La inflación dispara el endeudamiento de las familias en 4.000 millones en dos años
Los hogares elevan la demanda de créditos y de tarjetas 'revolving' para tratar de mantener sus niveles de consumo, aunque con un coste añadido de hasta el 18% sobre el dinero al que acceden por esa vía.
Zaragoza--Actualizado a
La inflación está comenzando a activar las espirales del sobreendeudamiento de los hogares, que en solo dos años han aumentado en 4.000 millones de euros la demanda de financiación a través de créditos de consumo y tarjetas revolving para, según el caso, mantener los niveles de consumo o alcanzar unos mínimos ante la confluencia de la espiral de precios y la subida del euríbor por el lado de los gastos con la congelación salarial por la de los ingresos.
¿Y cuál es el problema? Básicamente, que la solución elegida para el problema de carecer de recursos suficientes entraña el de disponer a medio plazo de menos todavía en un más que probable escenario de mantenimiento de la inflación al alza (12,4% en dos años) al que se sumará la obligación de devolver lo prestado con sus intereses, los cuales, según los datos del Banco de España, alcanzan niveles superiores al 7% en el caso de los créditos de consumo y que superan el 18% en las tarjetas revolving.
"El gran problema de la inflación es que supone un empobrecimiento generalizado y que impacta con mayor fuerza en las clases medias y bajas. Y en ocasiones, cuando no se puede ajustar al presupuesto, se tira de préstamos. Y eso puede activar una espiral muy peligrosa que puede llevar a estar sobreendeudado", explican fuentes de Asufín (Asociación de Usuarios Financieros), organización que rechaza cargar toda la responsabilidad de ese fenómeno sobre los consumidores.
"No se puede cargar toda la responsabilidad sobre el cliente bancario", sostienen, mientras apelan al concepto del "préstamo responsable, con el que las entidades financieras deben evitar todo lo que sean productos tóxicos y ofrecer alternativas al usuario para que no llegue a una situación de endeudamiento".
Coincide en el diagnóstico con Sara Benedí, abogada del despacho zaragozano SBA y especializada en temas de crédito: "En una familia hay unas obligaciones que se tienen que cubrir sí o sí, desde llenar la nevera a la educación de los niños, pero hay gente que no tiene otra alternativa que endeudarse para aguantar el tirón porque su sueldo sigue siendo el mismo".
Cuando no se pueden cubrir esas necesidades esenciales, tampoco tras aplicar recortes en ámbitos como la alimentación o la movilidad, añade la letrada, "hay que buscar un ingreso extra, y acceder a algunos como las tarjetas revolving es algo muy fácil, se puede hacer por teléfono respondiendo unos formularios muy sencillos".
Un millón más de familias tira de deuda y de ahorros
El problema es que, a fecha de hoy y en números redondos, cada cinco euros obtenidos por esa vía generan la obligación de devolver seis, proporción que pasa a catorce por cada trece en los créditos de consumo.
El recurso al endeudamiento y al consumo de los ahorros lleva meses creciendo en España, tal y como indican los datos del Banco de España sobre préstamos y tal como viene detectando el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), en el Índice de Confianza del Consumidor.
Los resultados de este último muestran cómo en el último año y medio se ha producido un achique generalizado de la holgura con la que los hogares llegan a fin de mes, con un corrimiento a la baja que afecta a en torno a un 5% de los hogares, lo que en España supondría en torno a un millón de familias que se suman a los tres que ya se encontraban en una situación apurada.
Los que llegan justo son la tercera parte del total de los hogares tras haber perdido algo más del 3% de las unidades entre julio de 2021 y febrero de 2023, una merma aparentemente paliada por la llegada de los dos puntos que han desaparecido del bloque de los que lograban ahorrar algo o bastante, con las pérdidas concentradas en este último.
Esos hogares se han ido acumulando en el bloque de los que pasan apuros, que son el 6% de familias que han tenido que endeudarse y el 13% de los que han tenido que tirar de ahorros, con una tendencia al trasvase de los que podían ahorrar a los que se gastan lo ahorrado, en muchos casos para amortizar parte de la hipoteca y rebajar así las cuotas, y de estos a los que se empeñan.
Paralelamente, los registros del Banco de España también apuntan a un claro aumento del recurso al crédito en los últimos meses para hacer frente a las exigencias económicas que provoca el alza de precios.
Las familias españolas cerraron 2022 con 41.389 millones de euros, una cifra inferior a la del periodo 2017-2019 pero que se sitúa inmediatamente por detrás de esta tanto en el conjunto del crédito para financiar el consumo como en sus dos vías principales, con 11.465 millones en un año en tarjetas revolving y de crédito y con 29.924 en créditos de consumo.
El aumento conjunto es de casi 3.000 millones de euros en un ejercicio y de algo más de 4.000 si se tienen en cuenta los dos últimos, en los que los hogares españoles han consumido cerca de 80.000 millones de euros en estas modalidades.
Ese incremento, con los intereses apuntados antes, supone al cabo del año una mejora del negocio para la banca de algo más de 360 millones de euros, 252 de las tarjetas y 110 de los créditos.
La judicialización de las tarjetas 'revolving'
Resulta llamativo, tanto por la parte bancaria como por la de los usuarios, el aumento del uso de esas tarjetas, que en realidad son líneas de crédito abierto sin fecha de cierre y cuyos intereses pendientes de pago generan nuevos intereses, después de que su liquidación esté provocando una situación cercana al colapso en los juzgados de Primera Instancia por el aluvión de demandas que están generando: por impago en el caso de bancos, financieras y fondos buitre y por abuso en el de los clientes.
"Son una bomba de relojería que aplica un interés compuesto y muy complicado de entender, y la última sentencia del Supremo ha sido una forma de validarlas", señalan fuentes de Asufín, que consideran que "es el propio mecanismo de amortización de estas tarjetas lo que debe considerarse usurario y la comercialización masiva como poco transparente", mientras Benedí anota que esa resolución, del 15 de febrero "ha dado aire" a las entidades financieras para seguir colocándoselas a su clientela.
Hace tres años, en el caso Wizink, el Supremo estableció que los intereses de hasta el 26,8% que cobraba esta entidad por sus revolving eran usurarios, aunque, al no determinar ninguna horquilla concreta, abrió la puerta a que los jueces declararan la nulidad de los contratos cuando consideraban que estaban ante un caso de usura, cuyo nivel llegó a situarse en el 16%.
Sin embargo, hace un mes la misma Sala de lo Civil del Supremo colocaba la barrera de la usura en un aumento de seis puntos sobre la media de ese tipo de tarjetas en todo el sector y remitía los pleitos sobre tarjetas con porcentajes menores al juicio sobre si el banco había cumplido los requisitos de transparencia al "vendérsela" al cliente.
El cambio resulta sustancial, ya que el juicio de transparencia permite declarar abusivas determinadas cláusulas de un contrato y modularlas (establecer un nuevo interés y liquidar su aplicación) pero raramente lleva a la nulidad de todo el producto, con la consiguiente devolución de todo lo pagado en intereses, como había venido ocurriendo en los últimos tres años.
"Ahora los intereses pueden modularse, pero no se anulan salvo que superen en más de un seis por ciento la media que marca el Banco de España para la fecha en la que se firmó el contrato", explica Sara Benedí.
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