El tenista escocés Andy Murray alcanzó este miércoles las semifinales de Roland Garros, segundo grande de la temporada, a costa (7-6(4), 6-2, 5-7, 6-1) del español David Ferrer, un choque que enseñó a las claras el momento dulce del británico sobre la tierra batida, que no se tambaleó en ningún momento ante el gladiador de Jávea.

Murray dejó el Abierto francés sin españoles y se verá las caras por un puesto en la final con el serbio Novak Djokovic, verdugo poco antes del nueve veces ganador en París, Rafa Nadal. El juego de Murray no da pie a las dudas. Su paso al frente en la que hasta hace poco era su superficie más temida le lleva ya a superar con facilidad a raquetas autorizadas como la del alicantino.

No tuvo su día con el saque, pero Ferrer se rehizo en el tercer parcial para alargar el partido después de dos sets en contra. Sin embargo, Murray siguió más que fino en el intercambio, bien metido en la pista y con pocos errores. En el cuarto set, el escocés volvió a la carga y rompió por partida doble al español, que no pudo evitar su despedida en París en cuartos de final.

Murray se tomó la revancha del duelo entre ambos en la misma ronda en 2012 para alcanzar por tercera vez las semifinales de Roland Garros. El escocés aterrizó en París tras retirarse para descansar en Roma con un partido jugado. Antes, su racha de victorias enlazó títulos en Múnich, el primero en su carrera sobre tierra, y en el Mutua Madrid Open. Sin duda, el mejor momento de un Murray que ya no ve fantasmas en la arcilla.

Ante Ferrer, uno de los tenistas más temidos del circuito y más al mejor de cinco sets, volvió a demostrarlo. Lo hizo con creces en un primer parcial igualado, en el que tuvo que lidiar con un rival irreductible. Sin embargo, el intercambio de 'breaks' llevó el parcial a una muerte súbita que dominó el escocés. Ya en el segundo set, el saque de Ferrer siguió dejando mucho que desear.

A pesar de ello, fue el alicantino el que tuvo la primera ventaja en su mano. Murray salvó tres bolas de 'break' y después rompió a su rival. Otra rotura más puso el 2-0. Ferrer sacó fuerzas de flaqueza y, cuando más desquiciado parecía, remontó el tercer set y alargó el partido. Sin un buen saque y enfadado por molestas fotos, Ferru dio la vuelta al 'break' en contra y desató la esperanza de tenis en la Suzanne Lenglen.

Murray no acusó el golpe y siguió a lo suyo. La contundencia en sus golpes mandó en el cuarto set. Ferrer comenzó a verse impotente ante un rival enchufado que cabalgó con decisión para vencer por primera vez a su rival en tierra. El escocés, con un 6-1, reservó por segundo año consecutivo plaza entre los cuatro mejores del Abierto francés. En 'semis' le espera Djokovic, otro test para el nuevo Murray.