Héroes en la sombra, talismanes, ángeles de la guarda... En el presente Mundial de Brasil se están acabando los calificativos para definir las actuaciones de los porteros, que han acaparado todos los focos en estos octavos de final que acaban de terminar. Independientemente del resultado logrado y de la eliminación o no de sus selecciones, lo cierto es que los arqueros se han erguido como los principales protagonistas de la primera ronda de la fase final mundialista, restando portadas y columnas de opinión a los Messi, Neymar o Robben de turno. Un reconocido mérito fruto de actuaciones antológicas, algunas de ellas históricas, que han servido para hacer posible la clasificación de sus países para los cuartos. O al menos para sostener las esperanzas de su equipo lo máximo posible.  

Con el recuerdo aún fresco del último duelo de octavos, el mundo del fútbol aún comenta la espectacular exhibición que Tim Howard, guardameta de Estados Unidos, ofreció en el duelo ante Bélgica. Durante 90 minutos, el arquero fue un auténtico muro inexpugnable para el combinado belga, que veía como todas y cada una de sus ocasiones eran desbaratadas por el mismo protagonista. Una actuación que finalmente no sirvió para que el combinado estadounidense alcanzase los cuartos de final, pero si le valió al jugador del Everton para, con 16, proclamarse el portero con mayor número de paradas en lo que va de Mundial. 

Justo en la otra portería, Thibaut Courtois también tuvo su cuota de responsabilidad para que Bélgica se clasificase entre las ocho mejores selecciones del mundo. Después de conceder un sólo tanto en la fase de grupos, el portero de Chelsea fue determinante en el encuentro ante Estados Unidos, respondiendo en varios momentos clave que pudieron decidir el sino de la eliminatoria. Con 0-0 en el marcador, Courtois neutralizó tres de las mejores ocasiones estadounidenses, dos de Dempsey y una de Bedoya, y ya en la prórroga tapó al propio Dempsey en una jugada de pizarra elaborada en el 113, que de haberse concretado hubiera supuesto el empate y condenado prácticamente el partido a la tanda de penaltis.

En el otro duelo disputado el pasado martes que enfrentó a Argentina y Suiza, también los dos guardametas resultaron determinantes en el marcador final. Si bien Benaglio no pudo parar el disparo de Di María que sirvió para dar el pase a cuartos al combinado albiceleste, el arquero suizo sostuvo a su selección hasta los instantes finales de la prórroga. En 117 minutos, ni Messi, ni Higuaín ni nigún argentino encontró el método de superar al portero enrolado en el Wolfsburgo. Romero, por su parte, consiguió con su actuación disipar todas las dudas de un plumazo acerca de su capacidad o no para ser el arquero de la bicampeona mundial. Hace apenas un año, la prensa argentina cuestionaba si el portero del Mónaco era el indicado para portar el número 1. Unas preguntas y críticas que se han tornado en halagos y parabienes después de que Romero desbaratase todas las oportunidades helvéticas de perforar la portería argentina, respondiendo así a la confianza que su seleccionador, Alejandro Sabella, ha depositado en él durante todos estos meses.

Pero no ha sido en la última jornada de octavos cuando se ha producido esta eclosión de actuaciones dignas de enmarcar de los guardametas mundialistas. Desde el primer partido de octavos, los porteros de Brasil y Chile dejaron claro desde el primer momento que el papel de los arqueros en este torneo estaba predestinado a ser uno de los más relevantes de las últimas citas mundialistas. Y es que si bien es cierto que en cada edición siembre ha habido porteros que han sido determinantes en las actuaciones de sus combinados, en pocas de ellas se recuerda un nivel tan amplio de competitividad. Así, Julio César fue el primero en ser encumbrado a la categoría de héroe en la ronda eliminatoria tras detener, en la tanda de penaltis, dos lanzamientos seguidos a La Roja, enterrando así su particular calvario que comenzó precisamente en el anterior Mundial, disputado en Sudáfrica.

