MADRID
Del confinamiento en casa por el coronavirus al confinamiento en el trabajo por “despidos encubiertos”. Cuatro trabajadores de El Musel, el puerto de Gijón, encerrados y en huelga de hambre hacen saltar las alarmas: los despidos irregulares han llegado a la empresa semipública European Bulk Handling Installation (EBHI). La entidad, con un capital público al 68%, se niega a cumplir la tasa de reposición de la plantilla, una de las medidas que puso fin a la huelga que ya protagonizaron los empleados en 2017. “No pedimos ningún aumento salarial, solo queremos que se cumplan los acuerdos que la propia empresa suscribió”, reivindica Fernando González, uno de los huelguistas que pasa día y noche, y ya son 15, en el local del sindicato dentro de las instalaciones de EBHI junto con tres compañeros.
Rubén Martínez, delegado sindical en EBHI por parte de la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), explica los antecedentes de la situación: “Hace tres años conseguimos acordar una mejora en la condiciones de seguridad para la plantilla, que trabaja en espacios confinados, que hubiera un mínimo dos vigilantes en cada bodega, además de la firma de una serie de inversiones a realizar, como el cambio de cabinas y máquinas, pero también de la iluminación y del asfaltado. Hasta la fecha, apenas han llevado a cabo nada de lo suscrito, pero que no cumplan con la tasa de reposición es lo más grave porque siete trabajadores a los que habría que hacer indefinidos se van a quedar en la calle”, explica el asturiano.
La crisis del coronavirus también afectó a la empresa, por lo que la totalidad de los trabajadores se ven inmersos en un ERTE declarado de forma unilateral y sin mediación con los sindicatos del comité. En el corto plazo, empresa y trabajadores deberán sentarse a hablar el 28 de mayo en el Servicio Asturiano de Solución Extrajudicial de Conflictos (SASEC), un paso ineludible al haber convocado una huelga para el 2 de junio, ya que los buques con mineral de hierro atracarán el 29 y 31 de mayo. “La reunión de mañana es una pequeña victoria, un primer movimiento, pero parece increíble que una empresa mayoritariamente pública tenga una política empresarial contraria a la marcada por el Gobierno de España, desde donde aseguran que todas las medidas extraordinarias adoptadas durante el estado de alarma están orientadas a mantener todos los puestos de trabajo”, alega Fernández, que también milita en la CSI.
Silencio desde el Ayuntamiento y el Principado
Por su parte, la representación sindical ha intentado la mediación política del Principado de Asturias en el asunto, ya que poseen ciertas competencias en la Autoridad Portuaria de Gijón, pero los resultados han sido infructuosos. Ni Ana González, alcaldesa de la ciudad, ni Adrián Borbón, presidente del Principado, los dos socialistas, han contestado a los requerimientos de los trabajadores. “Ellos conocen la situación porque una diputada en la cámara regional preguntó sobre la cuestión, además de que se les ha hecho llegar diferentes cartas en las que se explicaba lo que ocurre, pero nunca nos han llegado a decir nada, así que nos sorprendería que mañana asistieran al SASEC”, explica Nacho Fuster, secretario general de la CSI, en relación al ofrecimiento que hicieron desde la central sindicalista al Principado de acudir a la reunión como oyentes.
EBHI cuenta con 130 trabajadores en total y, actualmente, “donde tendría que haber 25 maquinistas hay 21, hay siete eléctricos frente a la decena necesaria, y la plantilla de 12 mecánicos tendría que llegar hasta los 15; así que la merma de otros siete puestos de trabaja conllevará una falta de trabajadores muy importante que puede llegar a redundar en la seguridad de los mismos”, narra Martínez. Él mismo afirma que desde principios de año EBHI les comentó que no se planteaba convertir los contratos en indefinidos, pese a que era lo acordado, porque se preveía una bajada de tráfico en el puerto. “Les dijimos desde el comité que tenían que hacer esos contratos, y ya veríamos qué decisiones podríamos consensuar si realmente llegase esa bajada de tráfico”, agrega el militante de CSI. “Con la pandemia ya se negaron en redondo, y desde entonces no hemos vuelto a tener ninguna noticia por su parte”, concluye Martínez.
Sin una correcta atención médica
Tras 15 días encerrados en 16 metros cuadrados, cuatro para cada trabajador en huelga de hambre, los obreros en lucha guardan todas las mismas medidas de seguridad que cualquier persona ahora mismo en España. “Un compañero tiene la tensión baja y algunos mareos, pero anímicamente todos estamos muy fuertes”, expresa González. Pese a tener un buen estado saludable dadas las circunstancias, los trabajadores encerrados denuncian que se les niega la asistencia médica: “Al principio les dijeron que salieran para que fuesen al centro de salud, lo que era un chantaje, y con presión dejaron que médicos de la mutua pasaran a controlar su estado, pero de forma muy irregular y después de que EBHI denegara la entrada a médicos especialistas en huelgas de hambre que trabajarían de forma gratuita”, aseguran fuentes cercanas a los trabajadores. Todos los intentos de Público por hablar con el gabinete de comunicación de la EBHI han sido infructuosos.
