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Una semifinal bestial

El Real Madrid visita el escenario de la final con la historia en contra -nunca ha ganado en Múnich- en un choque clásico en Europa contra un Bayern imponente y un ambiente infernal

JORGE YUSTA

No hay competición y equipo más intrinsecamente ligados que la Champions y el Real Madrid. Por historia, la más lejana y la más reciente, y por planificación de una plantilla con el evidente objetivo de devolver al madridismo la gloria europea.

Esta noche tiene ante sí la primera gran prueba de fuego que calibre el cambio de inercia del equipo. Ya en la campaña pasada alcanzó las semifinales pero el todopoderoso Barça le apeó de la final de Wembley. Esta vez la cita es la misma de la final, la caldera del Allianz Arena. Y el rival, un viejo conocido. El soberbio Bayern de Múnich.

Ambos necesitan la 'orejona' como agua de mayo. Los blancos no la levantan desde 2002 y los alemanes desde un año antes, pese a que la rozaron en 2010 ante el Inter de Mourinho. Para el Bayern la motivación es mayor si cabe. Es el antifrión de la finalísima y quiere romper la maldición. Ningún club en cuyo estadio se ha disputado la final ha sido capaz ni siquiera de acceder a la misma. Con la Bundesliga casi descartada, el club echará el resto por la competición continental.

Es, por tanto, un duelo clásico tanto de la Copa de Europa como de la Champions. 18 enfrentamientos preceden el duelo. Y la historia está ahí, para observarla y para cambiarla. Ocho victorias y un empate avalan la trayectoria de los bávaros en las visitas blancas a sus feudos. Pero Mourinho, tan práctico y elocuente, descarta cualquier influencia de los fantasmas del pasado: 'No me invita a nada. Son números que no tienen ningún significado. La historia no juega mañana. Nada de números y nada de resultados anteriores. Nada'.

El luso se mueve como pez en el agua en este tipo de eliminatoria. Es un experto en sacarlas adelante. Ha ganado 14 de las 19 que ha disputado. Y sólo ha perdido dos veces fuera de casa. Por eso, va a lo suyo. A aleccionar a los suyos y a estudiar milimétricamente a los de Heynckes. Qué más da las trece Copas de Europa que chocan. O la relación de rivalidad máxima granjeada entre ambos clubes. O la olla a presión en la que se convertirá el ultramoderno estadio de Múnich.

Lo trascendental es controlar a los 22 jugadores que saltarán al césped. Nada más y nada menos. Por eso tiene más que meditada la alineación: 'Sé quien juega, quien va al banquillo y quien se queda en tribuna. Es de los partidos que no tengo ninguna duda'.

La consigna es hacer transiciones rápidas, justa circulación, velocidad a la contra y marcar. Poco más en ataque. Con libertad para que Cristiano, Benzema, Özil y Di María hagan añicos la defensa germana. En defensa, todo lo contrario. Evitar por todos los medios que el Bayern encuentre resquicios por las bandas para secar la llegada de balones a Mario Gómez.

Frank Ribery y Arjen Robben suponen las grandes armas de Heynckes. Dos cuchillos bien afilados que a banda cambiada descolocan a las defensas por su velocidad, regate y llegada en diagonal. Además, el holandés se mide por primera vez al equipo del que salió forzado por la llegada de Cristiano, Kaká y Benzema. Por eso podría llegar a colocar un tridente con Lass junto a los habituales Khedira y Xabi Alonso. En tal caso, se caería del once Özil. Y por las bandas Marcelo dejará su lugar a Coentrao, de corte más defensivo.

El equipo de Heynckes también planteará un esquema similar, pero con matices. Con un ataque demoledor, tampoco se entretiene en elaborar el juego. La principal novedad será el veterano Bastian Schweisteiger que, tras una larga lesión, puede colocarse en el centro del campo con la batuta en la mano.

Si finalmente Heynckes le reserva optaría por Luiz Gustavo o podría optar con ambos en la medular. Por delante las plazas fijas se las quedan Ribery y Robben por las alas y Mario Gómez en punta. Y de enganche, dos opciones. El que más papeletas tiene es Kross pero también se puede dar que se caiga Luis Gustavo y meter también a Müller.

En la portería -donde estará Manuel Neuer- y en la línea de cuatro no hay dudas. En los últimos partidos, el austriaco David Alaba se ha ganado la titularidad como lateral izquierdo y Philipp Lahm ha vuelto a la banda derecha mientras que la pareja de centrales deben formarla Jerome Boateng y Holger Badstuber. Sin duda, es el punto débil del Bayern. Si Benzema logra apartarles de su zona natural, el Madrid puede tener parte de la batalla ganada.

Todo un duelo impresionante, con duelos internos dignos de ser igualmente destacados. Como el de los banquillos entre Heynckes y Mourinho. El de los dos tridentes. El formado por Cristiano, Benzema e Higuaín suman 18 goles en Champions. Dos menos ha marcado el Gómez-Robben-Ribery. Y por posición, las batallas entre Arbeloa y Coentrao con el galo y el holandés es comparable con la que vivirá el capitán bávaro Lahm con la 'bestia'.

Para rematar la expectación, pita el encuentro un viejo conocido para los españoles. El inglés Howard Webb, el árbitro de la final del Mundial.

Bayern: Neuer; Lahm, Boateng, Badstuber, Alaba; Schweinsteiger, Kroos; Robben, Müller, Ribery; y Gómez.

Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Coentrao; Khedira, Xabi Alonso; Di María, Özil, Cristiano Ronaldo; y Benzema.

Árbitro: Howard Webb (ING).

Estadio: Allianz Arena.

Hora: 20.45 (18:45 GMT).

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