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El viento rivaliza con Bolt en Londres

El jamaicano (9.91) se queda lejos de su récord. Un vendaval en contra y su mala salida frenan su reto

IGNACIO ROMO

Los velocistas disfrutan con la brisa, pero odian los vendavales. Cuando el viento sopla con fuerza, si es en contra, les frena como una pared invisible, miniaturiza su rendimiento físico y convierte sus marcas en registros inservibles, casi vergonzosos. Cuando es a favor, si la velocidad del viento es excesiva (superior a dos metros por segundo) les hace volar, pero invalida todos sus cronos. Los atletas más rápidos del mundo necesitan el viento para fluir por la pista, pero, como todo en la vida, sólo en su justa medida. Y siempre a favor, claro.

Este viernes, Usain Bolt entendió muy pronto que no era el día para asaltar su propio récord del mundo. El viento le aburrió. Se le vio incluso bostezar antes de correr su semifinal. Durante toda la tarde, el viento sopló en sentido contrario a la recta de tribuna y eso despresurizó al jamaicano. Había descartado el récord ya antes de correr. Tras desplegar su teatro habitual ante la cámara, el jamaicano protagonizó una pésima salida. La arrancada de Bolt se está convirtiendo en algo realmente preocupante y que debe trabajar con urgencia, si quiere borrar en Berlín los 9.69 que estableció en el Nido del Pájaro pekinés.

Sí funcionó su espectacular progresión, esa fenomenal entrada en acción de su maquinaria neuromuscular que le hace superar a sus rivales como si se fueran bloqueando, uno por uno. Y entre sus rivales estaba Asafa Powell, un hombre de 9.72, pero que mostró un estado de forma manifiestamente mejorable.

Pese a la mala salida, pese al viento contrario, Bolt ya se vio en cabeza a los 60 metros. Entonces apretó el otro botón que le ha hecho famoso. El del apagado de la maquinaria. Dejó de forzar la zancada y hasta tuvo tiempo de colocarse la camiseta en los metros finales.Bolt detuvo el crono en 9.91. De nuevo una marca de impacto, teniendo en cuenta su mala salida, su abandono final y el fuerte viento contrario, que se registró en 1,7 metros por segundo. Según las tablas de conversión, su crono equivale a 9.80 en ausencia de viento.

El resto de los jamaicanos dieron una de cal y otra de arena. Powell se hundió en una inexplicable sexta plaza, pero Yohan Blake, la nueva esperanza de la isla, un atleta de 19 años que ya ha volado en 9.93, logró una excelente segunda plaza (10.11) que avala su progresión.

A Bolt ya se le había visto desmotivado en las semifinales. No parecía dispuesto a correr, tan sólo a pasearse. El relámpago (no se trata sólo de un apodo, sino del significado literal de su apellido en inglés) se enfrentó en la segunda semifinal a una tapia aérea de 2,9 metros por segundo y corrió en 10.31, uno de los peores cronos de su corta trayectoria en los 100 metros.

El Grand Prix de Londres finaliza este sábado con la actuación del verdadero rival de Bolt, Tyson Gay, la estrella en los 200 metros. El norteamericano, que el próximo mes defenderá en Berlín el título mundial logrado hace dos años en Osaka, prefirió no enfrentarse a Bolt.

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