allá de estas reclamaciones, Amec advierte de la dificultad de incorporar profesionales a las plantillas del sector industrial por la imagen estigmatizada asociada a este ámbito. "Siempre pensamos en una fábrica echando humo, contaminando y que se vincula a un entorno inseguro de un polígono". Cambiar esta percepción a través de la pedagogía y de la apuesta tecnológica, más allá de las normativas y políticas, también serviría para revertir el momento negativo del sector exportador, especialmente el industrial.

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