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La izquierda europea presenta 'Solidaridad es la cura', su plan anticrisis en la UE

Considera que la situación actual es el resultado de las políticas neoliberales y de austeridad en la última década, y pide que se garantice "una salud pública y solidaria".

Los presidentes de la Izquierda Unitaria en el Parlamento Europeo (GUE) , Manon Aubry y Martin Schirdewan-
Los presidentes de la Izquierda Unitaria en el Parlamento Europeo (GUE) , Manon Aubry y Martin Schirdewan-

IRENE SÁNCHEZ

La formación de Izquierda Unitaria en el Parlamento Europeo (GUE) considera que la Unión Europea debe de tomar medidas en cuatro frentes para salir lo menos escaldada posible de la crisis económica. Abogan por medidas para construir "una Europa más social y ecológicamente justa, con la solidaridad como columna vertebral".

Los presidentes de la formación de izquierdas, Manon Aubry y Martin Schirdewan, han presentado este martes a través de Facebook live Solidaridad es la cura. Este plan apuesta por reforzar el sistema sanitario, crear empleos y fortalecer la protección social, contrarrestar la crisis económica y social garantizando una recuperación verde y nunca perder de vista los derechos fundamentales.

Para la izquierda europea las instituciones europeas llegaron tarde a la llamada de socorro de los Estados miembros, ahogados por la crisis sanitaria del Covid-19. Y lo hicieron, según explican los eurodiputados, con "políticas neoliberales, ausencia de coordinación y poca solidaridad entre los países".

Durante la crisis del euro se hizo famosa la frase de "whatever it takes" ("lo que sea necesario") en boca del entonces presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Dragui. Aquella frase alivió la tormenta financiera defendiendo que haría lo imposible para garantizar la supervivencia del euro. En esta ocasión, GUE se hace con este lema e insta a Bruselas a hacer "todo lo que esté en sus manos para garantizar una salud pública y solidaria".

Denuncian que el sistema sanitario de los Estados miembros ha llegado a esta crisis del coronavirus con oxígeno asistido, porque a lo largo de la última década "la Comisión Europea ha recomendado hasta en 63 ocasiones recortes en estas partidas". Por ello consideran que es clave "revertir estas políticas neoliberales y de austeridad e inyectar fuertes inversiones en el sistema de salud y seguridad social".

“La pandemia ha puesto al descubierto las desastrosas consecuencias de la austeridad en nuestros servicios públicos y ha revelado el impacto catastrófico del libre comercio y la pérdida de nuestra soberanía industrial”, según palabras de la copresidenta Manon Aubry.

La francesa insiste en la importancia de regar de inversión al sector sanitario y apoyar el control estatal, a través de la nacionalización si fuera necesario, de los sectores clave para dar respuesta a la pandemia. Según explica, este punto también incluiría “el establecimiento de compañías farmacéuticas de propiedad pública”.

Respuesta verde y social

La izquierda europea cree que la recuperación debe de ser verde, en línea con los compromisos que asumió la presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen. Considera que la crisis actual no puede usarse de excusa para no llegar al objetivo de neutralidad cero de carbón y por ello pide un presupuesto europeo “ambicioso, con la mayor financiación para políticas de cohesión, clima, salud y solidaridad”. Además, anima a Bruselas a defender una reducción del 70% de las emisiones para la próxima década.

El bloque de izquierdas insiste en que esta crisis ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad en la que se trabaja en muchos sectores que han sido esenciales para la lucha contra la pandemia. Denuncian que son mal pagados y, a menudo, ignorados. Por ello insisten en defender “unas condiciones laborales dignas, mejores derechos y un incremento en sus salarios”.

En este sentido, el documento anima a seguir participando en los aplausos al caer la tarde, pero también “a defender medidas de protección para el empleo y los derechos sociales”. Hay una mención especial a las mujeres, que una crisis más son el eslabón más vulnerable, y corren el riesgo de cargar con gran parte de las consecuencias económicas tras el desconfinamiento.

Aubry y Schirdewan defienden que nadie puede quedar atrás e insisten en defender dos valores atemporales: la igualdad y la no discriminación. Piden a la Unión Europea que condene “la discriminación y los discursos de odio contras los inmigrantes, refugiados y minorías”. En esta línea, instan a Bruselas a garantizar el derecho de asilo y a los Estados miembros a “extender automáticamente los permisos de residencia y conceder permisos de residencia temporales a los inmigrantes indocumentados”.

Así, insisten en que se debe de respetar el estado de derecho, la democracia y los derechos fundamentales, haciendo especial hincapié en la libertad de prensa. Después de citar a Polonia y Hungría, los eurodiputados añaden que “las medidas extraordinarias no pueden ser utilizadas como una tapadera para una acción represiva con el pretexto de la protección para la salud”.

Económica, por y para las personas

“Solidaridad es la cura “defiende que la respuesta económica que se dé a la crisis debe de tener presente a las personas y al planeta. Considera que las medidas propuestas hasta ahora vuelven en caer en los errores del pasado e instan a Bruselas a seguir “un camino diferente para promover la solidaridad y minimizar las consecuencias negativas para la ciudadanía”.

Piden que el Fondo de Recuperación, que previsiblemente presentará mañana la Comisión Europea, cuente con 1,5 billones de euros, con cero intereses, que sean distribuidos “a través de bonos de acuerdo con las normas de cohesión dentro de los Estados miembros”.

La izquierda europea propone reemplazar el Pacto de Crecimiento y Estabilidad por un Pacto de Desarrollo sostenible, que salvaguarde los derechos laborales y cuya bandera sea un trabajo digno. Además, la formación pide que la deuda soberana ligada a la crisis sanitaria sea cancelada, al menos la parte correspondiente a los préstamos a través del BCE. Para Aubry, es el único modo de “comenzar de nuevo y superar el impacto económico y social”.

La política francesa insiste en que el BCE “debe de comprometerse a actuar como prestamista directo a los Estados miembros”. Considera importante “revisar los estatutos de la entidad y adaptarlos a los nuevos tiempos, cambiando los tratados”.

El político alemán, por su parte, reconoce que no se siente cómodo con las políticas que defiende su país natal e insiste en la importancia de una “solidaridad real entre países del norte y del sur de Europa”. Así, muestra su apoyo a las medidas presentadas por Italia y España, dos de los países más afectados por la pandemia, que defienden la creación de los coronabonos.

Defienden este producto financiero como una forma permanente de creación de dinero para compensar la caída de la economía en el bloque. Consideran que estos bonos también podrían ser emitidos por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), “siempre que se emitan sin condiciones macroeconómicas y sean comprados inmediatamente después por el BCE”.

También apuestan por un incremento de los impuestos a las grandes corporaciones para poner su granito de arena en la recuperación del bloque comunitario. La formación defiende que la recuperación “no será social si no se financia con recursos fiscales progresivos y redistributivos”. Por ello, Manon Aubry ha puesto de ejemplo a Google, Amazon o Carrefour, como “empresas rentables a las que pedir una tasa más elevada”.

El documento “Solidaridad es la cura” concluye que esta crisis es una oportunidad de oro para renovarse y construir un futuro “sano, igualitario y ecológico”. Mañana se espera que la Comisión Europea presente su plan de reconstrucción de la Unión Europea en la Eurocámara.

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