Este artículo se publicó hace 2 años.
La banca española, a la cabeza en rentabilidad y a la cola en solvencia en la UE
La rentabilidad de la banca europea se situó en máximos a mediados de este año, pero las perspectivas son inciertas por la ralentización económica y hay algunos indicios que apuntan a un empeoramiento de la situación.
París-Actualizado a
La banca española se coloca a la cabeza en rentabilidad entre los grandes países europeos, junto con la de Italia y Suecia, con tasas cercanas al 10%, por encima de la media del 7,8% y más aún de Francia o Alemania, según la información publicada este viernes por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), el supervisor financiero de la Unión Europea, con sede en París.
En el conjunto de la Unión Europea, la banca con mayores niveles de rentabilidad fue la de Grecia, Rumanía y Eslovenia, con retornos cercanos al 20%, mientras que en el lado opuesto, con peor rentabilidad figuran Hungría e Irlanda, con retornos aproximados del 5%, y los bancos de Malta, los únicos en negativo.
La rentabilidad de la banca española está en el 10%, frente al 7,8% de la media europea
Pero es "entre los países con los mayores sectores bancarios" donde destacan España, Italia y Suecia con rentabilidades de alrededor del 10% a cierre de junio de 2022, muy por encima del retorno medio del 6,2% en Francia o el 5,4% de Alemania.
Sin embargo, con una ratio de capital de máxima calidad (CET1 en su variante fully loaded) del 12,3% en su conjunto a mitad de 2022, la banca española seguía estando a la cola europea en niveles de solvencia. Incluso Grecia, ahora con una ratio del 12,4%, se coloca ya por encima de España. En ambos casos, la solvencia de sus sectores bancarios están lejos de la media de las 122 entidades europeas analizadas del 15%, que retrocedió del 15,5% de junio de 2021. Esto se debe a que los activos ponderados por riesgo (RWA, por sus siglas en inglés) han crecido a un mayor ritmo que la generación de capital.
Por encima de España y Grecia, pero sin llegar tampoco a la media europea, quedan Portugal, con una ratio del 13,3%; Austria, con el 13,9%; Italia, con el 14,3%; Polonia, con el 14,5%; Letonia, con el 14,8% y Eslovenia, con el 14,9%.
De los 26 países europeos que forman parte del análisis de la EBA, la banca de Islandia fue la que mejor capital registró al cierre del segundo trimestre de este año, con un 20,3%, seguida de Estonia, con un 19,4%, y Luxemburgo, con un 19,1%.
Por entidades, Kutxabank es el banco de España con mayor solvencia, con un capital de máxima calidad del 16,9%, seguido de Unicaja Banco, con el 13,5% y el Banco Cooperativo, con un 13,2%. A continuación figuran Ibercaja Banco (12,8%), BBVA (12,6%), Abanca (12,5%) y CaixaBank y Sabadell (un 12,4% ambos). Por debajo quedan el Santander, con un 12,3%, y Bankinter, con un 11,7%.
En el conjunto de los 122 bancos de los 26 países que han participado en este ejercicio, la ratio de capital ha sido del 15%, medio punto porcentual menos que un año antes.
La morosidad media de las 10 entidades españolas analizadas por la Autoridad Bancaria Europea se situaba en el 2,8% a cierre de junio de 2022, un punto porcentual superior a la media europea (1,8%, frente al 2,3% en el mismo periodo de 2021), y empatada con el dato de Letonia. Esta ratio de morosidad de la banca española también se encuentra entre las peores del Viejo Continente, aunque es inferior a la de Rumanía (2,9%), Portugal y Chipre (3,6% ambos), Hungría y Polonia (4,3% en los dos casos) o Grecia, con un 5,2%.
Dudas sobre la evolución de la rentabilidad por la crisis
En su ejercicio anual de transparencia publicado este viernes, la EBA señala que la rentabilidad de la banca europea, que se había recuperado de la covid muy rápidamente a comienzos de 2021, continuó mejorando en la primera parte de este año, pero tiene dudas sobre la evolución futura, sobre todo por la ralentización económica.
La mejora global de la rentabilidad de los 122 bancos de la muestra este año fue posible por el crecimiento de los créditos y por el de los márgenes de interés, así como por el levantamiento de las restricciones que se habían impuesto durante la covid al pago de dividendos, que han permitido volver a tasas de distribución del 50% de los beneficios.
Pero las cosas están cambiando y la fuerte ralentización económica que está viviendo la Unión Europea, particularmente acusada por los efectos de la guerra en Ucrania, podría conducir incluso este invierno a una recesión técnica (dos trimestres sucesivos de caída de la producción), lo que plantea incertidumbres sobre lo que va a ocurrir con la rentabilidad del sector.
Porque esa ralentización se traducirá en una menor progresión del crédito y en mayores pérdidas de valor. Además, el repunte inflacionista puede redundar en un incremento de los costes operativos de las entidades.
Algunos bancos de la Eurozona podrían tener dificultades para devolver el dinero prestado por el BCE
En su informe, el supervisor bancario de la UE avisa de que algunos bancos de la Eurozona podrían tener dificultades para devolver el dinero prestado por el Banco Central Europeo (BCE), ya que la volatilidad de los mercados dificulta la obtención de fondos.
Hasta hace poco, los bancos contaban con 2,1 billones de euros (2,21 billones de dólares) en efectivo procedentes de las operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO, por sus siglas en inglés) del BCE, pero ahora están devolviéndolos después de que el banco central elevara sus costes de endeudamiento.
"Los bancos deben devolver cantidades sustanciales de préstamos del banco central hasta 2024. Varios bancos podrán recurrir a las reservas de liquidez existentes (incluidos los depósitos del banco central) para devolver los préstamos del banco central", dice el informe. "Algunos bancos, sin embargo, pueden necesitar emitir deuda adicional o aumentar los depósitos. Queda por ver lo costoso que será sustituir la financiación del banco central", añade.
Cumplir los requisitos mínimos para emitir deuda que pueda amortizarse en caso de crisis también podría suponer un reto para algunos bancos, según la EBA.
La cartera vencida (préstamos que no fueron pagados en tiempo y forma) aumentó sustancialmente en el primer semestre de 2022, cuando la economía empezó a deteriorarse y los consumidores se vieron afectados por una crisis del coste de la vida, lo que llevó a los bancos a aumentar las provisiones.
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