La vivienda es uno de los grandes problemas del Estado de bienestar en España y debido a la inflación se ha agravado aún más. El coste de la vida en España ha aumentado durante el último año, lo que dificulta que millones de personas accedan y mantengan una vivienda, tanto en régimen de alquiler como en propiedad.

Para comprar una vivienda en España, según datos del Banco Mundial, se necesitan casi ocho años de salario bruto, y el primer año hay que destinar para ello más del 36% de los ingresos brutos anuales disponibles, el mayor porcentaje desde 2012.

En cambio, si se opta por el alquiler, el sacrificio es aún mayor, de un 43% de los ingresos, la cifra más alta de la última década, según los datos que manejan el portal inmobiliario Fotocasa y la plataforma de empleo InfoJobs.

Un porcentaje que en las comunidades con grandes ciudades se multiplica, superando el 50% en Balears, Catalunya, Madrid o País Vasco, con rentas mucho más altas.

La vivienda sigue siendo una de las grandes preocupaciones de los españoles debido a esta subida de precios, la escasez del parque de alquiler, la excesiva creación de pisos turísticos y las enormes dificultades con las que se encuentran los jóvenes para poder independizarse en condiciones dignas o de verse obligados a compartir piso en el caso de las grandes ciudades.

Con estos datos, el esfuerzo salarial que los ciudadanos tienen que realizar para acceder a una casa está muy por encima de lo que recomiendan los organismos de control, que consideran que no se debería destinar más del 30% de los ingresos al pago de la casa.

A medida que se disparan los precios de venta, cada vez más personas se ven obligadas a vivir bajo alquileres abusivos, siendo los inquilinos españoles los más damnificados de Europa según el Eurostat.

Los salarios no crecen al mismo ritmo que la vivienda, según datos de Fotocasa, el precio de la vivienda en alquiler en España cerró 2022 con un incremento anual del 7,4% hasta situarse en diciembre en 11,03 euros/m2 al mes. Por su parte, el salario bruto medio registrado por InfoJobs el pasado año fue de 24.395 euros (2.033 euros brutos mensuales en 12 pagas).

Y es que el precio de los alquileres se encuentra en su nivel máximo histórico, mostrando los incrementos más abultados de los últimos 17 años.

El mayor esfuerzo para pagar el alquiler, se hace en aquellas comunidades más turísticas y con grandes ciudades como Balears que sacrifican un 58% del sueldo bruto, Catalunya (58%), Madrid (58%), País Vasco (52%), Canarias (49%) o Cantabria (43%).

Esta dinámica explica la frustración de trabajadores que llevan años sin lograr conseguir un techo digno y de las familias que no son capaces de llegar a fin de mes ante la subida de la hipoteca. Y es que, en 2022 se produjeron en España más de 38.000 desahucios, siendo los más perjudicados las familias con menos recursos.

Si se sigue está tendencia, los expertos afirman que el esfuerzo que necesitarían las familias para hacer frente a la vivienda sería aún mayor. Si bien, es cierto que se observa una ligera caída de los precios, que puede seguir en descenso con la llegada de la nueva ley de vivienda.

Ley de vivienda

La reciente aprobada ley de vivienda pretende regular diferentes ámbitos del sector inmobiliario, centrándose primordialmente en los alquileres.

Blinda por primera vez los parques públicos de vivienda, prohibiéndose la venta a fondos de inversión, y se amplían las reservas de suelo a vivienda protegida.

También se regularán los desahucios y se limitarán los precios del alquiler en "zonas tensionadas", es decir, aquellas zonas en las que el coste del alquiler supere el 30% de los ingresos medios y aquellos lugares donde el alquiler haya subido un 5% sobre el IPC en los últimos cinco años.