Llegó el día soñado. El partido que todos hemos tenido en la cabeza desde que llegáramos un lunes de fina del mayo a la concentración de Las Rozas. No importa que yo no esté sobre el césped. Eso, a estas alturas es un elemento menor. Da igual quien salte, todos somos uno. Todos somos la selección española y lo daremos todo, aunque no juguemos sobre el campo. Yo hubiera jugado hasta cojo, pero las lesiones son siempre inoportunas.

Pero desde fuera también se es importante y hay que hacer grupo, hay que animar al máximo. Eso sí, lo que será totalmente diferente será el sufrimiento. Cuando estás sobre el césped, estás tan centrado que no te das cuenta de lo que está pasando. Sólo piensas en el partido. Fuera el sufrimiento es brutal. Se me hará eterno, pero estamos convencidos de la victoria. Ya se lo he dicho a mis compañeros. Tenéis que ganar a Alemania y yo estaré al máximo con vosotros. Ya me oiréis gritar.

Decir que moralmente estoy bien, no tendría mucha credibilidad. A ninguno, y menos a mí, le gusta perderse este tipo de partidos. Mi agradecimiento a toda la afición española, a la del Valencia, a los asturianos... A todos porque me habéis dado un apoyo vital, por todo el ánimo que nos han prestado en todo el campeonato, y especialmente a mí en el difícil momento de la lesión. Me ha llegado todo ese aliento estos últimos días. No lo olvidaré os lo puedo asegurar. Pero ahora os pido que animéis a todos los que salten al campo contra Alemania. Estamos a un paso de conseguir lo que tanto hemos estado soñando durante años.

Nos ha costado mucho tiempo llegar hasta aquí y la gente que no tenga ninguna duda de que en esta final van a seguir sintiéndose orgullosa de la selección. Pase lo que pase, creo que todo el país habrá disfrutado con nosotros. El grupo está muy unido y los once que salgan desde el principio ya han demostrado que tienen una calidad extraordinaria. Hoy es un día histórico. El día en el que podemos ser campeones de Europa. Disfrutemos todos y ¡A ganar!.