Este artículo se publicó hace 2 años.
La banca sube comisiones e hipotecas en vísperas de que el acceso al dinero se encarezca
Mantener abierta una cuenta bancaria y disponer de una tarjeta de débito ya cuesta una media de 174 euros al año para clientes de pocos recursos y se dispara a una horquilla de 195 a 290 en las tres grandes entidades financieras del país.
Zaragoza-Actualizado a
Disponer de una cuenta bancaria y de una tarjeta de débito resulta cada vez más costoso para los clientes de menor nivel económico, a los que las entidades financieras cobran una media de 174 euros anuales por disponer de esas dos herramientas, indispensables para la vida diaria en un país en el que ninguna transacción en metálico de carácter laboral, comercial o empresarial puede superar los mil euros, conducta castigada con multas del 25% del pago.
El aumento de las comisiones en el último año, que alcanza el 24%, llega cuando, en plena ola inflacionista, el euríbor vuelve a niveles de hace una década tras un repunte del 1,3% en el último año, lo que está tirando al alza de los intereses que determinan el coste de las hipotecas, y en vísperas de que, a finales de este mes, el BCE (Banco Central Europeo) comience a subir los tipos de interés, lo que elevará los intereses de los créditos en general.
Los datos sobre esos recargos han sido recogidos por Asufín (Asociación de Usuarios Financieros) en su III Barómetro de Comisiones, con datos actualizados de este año, que recogen una horquilla de 60 a 240 euros para la comisión de mantenimiento de las cuentas, con Unicaja en la parte baja y con CaixaBank y Santander en la alta, y otra de 20 a 50 para las tarjetas, en este caso con Ibercaja como el más asequible y de nuevo con la entidad catalana, que ya aplicaba esas cifras el año pasado, como la de mayor cuantía.
La media del sector, calculada según la suma de las comisiones de esos dos servicios en cada una de las entidades, ha pasado de 140,16 a 174 euros anuales, con un incremento del 24,14%.
"Los bancos fueron subiendo las comisiones con la ‘excusa’ de que no ganaban dinero con los intereses, pero todo apunta a que van a mantenerse cuando estos suban y con ellos crezcan sus márgenes", indica Antonio Gallardo, responsable de Estudios de Asufín, que teme que lo que va a ocurrir si mejora el negocio tradicional de la banca es que "veamos un mantenimiento y menores subidas", pero no bajadas, de esos recargos, algo que, en todo caso, se produciría sobre el nivel actual.
No le ha ido mal a la banca española con el negocio del cobro de comisiones a sus clientes por la prestación de servicios financieros, con el que en la década transcurrida entre 2012 y 2021, la que va del rescate a la crisis inflacionista pasando por la pandemia, obtuvo unos ingresos netos de 228.279 millones tras cobrar a sus usuarios 298.547 y pagar a otras entidades 70.268.
Las comisiones, de las que el Banco de España contabiliza hasta 40 tipos distintos, se convirtieron a lo largo de ese decenio en la segunda fuente de ingresos de las entidades financieras españolas, en cuya cuenta de resultados alcanzaron el año pasado un pero del 38%: dos de cada cinco euros que ingresan los bancos españoles proceden de los recargos, que se han convertido en una clave para el sostenimiento del negocio, boyante pese a la superposición de crisis.
"El coste es enorme para una economía precaria"
Sin embargo, según explica el responsable de Estudios de Asufín, el incremento de las comisiones no ha tenido motivos comerciales únicamente. "Están siendo una forma de discriminación con la que el banco atrae al cliente con ingresos suficientes, que es el que le interesa por las posibilidades de venderle productos, y más en un escenario de cierre de sucursales, mientras ‘fríe’ al que no los tiene".
La ‘vinculación’ que evita el pago de comisiones pasa por disponer de ingresos recurrentes, ya sea por nómina o por facturas, superiores por lo general a los 600 euros (menos en el caso de los pensionistas); por disponer de depósitos o instrumentos de inversión por valor de varios miles de euros, 8.000 en Abanca y 25.000 en BBVA, y por domiciliar un número de pagos y cobros (o una cantidad) y/o por efectuarlos con la tarjeta.
Si no se cumplen esas condiciones, el banco pasa periódicamente al cobro las comisiones, de entre cinco y veinte euros mensuales por la cuenta y de entre uno y medio y cinco por la tarjeta.
Existen alternativas como las cuentas online, tanto de los bancos 'tradicionales' como de los neobancos, aunque "no para todos los clientes ya que tanto por el nivel de servicios ofrecidos como la obligatoriedad de operar online va dirigida esencialmente a un público joven", señala el informe, que advierte de que "cuando exista la necesidad de contar con mayores servicios, [los usuarios] tendrán que contratar productos de nivel superior con los condicionantes" de comisiones señalados.
"Esa media de 174 euros supone un coste enorme para alguien con una economía precaria, y eso supone un problema social en un país tan bancarizado como España", explica Gallardo, donde las opciones para manejar tarjetas monedero o manejar cheques sin la intervención de las entidades financieras resultan escasas.
"Se reducen las opciones de elegir banco, se suben las comisiones y no se ofrecen alternativas, y al final se acaba excluyendo al cliente con menos ingresos", critica el coordinador del informe, que anota que "ingresar la nómina ya no es suficiente y si no se cumplen otros requisitos, lo máximo que se consigue es una condonación parcial de la comisión de administración".
Los intereses comienzan a subir
"El propio Banco de España ha alertado sobre el elevado peso de los ingresos por servicios de pago que, aunque es una 'fuente de ingresos significativa y estable', por la demanda recurrente de estos servicios por parte de los clientes, es importante que se ofrezca un valor añadido", indica el informe de Asufín, que plantea si "cambiará esto a lo largo del año 2022" ante las subidas del euríbor y de los tipos de interés.
Los registros del Banco de España invitan a descartar la opción de una bajada de las comisiones por la mejora del margen de intereses, ya que la subida de las comisiones coincide en los primeros meses de este año con otra, leve pero generalizada, de los tipos de interés que aplican las entidades financieras.
Así, en el caso de los hogares los intereses medios de las hipotecas han pasado del 1,44% al 1,66%, con incrementos mayores en las que tienen un periodo de amortización de uno a cinco años, que suben del 1,43% al 1,79%, y en las de más de diez, las más habituales, que lo hacen del 1,33% al 1,54%.
El crédito al consumo permanece estable (6,6% a 6,64%), aunque acelera en los de plazo de devolución inferior a un año (3,37% a 3,56%), lo mismo que el resto de los préstamos (3,09% a 3,16%).
Para las empresas, el ligero descenso en los préstamos de hasta 250.000 euros (1,92% a 1,76%) convive con un encarecimiento de los de mayor cuantía, ya que el interés medio de los de esa cantidad al millón pasa de 1,36% a 1,44% y el del millón en adelante pasa de 1,02% a 1,08%. No obstante, en estos dos últimos grupos la subida es de medio punto cuando se trata de créditos a devolver en más de un año.
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