Una vez que se decidió emprender la huelga, desde el comité pensaron que lo mejor sería que la secundaran personas lo más jóvenes posibles y sin cargas familiares, siendo el propio González, en este sentido, el más perjudicado: “Con 45 años no tengo ni pareja ni hijos, pero mis padres son enfermos crónicos, además de que mi madre tiene demencia, así que les engañé diciéndoles que me encerraba para luchar por los puestos de trabajo pero no les dije lo de la huelga de hambre. Es una situación que llevo lo mejor que puedo, y me ayuda saber que mucha gente fuera les está cuidando”, explica el trabajador.
Adrián Serrano también está encerrado en el local del sindicato desde hace 15 días. A sus 30 años, lleva tres trabajando para EBHI. Así es como ve la huelga: “Es duro, pero los cuatro tenemos mucha afinidad entre nosotros. Es verdad que, aparte del hambre, también hace mella que no puedas ver a tu gente, pero seguimos con mucho ánimo y no vamos a salir de aquí hasta que la empresa cumpla sus acuerdos”.
Solidaridad internacional con los trabajadores
El eco de sus reivindicaciones también se escucha fuera de ese espacio delimitado en cuadrados de dos por dos metros. Varias concentraciones, tanto en la entrada del puerto como frente al Consistorio de Gijón, y una caravana de coches que ha recorrido la ciudad propagando el mensaje de los huelguistas han sido la forma elegida para extender sus demandas. Además, los mensajes de apoyo a través de redes sociales son constantes: “Nos han llegado comunicados de todo el Estado, incluso se han solidarizado con nosotros trabajadores de puertos de Francia, Inglaterra, Ucrania e Italia”, agrega González.
Y no es para menos. Aunque cuando se encerraron sabían que “era una guerra de desgaste y podía durar”, no empezaron la reivindicación como un órdago a la empresa: “Esto no es una broma. Nuestra apuesta va en serio y todo el mundo tiene que tener claro que aguantaremos los días que hagan falta”, expresa González. Serrano es algo más sarcástico al decir, sin quitarle peso al asunto, que han salido de un confinamiento para meterse en otro peor en el que tampoco pueden comer. Los cuidados en torno a un posible contagio de coronavirus se están efectuando gracias al responsable de riesgos laborales, con el que tienen una amable relación y que desde el primer día les facilitó mascarillas, guantes y geles desinfectantes.
“Mucha gente nos pregunta qué puede hacer para solidarizarse con nosotros y siempre les decimos que, más allá de acudir a todas las convocatorias posibles, lo que habría que hacer es continuar con el ejemplo como trabajadores que somos. Hay miles y miles de trabajadores en situaciones peores que la nuestra, seguro, y en condiciones de precariedad total, así que nos gustaría que la gente se organizara para defender los derechos de la clase obrera, porque nadie nos va a regalar nada y todo lo que consigamos lo tendremos que conseguir nosotros mismos. Que no sean sumisos, que no se resignen a condiciones laborales penosas ni a una vida sin futuro”, declara a Público un González certero. Y Fuster agrega: “Esta gente está haciendo una de las cosas más dignas que hay al defender el puesto de trabajo de sus compañeros”.
Lo que esconden El Musel y EBHI
De forma paralela, el secretario general de la CSI advierte de los últimos movimientos acaecidos en El Musel: “Todo el mundo sabe que hay una especie de trama carbonera. Cuando más se habla de la descarbonización de Asturias y la transición ecológica, aparece la empresa Natural Mining Resources y comienza un movimiento de carbón como nunca. Antonio Boluda, uno de sus responsables junto a David Rodríguez, están acaparando con su empresa la mayor parte de las operaciones del puerto, al que traen carbón de Rusia, lo mezclan con el asturiano y lo llevan a Marruecos”, señala el sindicalista.
El caso es que Natural Mining Resources necesita estibadores para “cerrar el círculo”, expresa el propio Fuster. “El director de la Autoridad Portuaria es elegido por el Principado, y hace cinco meses destituyó a José Luis Barettino ocupando su lugar José Manuel del Arco, quien se comenta que tiene una relación cercana con Boluda, así que sospechamos que el siguiente movimiento es hacer que la carga de trabajo sea menor para que las pérdidas económicas vayan a más y así poder vender la participación pública de la empresa, donde entraría el director de EBHI”, en los propios términos del secretario asturiano. “Además, la EBHI no está haciendo ofertas cuando las podía hacer en condiciones ventajosas, pero pone precios muy elevados en comparación con otras empresas que, encima, tienen menos recursos que la nuestra”, enfatiza.
Fuster pone sobre la mesa la pregunta que ronda todo este asunto. A las pocas respuestas que aún se conocen sobre qué relación tiene Boluda con el Principado de Asturias y el PSOE, el sindicalista termina recordando que “la primera aparición pública de este señor es una fotografía junto al senador socialista Tini Areces y Paz Fernández Felgueroso, antigua alcaldesa de Gijón, y siempre aparece junto a una persona ligada al socialismo”.
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