El Banco Central Europeo aprobó el jueves nuevas medidas de estímulo para ayudar a la economía de la zona euro a hacer frente al creciente coste de la epidemia de coronavirus, pero mantuvo los tipos de interés sin cambios, lo que podría decepcionar a los mercados financieros.

El BCE dijo que ofrecerá nuevos préstamos a los bancos, junto con mecanismos de liquidez previamente acordados a tasas de interés aún más favorables y aumentará temporalmente la compra de activos para ayudar a la economía a hacer frente a la situación.

"Se añadirá una dotación temporal de compras de activos netos adicionales de 120.000 millones de euros hasta finales de año, para garantizar una fuerte contribución de los programas de compra del sector privado", dijo el BCE.

En un momento en que hay millones de personas confinadas, con los mercados convulsionados y problemas en las cadenas de suministro de las empresas, la economía ya está sufriendo un duro varapalo por el virus, por lo que la posibilidad de medidas de apoyo del BCE ya estaba en parte reflejada en las cotizaciones y a los inversores solo les falta saber el alcance de las iniciativas.

Los mercados habían dado por descontado un recorte de 10 puntos básicos en la tasa de depósitos, hasta el -0,6%, aunque varios dirigentes monetarios han expresado un profundo escepticismo en los últimos meses sobre el valor de nuevas reducciones. Tanto la Reserva Federal de Estados Unidos como el Banco de Inglaterra han recortado los tipos en reuniones de emergencia en los últimos días.

No obstante, las tasas del BCE ya estaban en territorio claramente negativo, en niveles peligrosos, ya que nuevos recortes podrían tener un posible efecto contraproducente al dañar más aún más los márgenes de beneficio de los bancos.

Las nuevas medidas del BCE están dirigidas principalmente a las empresas, particularmente las pequeñas y medianas, que son las que más riesgo corren en la crisis.

Christine Lagarde, presidenta del BCE, advirtió esta semana a los líderes de la UE de que la falta de acción podría alimentar el tipo de depresión económica que se produjo a raíz de la crisis financiera mundial de 2008.

Con la decisión del jueves, el tipo de depósitos del BCE se mantiene en -0,5% y el tipo de refinanciación principal se mantiene en el 0%.