Un sistema, una fe. No hay medias tintas en los equipos de Marcelo Bielsa. Hasta el más descreído termina por profesar a ciegas su modo de entender el fútbol. En ese proceso de conversión insiste el entrenador del Athletic en esta primera fase de la temporada. El Málaga puso nota a la evangelización del doctor chileno. Su paisano Pellegrini anda también inmerso en un proceso de ensamblaje. Intenta emparentar a un puñado de estrellas con futbolistas sin tanto fulgor, pero necesarios para la feliz cohabitación de un conjunto. Así que dos plantillas en procesos similares debatieron en La Rosaleda. El debate lo definió Cazorla con otro magnífico tanto de falta.

Todo es nuevo en el caso de los vascos. Un lenguaje nuevo al que toca acoplarse lo antes posible. Un idioma en el que lo solidario cobra una fuerza extraordinaria. Esa sensación ya se intuye. El fútbol, sin embargo, no otorga recompensa alguna por el aroma o las formas. Aquí la moneda de curso legal es el resultado. Eres lo que consigues, no lo que transmites. El gol es con lo único que se puede sobrevivir en este planeta del 11 contra 11. Lo que hay en el bolsillo del Athletic es una moneda después de que se pusieron hasta 12 en juego. En la Costa del Sol sucede todo lo contrario. Ya hay un botín considerable.

Bielsa optó por situar a Javi Martínez en la línea defensiva

Pellegrini ha decidido que sea Duda el que dé cuerda al Málaga. No ha perdonado todavía el entrenador la sublevación de Apoño en el primer partido de Liga en el Pizjuán. El portugués lució su precisión con la izquierda en un extraordinario pase a Eliseu. Fue la primera gran ocasión de los locales. Al rato, Baptista clavó contra la cruceta un lanzamiento de falta.

Bielsa le puso mucha coraza a la alineación. A Javi Martínez le hizo hueco en una línea defensiva de tres centrales. Será buen zaguero. Tiene calidad de sobra para ello, pero, después de haber visto lo que es capaz de hacer en el centro del campo, se le echa de menos en esa zona. Es ahí donde tiene más incidencia por su soberbio empuje. Le robó el Athletic el balón al Málaga en la mayor parte del partido. Descubrió que Muniain podía con Toulalan en la carrera mano a mano. Irrumpió el joven talento sin que en los últimos metros encontrara una asociación cómoda con Llorente. A los de Pellegrini se les arrugó el gesto en ese rato. No conseguían que sus grandes estrellas entraran en juego.

Los de Pellegrini tuvieron menos el balón, pero más veneno arriba

La trayectoria de la noche era la misma en el arranque de la segunda mitad hasta que llegó el momento de Cazorla. El árbitro pitó una falta y los lanzadores dirigieron la mirada al banquillo para que el entrenador eligiera al ejecutor. No hubo dudas y acertó de pleno. El centrocampista asturiano clavó el balón en la red.

El gol agujereó esa buena estructura del Athletic. Resultó un golpe muy duro del que no pudo recomponerse. La entrada de Toquero en el campo tampoco solucionó ese shock. Ni las creencias más inquebrantables resisten los malos resultados.

Málaga: Caballero; Gámez, Demichelis, Mathjsen, Eliseu; Duda (Maresca, m. 78), Toulalan; Joaquín (Seba, m. 87), Baptista, Cazorla; y Van Nistelrooy (Rondón, m. 57).

Athletic: Iraizoz; Iraola, Javi Martínez, Ekiza, Gurpegui, De Marcos; Susaeta (Igor Martínez, m. 56) (Toquero, m. 70), Iturraspe (David López, m. 63), Muniain, Gabilondo; y Llorente.

Goles: 1-0. M. 61. Cazorla ejecuta de forma magistral una falta al borde del área.

Árbitro: Teixeira. Amonestó a Iturraspe, Cazorla, Toquero Y Javi Martínez.

La Rosaleda: 28.000 espectadores.