Madrid
Actualizado:El Santander mantiene un fuerte compromiso con la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático. Una de sus herramientas principales es la llamada Política de Cambio Climático y Gestión Ambiental con la que el banco se autorregula y gracias a la cual se desarrollan iniciativas para, por ejemplo, evitar o minimizar la contaminación generada por sus actividades, impulsar acciones para sensibilizar a la sociedad, participar en proyectos mundiales de protección ambiental o financiar planes empresariales de infraestructuras respetuosas con el medio ambiente.
Descargar la Política de Cambio Climático y Gestión Ambiental del Banco Santander.
Este compromiso con el planeta es uno de los motivos del reciente viaje a Groenlandia de la presidenta del Banco, Ana Botín, invitada por el programa de televisión “Planeta Calleja”. En esta enorme isla a caballo entre los océanos Atlántico Norte y Ártico, la segunda más grande del mundo tras Australia, los perversos efectos del cambio climático son muy tangibles y están afectando gravemente a su enorme capa de hielo.
En un reciente artículo publicado por Botín en su perfil de Linkedin, la primera ejecutiva del Santander explica cómo el banco está combatiendo el cambio climático, “un problema serio y urgente”. El banco está altamente comprometido con proyectos de desarrollo de infraestructuras “verdes”, se ha comprometido a no financiar proyectos relacionados con el carbón y ha rechaza propuestas de grandes infraestructuras poco respetuosas con el medio ambiente, por ejemplo, en Indonesia.
Santander opera en diez mercados principales en el mundo y cada uno de ellos tiene unas necesidades energéticas concretas. “Es cierto que operamos en países que dependen mucho de los combustibles fósiles, porque los necesitan todavía para conseguir electricidad o calefacción. Por eso –dice Botín- en estos países el reto es ayudarlos en su transición hacia una economía con bajas emisiones, sin perjudicar su crecimiento ni su bienestar social.
En los últimos 10 años, el Santander ha estado ocho veces entre los tres bancos que más energías renovables financia en el mundo. Ha participado en la financiación de 726 proyectos de energía renovable, con un total de 29.000 millones de euros en inversiones. Y nunca ha estado por debajo de los cinco primeros. Si solo tenemos en cuenta a los bancos comparables por tamaño y capitalización bursátil, el banco español ha estado entre los primeros en 9 de los últimos 10 años. “Es algo de lo que podemos estar orgullosos”, asegura Ana Botín.
“Para ayudar a nuestros clientes en esa transición hacia una economía de bajas emisiones, tenemos un amplio abanico de productos bancarios, desde préstamos sindicados a bonos verdes, pasando por financiación de proyectos o asesoría, entre otros. Es lo que llamamos financiación verde y nos hemos comprometido a alcanzar los 120.000 millones de euros en 2025. Para que se entienda lo ambicioso que es este compromiso, son alrededor de 17.000 millones de euros al año”.
El Santander también trabaja para reducir al máximo su propia huella de carbono. El objetivo es que en 2021 el 60% de la energía que consume como organización provenga de fuentes renovables y que en 2025 alcance el 100%. “Sabemos que queda mucho por hacer y vamos a seguir trabajando para encontrar la mejor forma de conseguirlo. El cambio climático es un desafío crucial. Todos tenemos que responder en nuestro día a día, y nosotros, como empresa, debemos liderar con el ejemplo”.
Los bancos representan dos tercios de la financiación a nivel mundial, por lo que resulta evidente el importante papel que el sistema financiero desempeña en esta tarea. De hecho, ya son una larga lista de entidades las que se han adherido a los Principios de Banca Responsable, elaborados por la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI, por sus siglas en inglés), de la que Santander es uno de los miembros fundadores. Al comprometerse con el nuevo marco, los bancos adaptarán sus negocios a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y al Acuerdo de París sobre cambio climático. Este compromiso supone asumir públicamente el impacto social, ambiental y económico del sector.
