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Parques eólicos Cortocircuito ambiental en el desierto de Las Bardenas: los parques eólicos sitian una reserva de la biosfera

La desmesurada implantación de las energías renovables en Aragón y en Navarra cuestiona los esfuerzos públicos por conservar y reforzar una biodiversidad y un paisaje para los que el desarrollo de las energías verdes a base de grandes centros de producción se suma como amenaza a las maniobras militares que la OTAN y el ejército español llevan siete décadas realizando.

Proyectos que suman más de 600 aerogeneradores y cientos de kilómetros de líneas eléctricas amenazan con cerrar los flancos sur y oeste de la reserva de Bardenas.
Proyectos que suman más de 600 aerogeneradores y cientos de kilómetros de líneas eléctricas amenazan con cerrar los flancos sur y oeste de la reserva de Bardenas. NME (CCO)

"Estamos mermando la biodiversidad y destruyendo el paisaje ¿De qué sirve tener zonas protegidas si luego las rodeamos de parques eólicos y solares que disparan la mortalidad?" plantea Eduardo Navascués, de Ecologistas en Acción, ante el evidente riesgo de que, tras la instalación de varios complejos de aerogeneradores en las áreas oeste y norte, los proyectos para ubicar más de 600 en el sur y el este, los primeros en Navarra y los segundos en Aragón, la reserva de la biosfera de Bardenas quede sitiada por una malla de molinos de viento que amenaza la rica biodiversidad ornitológica de ese desierto a caballo entre las dos comunidades.

Los proyectos de parques eólicos y fotovoltaicos de los alrededores se suman a la amenaza para la biodiversidad que ya suponen las maniobras aéreas, a menudo con fuego real, que despliegan en esa zona la Otan y el ejército del aire español desde hace siete décadas, unas contestadas maniobras que se han mantenido después de que la Unesco declarara en noviembre de 2020 como reserva de la biosfera una superficie de 39.285 hectáreas de 19 municipios por su riqueza natural, paisajística y faunística, especialmente en su vertiente ornitológica con 27 especies de aves cuya conservación requiere la de su hábitat y trece "estrictamente protegidas", explica la web de la reserva, que añade que "el valor más destacable del medio natural de las Bardenas es su alto grado de naturalidad, que se percibe al instante".

Desde 1998, con la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos (PORN) del parque natural quedó descartada la posibilidad de instalar parques eólicos

Desde 1998, con la aprobación del Plan de Ordenación de los Recursos (PORN) del parque natural, cuya superficie coincide con la de la reserva, quedó descartada la posibilidad de instalar parques eólicos en el territorio protegido, aunque no ocurre lo mismo con su entorno: los hay, entre otros municipios circundantes, en Cascante, Ablitas, Fustiñana y Cabanillas, según señala el Mapa de Infraestructuras Energéticas del Gobierno de Navarra, que también reseña complejos solares en Cintruénigo, Fitero o Fustiñana.

Algunas de esas instalaciones, como la de Cavar, un complejo de 32 aerogeneradores situado entre Cadreita y Valtierra, está batiendo los peores registros de mortandad del país, con un buitre muerto cada tres días en sus primeros diez meses de funcionamiento.

"Un molino es incompatible con las aves"

"Es un absurdo pretender que conservando solo las áreas de cría vamos a poder conservar una especie", señala Josean Donázar, ornitólogo de la Estación Biológica de Doñana, del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), y conocedor de la zona, que destaca que "el problema de Bardenas es similar al que se da en otras áreas protegidas de España y del resto de Europa: las zonas protegidas están protegidas pero su entorno se degrada, y lo que ocurre fuera afecta a lo que pasa dentro".

"El problema de fondo es que no hay una planificación" sobre el despliegue de las renovables, añade, y eso puede acabar permitiendo que "la Bardena aragonesa se vea cubierta de molinos, de tal forma que no queden puntos en las Cinco Villas que vayan a quedar a menos de cinco kilómetros de un aerogenerador".

Se trata de una de las zonas que recorren las aves esteparias, rapaces y necrófagas de la reserva en busca de alimentos, en ocasiones, como ocurre con los buitres y algunas especies de águilas, a menudo con desplazamientos de varias decenas de kilómetros en un solo día.

