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La Fiscalía pide dos años para Eufemiano Fuentes

El fiscal pedirá dos años de inhabilitación profesional por 'prácticas tendentes a elevar artificialmente el rendimiento físico de ciclistas' descubiertas en la 'operación Puerto'.

IGNACIO ROMO

Eufemiano Fuentes, actual médico del Universidad de Las Palmas, se enfrenta este año a su primer juicio por sus prácticas de dopaje. Cinco años después del estallido de la operación Puerto, que destapó una red de dopaje con más de cien litros de sangre de deportistas almacenada en pisos de Madrid, el canario escuchará de la voz del fiscal la petición de dos años de prisión y la inhabilitación profesional durante el mismo tiempo. El Ministerio Público le acusa de un delito continuado contra la salud pública por las “prácticas tendentes a elevar artificialmente el rendimiento físico de ciclistas”.

En su escrito previo al juicio oral, el fiscal acusa también a su hermana Yolanda (médico también imputado en la operación Galgo) y al exjefe de hematología del Hospital de La Princesa José Luis Merino Batres. También reciben la misma acusación los entonces directores deportivos de los equipos ciclistas Liberty Seguros y Comunidad Valenciana, Manolo Saiz y José Ignacio Labarta. Fuentes de la lucha antidopaje indicaron a Público que se espera que el juez actuará “con mayor dureza en la petición de prisión para los médicos, más conocedores de los riesgos a los que sometían a los ciclistas”.

Los procesados llevaban a cabo dopaje sanguíneo. Añadían glóbulos rojos a la sangre para aumentar el transporte de oxígeno a los músculos y retrasar así la fatiga. La sangre era sometida a un proceso llamado glicerolización, consistente en deshidratar la sangre con glicerol, y generar un preparado muy denso de glóbulos rojos para trasfundirlo a los ciclistas. El fiscal indica que este procedimiento “ponía en peligro la salud” de estos, ya que aumentaba la viscosidad de la sangre. Se elevaba así el riesgo de trombosis y problemas cardiacos.

El fiscal establece que, al menos en 2006, Eufemiano Fuentes y José Luis Merino extraían sangre y centrifugaban las muestras. Tras un proceso de congelación, descongelación y glicerolización de la sangre, se llevaba a cabo la transfusión. El hematocrito solía aumentar unos 10 puntos, generalmente de 45 a 55. La Unión Ciclista Internacional estableció ya en 1997 un límite de 50 por encima del cual se prohibía competir. Saiz, Labarta, Yolanda Fuentes –entonces jefe médico del Comunidad Valenciana– y el exciclista Alberto León, fallecido en enero, contrataban a Eufemiano y Merino “a cambio de una remuneración económica”. Las extracciones y transfusiones sanguíneas se realizaban en habitaciones de hotel “y sin las suficientes garantías higiénico-sanitarias para los ciclistas”.

En los pisos de la trama registrados el 23 de mayo de 2006, la Guardia Civil se incautó de un total de 206 bolsas, algunas de sangre refrigerada y otras de plasma. Manolo Saiz fue detenido con un maletín que contenía 42.224 euros, 38.000 francos suizos y 310 dólares australianos.

En relación con los riesgos de almacenar sangre en pisos, el doctor López Calbet, fisiólogo, señaló a Público que “las consecuencias podrían haber sido gravísimas. Al no estar en un banco de sangre con garantías hospitalarias, un simple apagón habría roto la cadena del frío. Si sucediera eso, habrían crecido bacterias en la sangre y podrían haber muerto en la transfusión”. Fuentes jurídicas indicaron a Público que el juicio por la operación Puerto se celebrará en septiembre.

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