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Rubiales no claudica, carga contra el "falso feminismo" y habla de "beso consentido" a Hermoso: "No voy a dimitir"

El presidente de la RFEF da la sorpresa en su discurso ante la Asamblea Extraordinaria, se muestra como "víctima de una cacería" y asegura que llevará ante la justicia a Yolanda Díaz, Irene Montero, Ione Belarra y Pablo Echenique por hablar de agresión sexual.

Luis Rubiales, durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF en la que se prevé que anuncie su dimisión, a 25 de agosto de 2023
Luis Rubiales, durante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF en la que se prevé que anuncie su dimisión, a 25 de agosto de 2023. EFE

"¿Un piquito?", le preguntó Rubiales. "Vale", respondió Jenni Hermoso. Esa es la versión que este viernes ha dado, para sorpresa de todos, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales. No es lo que dijo la propia hermoso en un comunicado de su sindicato.

Pero Rubiales no va a dimitir, como había trascendido la tarde del jueves, por la polémica generada por ese beso forzado durante la entrega de medallas a las jugadoras españolas tras su victoria en el Mundial de fútbol femenino.

Según Rubiales, ese beso fue "espontáneo, mutuo, eufórico y consentido", y él, una "víctima del falso feminismo", que considera una "lacra para España", donde hay una "falta de libertades total", ha insistido en un desafiante discurso.

Discurso completo de Luis Rubiales

Ha pedido "disculpas sin paliativos" por agarrarse los genitales en el palco tras la victoria de la selección y también por el beso y por su actitud ante la reina y la infanta. Pero no piensa dejar su oneroso cargo por esta razón. "No voy dimitir", ha insistido hasta en cinco ocasiones seguidas. 

"Me emocioné muchísimo, hasta el punto de perder el control y llevarme las manos ahí", ha explicado. En realidad, ha justificado, el obsceno gesto iba dirigido al seleccionador, Jorge Vilda, y quería decir "ole tus huevos", ha relatado.

Acciones legales contra Díaz, Montero y Belarra

Lejos, muy lejos de marcharse por su propio pie, Rubiales ha protagonizado un discurso encendido, de tono muy elevado y desafiante contra la prensa, contra el Gobierno y, en concreto, contra la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; contra la ministra de Igualdad, Irene Montero; la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra; y contra el exdiputado de Unidas Podemos, Pablo Echenique. Contra estas personas ha anunciado acciones legales por, asegura, acusarle de violencia sexual.

Rubiales: "¿Qué pensarán las mujeres que de verdad han sido agredidas sexualmente"

"¿Qué pensarán las mujeres que de verdad han sido agredidas sexualmente, a las que de verdad se las ha agredido sexualmente?. A estas personas que están tratando de asesinarme públicamente, me voy a defender en los juzgados. Voy a ejercer acciones", ha anunciado.

La sorpresa ante la Asamblea General Extraordinaria de la RFEF de este viernes ha sido total para los medios, pero no ha sido así para gran parte de sus miembros, que han aplaudido con vehemencia las palabras de Rubiales, que ha jugado el papel de víctima "de una cacería" y de "un asesinato social", no ya desde el polémico beso, sino desde el principio de su mandato en la Federación.

También ha señalado a Javier Tebas, presidente de LaLiga y uno de los más conocidos enemigos de Rubiales. Lo ha acusado de urdir parte de esta polémica y ha denunciado "presiones" de "determinados partidos políticos" a algunos asambleístas de la Federación. 

Culpa a Jenni Hermoso

"Ella fue la que me acercó a su cuerpo", ha dicho Rubiales sobre Hermoso

El presidente de la RFEF ha ido más allá sobre el beso con Hermoso: "El deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo que podría tener dándole un beso a una de mis hijas", ha justificado. Pero en sus explicaciones ha vuelto a poner en duda la actitud lo Jenni Hermoso.

"Nos abrazamos. Ella fue la que me subió en brazos y me acercó a su cuerpo", ha sostenido. Según su versión, él le dijo que se olvidara del penalti que había fallado y ella le respondió: "Eres un crack". Después le propuso "un piquito" y ella accedió, siempre según esta versión.

Precisamente por eso, el presidente de la RFEF se ha mostrado "sorprendido" con el comunicado del sindicato de Hermoso, Futpro, en el que pedía "medidas ejemplares".

El desafío de Rubiales es doble. Primero contra cualquier voz crítica contra él y su seleccionador femenino, Jorge Vilda, cuyo trato al equipo llevó a la renuncia de hasta 15 jugadoras a ir a la selección hace meses. El presidente de la Federación le ha dado todo su apoyo en su discurso y ha anunciado que inicia los trámites para su renovación como técnico para los próximos cuatro años a razón de medio millón de euros al año.

Por otro lado, es un órdago al Gobierno, que había afeado su comportamiento y estaba presionando para que la RFEF lo cesara. Es previsible que sea destituido después de que el Consejo Superior de Deportes, dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, eleve al Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) las diferentes denuncias contra Rubiales que ha recibido por su gesto con Hermoso.

El presidente de la RFEF es muy consciente de que sus días al frente de la entidad están contados y parece que ha preparado el terreno para que sea uno de sus vicepresidentes quien asuma el timón tras su cese. El presidente de la Federación Extremeña de Fútbol, Pedro Rocha, considerado su mano derecha, se posiciona para presidir la gestora de la Federación una vez que Rubiales sea depuesto.

"Amarillismo, falso feminismo y Tebas" son los factores de la ecuación que, según él, le han llevado a esta situación. Y así, en actitud triunfante, Rubiales se atrinchera y, de paso, se pone como ejemplo ante sus hijas. "Hay que diferenciar y aprender una lección de lo que es la igualdad (...). Es una lección de vida", le ha dicho a su familia, presente en la Asamblea. "Mis hijas sí son feministas de verdad y no el falso feminismo que hay por ahí", ha zanjado Rubiales.

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