La amenaza que viene por el sur consiste en la instalación de 611 aerogeneradores

La amenaza que viene por el sur consiste en la instalación de 611 aerogeneradores promovidos en su práctica totalidad por la empresa aragonesa Forestalia, la instalación de placas solares para cubrir alrededor de mil hectáreas y la construcción de dos líneas de alta tensión cuyos tendidos suman 758 kilómetros para evacuar esa producción hacia Euskadi, en un remedo de los esquemas de extracción de recursos de la España interior hacia los polos de producción que el desarrollismo franquista aplicó a la energía hidráulica.

"Un molino es incompatible con las aves, y más cuanta más biodiversidad hay", sostiene José Antonio Pinzolas, de la organización ecologista Ansar, que describe cómo la envergadura de los artefactos que comienzan a instalar las empresas de energía 'verde', como ocurre en el parque que EDP está construyendo en Pozuelo de Aragón, "ya supera los 170 metros, con el motor a 114 de atura y palas de 65". Esas magnitudes entrañan obvias dificultades para que las aves puedan eludir los impactos.

El Gobierno eleva de golpe varios escalones las exigencias ambientales

Las autorizaciones para el grueso de los nuevos molinos que amenazan con cerrar el cerco de la reserva de la biosfera por el sur y el este, 591 de 611, dependen del Miteco, el Ministerio de Transición Ecológica, que hace unas semanas emitió una resolución que ha dado esperanzas a los conservacionistas y a los vecinos de las zonas afectadas por los proyectos energéticos ante una eventual paralización de algunos de ellos.

El BOE publicaba el pasado 27 de enero una declaración de impacto ambiental negativa para el parque eólico Biota, que iba a ubicar en esa localidad y en Uncastillo veinte aerogeneradores de "115 [metros de] altura de buje y 170 de diámetro de palas", es decir, casi 200 metros, en una zona cercana a la reserva en la que "tienen sus áreas de campeo, cría, alimentación y dispersión numerosas especies protegidas, como el águila de Bonelli, águila real, milano real, alimoche, aguilucho pálido, aguilucho cenizo, halcón peregrino, águila culebrera, águila calzada, azor común, gavilán".

El BOE publicaba el pasado 27 de enero una declaración de impacto ambiental negativa para el parque eólico Biota

"El hecho de que la línea de evacuación planteada atraviese el rio Aragón incrementa el riesgo de colisión para las especies de fauna voladora que utilicen el río y su ámbito de influencia como corredor ecológico o como zona de ocupación habitual", advirtió el Gobierno de Navarra, mientras el propio Miteco destacaba la existencia en "un radio de 25 kilómetros" de "diez espacios Red Natura 2000, que albergan varias alineaciones montañosas circundantes, así como varios humedales de importancia para las aves acuáticas", a lo que se suma la presencia de "poblaciones relevantes de quebrantahuesos, buitre leonado y alimoche" y, también, de milano real.

"Llegamos al absurdo de plantear nuevos parques en la misma zona en la que se rechazan", señala Donázar, que anota que de salir adelante los proyectos "la degradación del paisaje va a ser intensa".

"Esperamos que el ministerio haya iniciado una tendencia", indica Navascués, que recuerda cómo la reciente muerte de un ejemplar de águila de Bonelli en un parque eólico aragonés cercano a Bardenas, donde este ave ha sido reintroducida dentro de un proyecto Life financiado con fondos europeos, plantea el sinsentido que supondría "autorizar instalaciones que perjudican al territorio y no benefician a los consumidores" y que entrañan nocivos riesgos para la viabilidad de programas públicos como el del ave.

La resolución del Miteco incluye dos pasajes de especial interés: en uno de ellos advierte de que la explotación de los parques puede tener "repercusiones sobre numerosas especies de aves protegidas o amenazadas y consideradas objeto de protección en los espacios pertenecientes a la Red Natura 2000 del entorno", lo que pondría "en peligro el mantenimiento de dichos espacios en un estado de conservación favorable", mientras en el segundo recoge que "la concentración de parques eólicos y de tendidos eléctricos en el entorno del proyecto, además de provocar interferencias recíprocas en sus respectivos diseños, genera acumulación y sinergia de los impactos por colisión para aves y quirópteros y por efecto barrera y pérdida de conectividad".

Es decir, que el Gobierno central ha comenzado a manejar como criterio de veto para el despliegue de las renovables la probabilidad de que los parques proyectados puedan causar alteraciones en áreas incluidas en la Red Natura como consecuencia de impactos geográficamente localizados fuera de ellas, lo que supone subir de golpe varios escalones en las exigencias ambientales para este tipo de complejos energéticos.

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