Este artículo se publicó hace 12 años.
Granero maravilla
La titularidad del centrocampista coincide con el despegue del Madrid en la Liga
La vida ha cambiado para Granero. No se parece al futbolista que, antes de Navidad, autorizó a su representante, Carlo Cutropia, para negociar con otro equipo. Llevaba 224 minutos. Tampoco se parece al hombre que a finales de septiembre, con cuatro minutos de Liga en las piernas, se acordó en su Twitter de una cita textual de la novela de Lewis Carroll Las Aventuras de Alicia en el País de las Maravillas para expresar su deseo de marchar: "¿Quieres decirme, por favor, qué camino he de tomar para salir de aquí?". Los 140 caracteres del mensaje permitieron a Granero añadir la respuesta del Gato: "Eso depende mucho de a dónde quieres ir".
Su suplencia entonces parecía irrevocable en cualquier partido de nivel. Un extraño horizonte para un futbolista, que jugó 36 partidos en su primer año del Madrid con Pellegrini y 32, en el segundo con Mourinho. Pero los primeros números de esta temporada, junto a la recuperación física de Sahin, que tarde o temprano debía llegar, no prometían esperanza para Granero. Aquella misma tarde escribió un segundo tuit consecutivo, en el que seguía latente la inspiración de Lewis Carroll. "Poco me importa donde ir respondió Alicia. Entonces poco importa el camino que tomes replicó el Gato".
Los cuatro primeros meses de esta temporada sólo jugó 224 minutos
Granero es un tipo culto, estudiante de psicología que en su debut con el Getafe en Primera fue expulsado a los tres minutos. Al día siguiente, vio la televisión, comprobó que estaba bien expulsado, supo pedir perdón al jugador del Espanyol Luis García ("fue mi víctima") y descubrió "la fuerza del autocontrol". La vida radica en eso y Granero lo sintió en el Getafe cuando jugó como nunca. Por eso volvió al Madrid en el verano de 2009. Pero en el Bernabéu la madurez se expresa de otra manera. La crítica fue exigente con un futbolista con sus posibilidades con la pelota. Sin embargo, tardaron en aparecer, porque tenía demasiada prisa por deshacerse de ella. La primera obsesión no era jugarla, sino no perderla.
Fueron problemas que se corrigieron el año pasado. Sobre todo, a raíz de aquel partido ante el Sevilla en el que Granero salió y solucionó un problema. Pero esta temporada no amaneció a su favor. Hasta Navidad, sólo jugó de titular dos días sin trascendencia, frente al Ajax en Ámsterdam y ante la Ponferradina en la vuelta de Copa. La realidad era más severa en los partidos duros. Ante el Barcelona, no fue ni convocado. Lass y Khedira estaban por delante. También Callejón insistía en la titularidad en un lugar en el que él podía jugar. De hecho, en esa posición triunfó con Laudrup en el Getafe.
Los semáforos en rojo provocaron que Granero buscase la salida en enero. Tenía decidido su pase al Betis. Mel, el entrenador, lo reconoció en voz alta. Pero apareció el destino, que cortó su voluntad. La lesión de tobillo de Khedira llevó a Mourinhoa cambiar de planes. Y no consintió la marcha del jugador. "No quiero que se vaya nadie", señalo. "Si empezamos juntos, debemos terminar juntos la temporada". Sí se colocó en la piel del futbolista "ha jugado muy poco",pero no lo interpretó como nada irremediable.
Mourinho ha recuperado su importancia en el mes de enero
Y a él y a todos los que dudaban de su porvenir les puso un ejemplo: Callejón. "Hay futbolistas para los que salir diez minutos es un problema. Sin embargo, para Callejón es fantástico". Desde entonces, la vida ha cambiado para Granero, que ya no se acuerda de la novela de Lewis Carrol en las redes sociales. El futbolista sale ahora a ovación diaria en el Bernabéu. Ha sido titular en los tres últimos partidos ante Athletic, Zaragoza y Levante, en los que ha dado soluciones rápidas y valientes a la pelota. Y resulta que, a su lado, Xabi Alonso tampoco padece incomodidades.
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