Este artículo se publicó hace 12 años.
Héroe al contragolpe
Simeone recuperará "el mítico estilo del Atlético" con una plantilla que tenía otra idea
En el verano de 1994, Simeone fichó como futbolista del Atlético. Miguel Ángel Ruiz vivía su primer año de director deportivo y lo primero que le sorprendió de aquel joven, de 24 años, fue "su sentimiento de pertenencia al club". "Me recordó a Arteche. Parecía que llevaba toda la vida". D'Alessandro era el entrenador de aquel Atlético y se acuerda de "un temperamento único". "Simeone pensaba en voz alta. Si no estaba de acuerdo con mi idea, me pedía debatirlo". Por eso se convirtió en un hombre especial, con una manera de ser que repre-sentaba a un apasionado. Antes de bajar a desayunar, ya había pasado por el fisioterapeuta. En las comidas, se cuidaba como nadie. Y leía todo lo que se escribiese, fuese encua-dernado o en fascículos, de la historia del club. Y encontró algo que realmente le apasionaba: el contragolpe.
En el Atlético del pasado, aquel estilo reconocía a entrenadores importantísimos como Marcel Domingo, Lorenzo o Luis. También títulos de Liga y hasta una final de Copa de Europa. Y ese estilo creó adicción en una grada en la que casi nunca faltaba Ruiz. "Yo mamé ese estilo desde pequeño en aquel glorioso Atlético de Bece-rra, Gárate, Ufarte...". Simeone no estaba, porque apenas había nacido, pero resulta que, a los 41 años, ese pasado forma parte de su ideología. El día de su presentación anunció que buscará un Atlético que recupere los viejos valores. "Quiero un equipo veloz, al contragolpe". El futuro empieza esta noche en La Rosaleda. "Estoy expectante", señala Ruiz, "porque el Atlético no tiene los jugadores más idóneos para este estilo".
En realidad, ya no es como en los setenta. Ni siquiera en los ochenta, cuando Landáburu ordenaba la vida en el Atlético de Luis. Antes de que la pelota llegase a Hugo Sánchez o a Cabrera, él la daba destino. Era un contragolpe de libro. Landáburu recuerda que "no se podía perder tiempo en pensar". Hoy, vive en Valladolid y ya no es un hombre de fútbol. Su memoria, sin embargo, no ha degenerado. "Nosotros éramos lo contrario que el Barça, que presiona en el área del equipo contrario: esperábamos en la nuestra y salíamos a toda prisa". Luis fue el padre de ese sistema y D'Alessandro se refiere a Luis como "un genio". Pero, a su juicio, el contragolpe tiene una limitación con la que tal vez no contase Simeone en su primer discurso.
"Equipo contragolpeador, equipo de mitad de tabla", señala. "Y la prueba es el pasado de Luis en el Atlético. Para competiciones cortas, como la Copa, valió. Ganó títulos, pero para la campaña regular, no. Te metes en problemas en casa con cualquier equipo de mitad de tabla". Ruiz no sería tan negativo si esa es la idea de Simeone. "No hay que ser tajante en nada. No hay que ser esclavo de un sistema, el Atlé-tico de Luis no lo era. En un mismo partido no hay por qué jugar los 90 minutos al contragolpe. Nosotros no lo hacíamos". Por eso juzga que es una idea válida. "Yo viví esa época en el Atlético y sé que se puede lograr. Pero también sé que exige un trabajo físico enorme. La gente que llegaba de otros equipos como Uralde, Setién, Goikoetxea... decían que jamás habían trabajado tan duro como en el Atlético de esa época".
Correr en la Casa de CampoLandáburu era uno de los que corría entre semana en la Casa de Campo. "Teníamos espíritu de sacrificio y sabíamos cansarnos". Era otra época, otra moda, otros hombres. "Ahora, está todo demasiado condicionado por la manera de jugar del Barcelona". D'Alessandro recoloca el pasado. "¿Que si los éxitos del Atlético están al contragolpe?", se pregunta. "Siendo yo el entrenador, recuerdo que nos salvamos de un descenso con un 4-4-2 zonal con Luis García y Kiko arriba, lo que tuvo un mérito enorme". Pero no sólo es eso. También es cuestión de hombres. "Diego, Turam, Falcao..., no veo en el Atlético actual a los futbolistas ideales para jugar al contragolpe".
Ruiz regresa a su época. Ahora, tampoco encuentra "a gente tan rápida en las transiciones como Marina, Quique Ramos o Julio Prieto". Años después, cuando seguía siendo director depor-tivo, fichó a Ranieri como entrenador. "Sabíamos que con ese hombre jugaríamos al contragolpe. La primera idea que se planteó es que no nos valía con cualquier delantero centro. Tenía que ser uno que supiese salir del área y encontramos a Hassel-baink, que era el ideal para ese estilo".
Sin embargo, Simeone no ha tenido esa opción. Ha encontrado un equipo que se hizo con otro concepto. Por eso esta noche en La Rosaleda no sólo hay en juego un resultado para el Atlético. También un modo de vida, un cambio de amistades, un entrenador que quiere ser el heredero de Marcel Domingo, Juan Carlos Lorenzo o Luis Aragonés. La idea estimula a la hinchada. Con esas gentes, el Atlético salió campeón. Ruiz, que es un sentimental, se adhiere a la causa, pero antes necesita datos. Los primeros cotizarán hoy en Bolsa.
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