El lockout de la NBA permitió que el Madison Square Garden de Nueva York acogiera el miércoles el partido de baloncesto universitario entre Duke y Michigan State. Un palacio para el rey de los entrenadores, para que Mike Krzyzewski celebrara su victoria 903 como técnico superando al mítico Bobby Knight. Cuando un entrenador adquiere una reputación casi celestial, al referirse a él los medios escritos le llaman Coach, entrenador en mayúscula y sin necesidad de añadir el nombre propio. Es una especie de genuflexión literaria para hombres como Knight o Krzyzewski.

Ambos se encontraron el martes en la pista. Suman 1.805 victorias en el baloncesto universitario estadounidense, pero el alumno ya ha superado al maestro. Knight, ahora comentarista televisivo, le susurró unas palabras al oído a su colega mientras se alargaba un emotivo abrazo. 'Lo has hecho bastante bien para haber sido un chico que no sabía tirar', le dijo.

La frase tiene su miga. En los años en que Knight fue su entrenador en el equipo de la Academia de West Point casi le prohibió a Krzyzewski lanzar a canasta durante los partidos. Su promedio de puntos nunca pasó de siete. 'Supongo que eso debe significar que me quiere. Creo que me lo voy a tomar de esa manera', dijo el entrenador de Duke cuando fue interrogado por la frase que le dedicó su viejo entrenador en una noche tan emotiva. La relación entre ambos ha pasado por momentos de curvas muy cerradas.

'903. No se trata sólo de un número, es cuestión de liderazgo. Cuando estás a su lado no aprendes de baloncesto, aprendes de la vida', dijo su asistente Jeff Capel. Sin duda hay pensamientos de Krzyzewski que se acercan más a la filosofía que al deporte: 'No eres un ser humano a menos que tengas dudas y temores'. 'Un equipo de baloncesto es como los cinco dedos de una mano. Si consigues unirlos, entonces tienes un puño. Así es como quiero que jueguen mis equipos'.

Coach K, de 64 años, lleva 35 años como entrenador. Ha conseguido cuatro títulos nacionales, disputado 11 Final Fours, lleva 28 temporadas sin acumular más derrotas que victorias durante el curso y logró en Pekín la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de 2008. Hace ya una década que ingresó en el Hall of Fame del baloncesto.

A ritmo de telegrama esta es la historia de un entrenador que ha dirigido a Johnny Dawkins, Christian Laettner, Grant Hill, Carlos Boozer, Danny Ferry, Elton Brand o Shane Battier. Algunos de ellos aprovecharon el candado de la NBA para asistir al partido en directo y acompañar a su antiguo entrenador. Quizá falte por añadir alguna línea más a esta esquemática biografía: rechazó todas y cada una de las ofertas que tuvo para entrenar en la liga profesional. Entre las ofertas que ha rechazado se cuenta una de Portland Trail Blazers a principios de los noventa y otra multimillonaria de Los Ángeles Lakers cuando andaba en busca de un sustituto para Phil Jackson.

'Estoy un poco cansado de hablar de mí. Me miro en el espejo y no veo a Brad Pitt. Si he conseguido esto, ha sido por tener la enorme suerte de tener a magníficos jugadores', dijo sobre el parqué del Madison. El 18 de marzo de 1980 se convirtió en entrenador de los Blue Devils y desde entonces ha forjado esa leyenda extraordinaria.

Duke ha llamado a su pista de baloncesto, el Cameron Indoor Stadium, Coach K Court en su honor. Asimismo, la zona verde de alrededor del pabellón ha sido llamada K-Ville o Krzyzewskiville. La Universidad llamó a sus nuevas instalaciones de entrenamiento 'Michael W. Krzyzewski Center'.