Este artículo se publicó hace 2 años.
Fútbol femenino: avance en derechos, pero muy lejos de la igualdad
El entrenador del Rayo jaleó una violación grupal porque“une al equipo y al cuerpo técnico", pero todavía no ha sido destituido. Se trata de una de las múltiples discriminaciones que sufren las jugadoras de primera división, además de la remuneración económica, la falta de atención sanitaria y de material.
Núria Martínez Ribot
Madrid-
Alexia Putellas ganando el Balón de Oro, el Barça femenino haciéndose con la Champions, equipos de primera división profesionalizándose o el emocionante regreso de Virginia Torrecilla, después de superar un cáncer. Son solo algunas de las imágenes que han protagonizado la prensa española los últimos meses y que han hecho historia. Unos logros que demuestran que el fútbol femenino cada vez tiene más repercusión y que avanza en derechos. "Cuando yo empecé a jugar al fútbol, no sabía ni que podía ir a la selección española ni que podía jugar una liga profesional", explica a Público la jugadora del Barça Andrea Pereira, que pide que "las traten como profesionales", no solo dentro de los clubes, sino también "la prensa y la gente que está en las instituciones".
No obstante, la discriminación que sufre el fútbol femenino sigue siendo evidente. En un audio de 2018, el entrenador del Rayo Vallecano, Carlos Santiso, jaleó una violación grupal porque "une al equipo y al cuerpo técnico". A pesar de haber incitado a cometer un grave delito contra las mujeres, todavía no ha sido cesado.
Otra discriminación que sufren las jugadoras de primera división es la económica. El salario mínimo de un jugador de primera división masculina es de 155.000 euros, mientras que en la femenina es de 16.000 euros. Esto hace que haya jugadoras que no puedan vivir únicamente del deporte. "Que tengamos que estar justificando cada dos por tres el por qué merecemos lo que para ellos es tan natural como respirar es otro indicio de discriminación", denuncia a Público Amanda Gutiérrez, la presidenta de Futpro, el primer sindicato de fútbol femenino de España. Un sindicato que el pasado 1 de diciembre se presentó en sociedad y que cuenta con el apoyo de la mayoría de las jugadoras del Barça, además de integrantes del Real Madrid, la Real Sociedad o el Valencia, entre otros.
"Al principio, el fútbol masculino también necesitó que los clubes invirtieran en ellos sin saber lo que iba a pasar", recuerda Gutiérrez, que añade que "si no se invierte en las jugadoras, será muy difícil que generen". Pero la discriminación que sufren las jugadoras del fútbol femenino no es solo económica. "Las infraestructuras del campo, excepto las del Barça, del Real Madrid, Atlético de Madrid, o Levante, se nota que no están cuidadas", expone Pereira, que denuncia que hay equipos que no tienen ni médicos ni fisios ni equipación específica del femenino. "Unas simples camisetas o un chándal que sea tuyo, que te lo laven... Son herramientas básicas de trabajo que tampoco se cuidan", denuncia.
Uno de los equipos que más discrimina a sus jugadoras es el Rayo Vallecano. Después de que el entrenador jaleara una violación grupal y no haya sido cesado, ha dimitido Jorge Blanco, el preparador físico del filial, por "principios y valores" al no poder estar en la misma institución que "ciertas personas". Los sindicatos AFE y UGT y la afición también se han posicionado en contra de Santiso. "Es un riesgo que no se puede permitir y en el fútbol profesional masculino no se permitiría", recuerda la presidenta del sindicato Futpro.
Las discriminaciones que sufren las jugadores del Rayo no acaban aquí. No estaban dadas de alta de la Seguridad Social y no disponen de médico ni fisio ni gimnasio propio, entre otros.
Su caso no es excepcional. Dos de cada tres futbolistas han sufrido discriminación en algún momento de sus vidas, según un estudio de Women in Football en 2020. Una de ellas es María José Valdés. Tiene 47 años y hace 14 que juega de forma amateur al fútbol 7. "Cuando empecé, me fui a comprar unas botas de fútbol y me dijeron que no había para chicas, que las chicas no jugábamos al fútbol, que había de niños o de tíos, pero de chicas, no", explica a Público. Actualmente, juega en Madrid, en la mayor liga femenina de fútbol 7 no federada de Europa, Fulanita Soccer, donde hay mujeres de diferentes edades y condiciones físicas. "Cuando es el cambio de hora del entreno, muchas veces ves que el siguiente equipo de chicos te invade el campo, mientras que en el campo de al lado, donde hay chicos, se les respeta", relata.
Para Valdés, que haya referentes como la ganadora del Balón de Oro 2021, Alexia Putellas, es muy importante para avanzar en la igualdad. "Te suben las ganas de subir de nivel. Vamos a ver muchas veces fútbol femenino y conoces quiénes son", expresa Valdés, que añade que "están haciendo mucho trabajo por visibilizar que las mujeres podemos hacer lo que nos dé la gana y que no tenemos barreras". Esto, para jugadoras como Andrea Pereira (Barça) es una responsabilidad y un privilegio. "Es un orgullo que las niñas se puedan fijar en nosotras para su futuro, para que sigan peleando y luchando por algo que realmente les apasiona", concluye.
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