El Allianz Arena espera al sucesor del Barcelona como campeón de Europa de clubes en una final que resultó no ser española pero que contiene muchos elementos que le imprimirá cierto aroma hispano. 

Bayern de Múnich y Chelsea miden dos estilos y dos formas de entender el fútbol distintos pero con un mismo objetivo, alzarse al término de la gran final con la codicionada 'orejona' como colofón a una temporada en la que ninguno ha alcanzado sus metas en la respectivas competiciones nacionales.

Además, ambos llegan a esta final con los precedentes de las dos finales que perdieron con anterioridad. El Bayern sucumbió en el Santiago Bernabéu hace dos temporadas ante el Inter de Mourinho mientras que el Chelsea cayó en Moscú en los penaltis contra el Manchester United.

El equipo alemán parte como favorito tanto por la trayectoria en la Liga de Campeones como por haber logrado, por primera vez en la historia de la competición, alcanzar la final que se disputa en su propio estadio. Tan solo dos equipos lograron hacerse con la Copa de Europa en sus feudos. El primero fue el Real Madrid, cuando derrotó a la Fiorentina en 1957. El segundo y último, el Inter ante el Benfica en 1965.

Los bávaros se juegan en la final prácticamente toda la temporada tras tener que resignarse al segundo lugar tanto en la Bundesliga como en la Copa de Alemania. Sin embargo, la trayectoria en Champions ha sido inmaculada. Ha ganado todos sus partidos en el Allianz y dejó fuera de la final en los penaltis al Real Madrid.

Sin embargo, los de Heynckes deberán mejorar mucho la imagen ofrecida ante el Borussia Dortmund en la final de Copa en la que perdió por 5-2 y sobreponerse a la presión y al ambiente de euforia que se vive en Múnich.

Con un equipo netamente ofensivo, en el que destaca el tridente ofensivo compuesto por los extremos Robben y Ribery y el punta Mario Gómez, los germanos quieren conquistar su quinta Copa de Europa e igualar al Liverpool. 

Por su parte, el Chelsea quiere amargar la fiesta roja en la segunda final de Champions que disputa. A golpe de talonario, el magnate ruso Román Abramóvich sueña desde que se hizo con el control del equipo con llevarlo a lo más alto de la máxima competición continental. Además, ésta puede ser la última oportunidad de convertirse en campeones de Europa para los componentes de la vieja guardia londinense. Hombres como Drogba, Terry, Lampard, Essien y Cech.

El equipo blue pone punto y final a una temporada convulsa en la que cesó a un entrenador, finalizó en sexta posición en la Premier League y venció en la Copa de Inglaterra (FA Cup). El despido del técnico portugués André Villas-Boas en marzo, ocho meses después de su costosa contratación, y el nombramiento de su asistente, el italiano Roberto Di Matteo, fue el punto de inflexión de una temporada en la que el Chelsea aspiraba a todo.

La final de Múnich será recordada en España por la oportunidad que se perdió de ver a los dos grandes del país, Real Madrid y Barcelona, peleando por la Copa de Europa. Aquella ya es harina de otro costal y esta noche también habrá tinte español sobre el césped.

El Chelsea cuenta con Fernando Torres, Juan Mata y Oriol Romeu. Mientras que el Bayern tiene a un germano con ascendencia granadina como Mario Gómez y a dos viejos conocidos de la Liga como Arjen Robben y Jupp Heynckes

Torres puede redimirse de su paso aciago por el club londinense si se convierte en protagonista de la victoria blue. El delantero madrileño, que fue traspasado por 58 millones de euros, sigue sin estar fino de cara a puerta. En los 32 partidos de Liga tan solo ha marcado seis goles y se ha visto relegado al banquillo por Drogba.

Sin embargo, la trayectoria es bien distinta para Mata, que desde que llegó a Stamford Bridge se ha ganado el corazón de su hinchada a base de calidad, lo que le ha valido ser nombrado mejor jugador del equipo esta temporada. La batuta del burgalés es fundamental en la elaboración y finalización del juego del Chelsea. Y ha sufrido en exceso cuando la estrategia del equipo se ha basado en una defensa a ultranza y transiciones rápidas hacia los delanteros, como pasó ante el Barça. Romeu, exponente de La Masía en las islas, ha perdido protagonismo desde la llegada de Di Matteo.

Con respecto a los equipos que saldrán al tapete del Allianz, el Bayern parte con cierta ventaja pese a que cuenta con las bajas los sancionados Holger Badstuber, David Alaba y Luiz Gustavo. Como central, en el lugar habitual de Badstuber, es de esperar que esté el ucraniano Anatoli Tymoshchuk. El puesto de Alaba, como lateral izquierdo, será para Diego Contento. Toni Kroos, por su parte, retrocederá a la posición de Luiz Gustavo para formar doble pivote con Bastian Schweinsteiger.

Este último movimiento le abre campo en la alineación titular a Thomas Müller que estará como media punta, detrás de Mario Gómez y entre el holandés Arjen Robben y el francés Franck Ribery. Probablemente la baja más sensible sea la de Alaba, que venía formando una dupla excelente con Ribery.

El Chelsea, por su parte, se presenta con bajas más sensibles y es que Di Matteo no podrá contar con cuatro de sus pilares básicos: John Terry, Branislav Ivanovic, Raul Meireles y Ramires, todos sancionados; y tiene dudas sobre la pareja defensiva formada por el brasileño David Luiz y el inglés Gary Cahill, lesionados hasta esta semana.

Las bajas harán que el técnico italiano tenga que modificar su once titular y mantenerlo competitivo ante el Bayern. Pese a las numerosas bajas, todo hace indicar que Torres volverá a comenzar el encuentro desde el banquillo.

Bayern: Neuer; Lahm, Tymoshchuk, Boateng, Contento; Kroos, Schweinsteiger; Robben, Müller, Ribery; Gómez.

Chelsea: Cech; Bosingwa, David Luiz, Cahill, Cole; Mikel, Essien, Lampard; Kalou, Mata, Drogba.

Árbitro: Pedro Proença (POR)

Estadio: Allianz Arena (Múnich, Alemania)

Hora: 18.45 GMT.