Allí, una mala salida propició el tanto con el que Holanda eliminó a la pentacampeona y condenó al ex del Inter de Milán, otrora considerado como uno de los mejores porteros del planeta, a una travesía que le llevó a ser suplente en el Queens Park Rangers, de la Segunda inglesa, antes de acabar en los Toronto FC de la MLS estadounidense. Ahora, gracias a la fe de Scolari, Julio César ha pasado de paria a ser considerado un héroe nacional al evitar que la anfitriona dijera adiós a su Mundial demasiado pronto. Claudio Bravo, por su parte, no pudo evitar la eliminación del combinado chileno, pese a sus grandes actuaciones. El nuevo jugador del FC Barcelona también detuvo un penalti y sostuvo a Chile en la prórroga, repeliendo cualquier conato ofensivo de la canarinha, pero no fue suficiente para alcanzar los cuartos de final. Sin embargo, su gran labor ha servido para que, a mes y medio de que arranque la Liga BBVA, desde la ciudad condal ya se pida que el chileno sea quien ocupe de defender la portería blaugrana la próxima temporada.

Otro conocido de la liga española, Keylor Navas, fue el protagonista indiscutible de la histórica clasificación de Costa Rica para los cuartos de final. Los Ticos se medirán a Holanda tras eliminar a Grecia también en la tanda de penaltis, donde el hasta ahora portero del Levante fue decisivo para alcanzar la siguiente fase al detener una pena máxima a Gekas. Durante el encuentro, Navas se enfundó el traje de salvador y sostuvo al combinado costarricense por delante en el marcador con uno menos hasta el último minuto, cuando el combinado heleno logró, gracias a Sokratis empatar la contienda y forzar la prórroga. Sin embargo, en el tiempo extra, Grecia volvió a toparse con el tico, al que ya no conseguirían volver a batir. Con sus espectaculares actuaciones, al de Costa Rica no le dejan de salir novias para hacerse con sus servicios, después de que solo le reste una temporada para cumplir su contrato con el conjunto valenciano.

En el duelo que precedió al Costa Rica - Grecia, otro de los guardametas que más sensación han causado en el Mundial, Guillermo Ochoa, no pudo evitar la dolorosa eliminación de México a manos de Holanda pese a cuajar un excelente encuentro. El mexicano mantuvo a su escuadra por delante en el partido con varias paradas de gran mérito, fruto de su gran colocación y de sus extraordinarios reflejos, pero no pudo hacer nada para evitar la reacción holandesa en el tramo final del encuentro, donde un certero disparo de Sjneider y un penalti perfectamente ejecutado por Huntelaar privó al combinado centroamericano de alcanzar los cuartos de final. Sin embargo, pese al gran papel de Ochoa durante el Mundial, el arquero ha abandonado Brasil sin contrato y sin ofertas formales de ningún equipo...

Por último, el partido que enfrentó a Alemania y a Argelia dejó ver dos estilos de guardameta totalmente distintos. Primero, el de M'Bolhi, que cuajó una soberbia actuación ante la escuadra teutona que permitió a los argelinos forzar la prórroga ante uno de los principales candidatos al título mundialista. M'Bolhi, que protagonizó la parada del torneo al contestar a la perfección a un gran disparo de Lahm que se colaba por la escuadra, ofreció todo un repertorio de paradas, reflejos, buena colocación y mejores salidas por alto que trajo de cabeza a toda la línea ofensiva alemana. En la otra orilla, Neuer impartió una lección magistral de la nueva generación de porteros que no tiene miedo a jugar lejos del área pequeña. Así, convertido prácticamente en un líbero de los de antaño, el arquero del Bayern de Múnich desactivó gran parte del peligro argelino cortando balones fuera del área grande y exhibiendo un control del balón y una lectura de juego poco común entre los guardametas.

Sin dejar de lado el dato de que el presente Mundial de Brasil está siendo el más goleador de las últimas ediciones, lo cierto es que en estos octavos de final la mayoría de las selecciones han echado el candado a sus porterías gracias a las sobresalientes actuaciones de sus arqueros, quienes se han empeñado en acaparar todos los focos partido tras partido.