Lo que tendría que haber sido un duelo dramático con el pase a octavos como objetivo, se convirtió en una sorprendente declaración de buen hacer futbolístico de los japoneses. Con un empate les valía para clasificarse a octavos, sin embargo, los nipones no se contentaron con encomendarse a su disciplina defensiva y, habiéndose adelantado con un libre directo de Honda (minuto 17), decidieron lanzarse al ataque.

El buen juego de los asiáticos, sobrio y más basado en capacidad de sacrificio y disciplina que en el trato del balón, siguió durante toda la primera parte. El premio llegó en forma de un segundo gol de falta directa, esta vez de Endo. Por su parte, los daneses, a quienes sólo les valía ganar, no supieron leer la dirección del partido en ningún momento, y observaron cómo sus opciones se esfumaban.

Mientras Japón se adueñaba del partido, los nórdicos no eran capaces de penetrar en la férrea defensa nipona. Cuando lo hicieron, un voluntarioso pero torpe Tomasson demostró que sus buenos tiempos como jugador pasaron hace tiempo. Bendtner fue una sombra sin incidencia en el juego a pesar de su disparo al larguero. Rommedahl, desaparecido en combate. Los de Olsen se mostraron como una selección vieja y sin ideas.

El árbitro suráfricano se inventó un penalti que transformó Tomasson tras un rechace (minuto 82) y dio emoción a un partido que no debió tenerla. Okazaki marcó tras una genialidad de Honda y volvió a poner una diferencia de dos goles en el marcador. Japón vuelve, como en 2002, a octavos.

Dinamarca: Sorensen; S. Poulsen, Agger, Kroldrup (Larsen, m. 55), Jacobsen; C. Poulsen, Kahlenberg (Eriksen, m. 63), Rommedahl, Jorgensen (J. Poulsen, m. 33); Tomasson y Bendtner

Japón: Kawashima; Nagatomo, Nakazawa, Tulio, Komano; Abe, Hasebe, Endo (Inamoto, m. 90), Matsui (Okazaki, m. 73); Honda y Okubo (Konno, m. 88)

Goles: 0-1M. 17. Libre directo de Honda. 0-2 M. 30. Endo, de falta directa 1-2 M. 81Tomasson, de penalti. 1-3 M. 87 Okazaki, a puerta vacía.

Árbitro: Damon (Suráfrica). Mostró amarillas a Endo, Nagatomo, Kroldrup, C. Poulsen y Bendtner.

Royal Bafokeng: 30.000 espectadores