Santander es, además, uno de los bancos más sostenibles del mundo: se sitúa en tercer lugar entre los bancos globales en el Dow Jones Sustainability Index. Y según el ranking que elabora Dealogic, en 2018 fue el primer banco del mundo por número de operaciones en financiación verde -la única entidad que participó en el total de operaciones ejecutadas en el mercado- y segundo por volumen. “Estamos desarrollando un papel preponderante en la transformación del sector energético. En los últimos años hemos aumentado nuestra participación en la financiación de proyectos de energías renovables”, señala el banco en el Informe Anual de 2018. De hecho, la entidad contribuyó el año pasado a la financiación de proyectos de energía renovable con una capacidad equivalente al consumo de 5,7 millones de hogares.
Y un ritmo todavía más acelerado lleva en 2019. Desde comienzos de año ha participado en la colocación en el mercado de seis de las siete emisiones de bonos verdes realizadas por compañías españolas y se coloca, según la misma firma, en la primera posición por volumen asesorado, cerca de 900 millones de euros. Entre ellas, el debut de Telefónica y el ICO, además de la emisión de Iberdrola, actual líder español en financiación sostenible. “Apoyamos el desarrollo continuo de las energías renovables, el uso más eficiente de la energía y ayudamos a nuestros clientes en la transición hacia una economía con bajas emisiones de CO2”, afirma la entidad.
El Santander, en este sentido, anunció al comienzo del verano 10 objetivos que reflejan su compromiso para contribuir a los ODS y garantizan el desarrollo de su actividad de una manera responsable. Entre ellos, reducir las emisiones y la huella medioambiental del banco, con el objetivo de que el 100% de la energía que utiliza provenga de fuentes renovables en 2025 en los países donde sea posible certificar la fuente de la electricidad; y eliminar todo el plástico de un solo uso en las sucursales y edificios corporativos de ahora a 2021. La entidad ha desarrollado también el programa Natura, que engloba todas las acciones, productos y servicios que tienen como fin último la conservación del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático, además de actividades educativas y voluntariado medioambiental.
La gestora del grupo, Santander Asset Management, también ha sido pionera en España con el lanzamiento en 1995 del primer fondo gestionado bajo criterios de Inversión Socialmente Reponsables (IRS). Desde entonces, la entidad no ha dejado de apostar e innovar en este sector, que está experimentando un fuerte crecimiento y se ha convertido en uno de los motores de desarrollo de esta industria a nivel internacional. La gestora del gigante financiero es, además, líder en inversión responsable con el 66% del patrimonio total gestionado en fondos ISR en nuestro país.
En 2018 el banco lanzó la primera gama de fondos sostenibles en España, integrada por dos fondos mixtos (Santander Sostenible 1 y Santander Sostenible 2) y un fondo de renta variable pura (Santander Sostenible Acciones). Esta gama acumula más de 800 millones de euros en activos bajo gestión. Además, el pasado mes de octubre, la entidad también estrenó Santander Equality Acciones, que invierte en empresas que promueven la igualdad de género en todos los niveles de su estructura. Entre los fondos del Santander también se encuentra el mayor fondo de ISR de la industria española, Santander Responsabilidad Solidario, que cuenta con más de 17.000 partícipes y un patrimonio bajo gestión superior a 710 millones de euros. En los últimos cinco años, ha donado más de 16 millones de euros a diferentes ONG.
Asimismo, Santander España, en colaboración con el Banco Europeo de Inversiones y la Comisión Europea, lanzó a finales de febrero la línea de Financiación BEI Eficiencia Energética, destinada a proyectos que mejoren la eficiencia energética para autónomos y empresas. El banco ya ha firmado las primeras operaciones en el mes de marzo, dentro de esta línea, por un importe total de 400.000 euros, contribuyendo a mejorar el planeta, con un ahorro de 34.000 Kw/año y evitando la emisión de 9 toneladas de CO2 al año, el equivalente a plantar cincuenta árboles.
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