Este artículo se publicó hace 14 años.
Fédrigo vence la 16ª etapa del Tour
El español Carlos Barredo protagonizó una trepidante fuga, neutralizada a un kilómetro de la meta de Pau. Contador, abucheado en el palco tras la polémica jornada de ayer
Pierrick Fédrigo (Bouygues) logró la tercera victoria francesa consecutiva en el Tour al imponerse en un sprint de ocho corredores en la decimosexta etapa entre Bagneres de Luchon y Pau, de 199,5 kilómetros, en la que Lance Armstrong volvió a asomar en la escena y Alberto Contador conservó el jersey amarillo en una jornada sin cambios en la general.
Una escapada inicial marcó la tercera etapa pirenaica, la de los cuatro colosos, con el paso del Tourmalet incluido, en la que se incrustó Fédrigo, quien impuso su punta de velocidad en la meta de Pau por delante de su compatriota Sandy Casar (Francaise) y del español Rubén Plaza (Caisse D'Epargne).
En el mismo grupo y con idéntico tiempo de 5 horas, 31 minutos y 43 segundos cruzaron la línea los supervivientes de la fuga del día: el italiano Daminano Cunego, los estadounidenses Chris Horner y Lance Armstrong, el belga Jurgen Vandewalle, el francés Christophe Moreau y el español Carlos Barredo, que impregnaría de emoción los últimos kilómetros.
En el pelotón hubo tregua. Después de la crisis de la cadena de Andy Schleck y las disculpas de Contador, la jornada, "durísima" según el madrileño, terminó para el grupo principal a casi siete minutos. La venganza "hasta caerme de la bici" que prometió el luxemburgués quedó para el jueves, en la cima del Tourmalet. Tregua de principio a fin y protagonismo para los actores secundarios, que también tienen derecho a la gloria.
La polémica de la cadena de SchleckPau, capital de los Pirineos atlánticos, albergará la segunda jornada de descanso, a la que Contador llega vestido de amarillo, en la pole del Tour a cuatro etapas de París. Andy Schleck, más tranquilo que la víspera, se encuentra a ocho segundos del jefe de filas del Astana y Samuel Sánchez, que pasó apuros en el Aspin, es tercero a dos minutos, en lucha por el tercer escalón del podio con el ruso Denis Menchov.
Contador aprovechó el ascenso para charlar con Schleck y limar asperezas después del 'caso cadena suelta'La tercera etapa pirenaica representaba un guiño de la organización a la propia historia de la carrera. Con cuatro colosos encadenados: Peyresourde, Aspin, Tourmalet y Aubisque, salió a flote el recuerdo de la hazaña de Eddy Merckx en 1969 cuando en un recorrido similar, pero con final en Mourenx, anduvo escapado 130 kilómetros y llegó a meta con ocho minutos de ventaja. El Caníbal ganó su primer Tour. Una jornada que salió de Bagneres de Luchon con los rescoldos de la polémica del caso de la cadena de Schleck y Contador arrepentido a través de un vídeo nocturno.
La etapa prometía con los 11 kilómetros del Peyresourde de salida, con el desayuno en la garganta. De inmediato se formó una escapada con nombres ilustres. Reapareció Lance Armstrong, se coló en la fiesta una vez más Vinoukurov, y se apuntaron Sastre, Kreuziger, Casar y Wiggins, entre otros. El grupo pasó por la cima con un minuto sobre el pelotón de Contador y compañía. En el siguiente puerto, el Aspin (de 1ª categoría, 12,3 kilómetros al 6,3%) el francés Charteau abría carrera, con el grupo de Contador y Schleck cerca, a 26 segundos. Samuel Sánchez y Gesink, en apuros, cedieron 50 segundos, aunque lograron enlazar en el descenso.
Armstrong quiso y no pudoUn descamisado Lance Armstrong saltó nada más comenzar el Tourmalet, el camino de mal retorno que esta edición se subirá en dos ocasiones, el próximo jueves como final de etapa. Tenía ganas el texano de parecerse al que fue y ya no es. Demarró y se fue solo, pero enseguida le acompañaron Cunego y Fédrigo. No fueron los únicos, ya que se fueron añadiendo corredores de la primera escapada.
Barredo se entregó en el esfuerzo solitario, pero fue engullido sin piedad por sus perseguidoresLos 17 kilómetros del Tourmalet (categoría especial) permitieron una especie de reagrupamiento general. Casar, Moreau, Rubén Plaza, Jurgen Vandewalle, Carlos Barredo y Konovalovas se unieron. Pasaron por la pancarta situada a 2.115 metros de altitud con casi cuatro minutos sobre el grupo del líder. Contador aprovechó el ascenso para charlar un rato con Andy Schleck, tal vez para limar asperezas después del caso cadena suelta.
El francés Moreau puso su nombre en la pequeña historia del Tour y se llevó el premio Jacques Goddet al ser primero en la cima del puerto centenario, estrenada por su compatriota Octave Lapize en 1910, quien entonces tachó de "asesinos" a los organizadores. Los favoritos acumulaban ya un retraso de cuatro minutos.
La fuga de Barredo, neutralizada a un km. de metaFaltaba el asalto al cuarto monumento de la jornada, el Aubisque, otro puerto de categoría especial, eterno, de 29 kilómetros. La avanzadilla se alteró con sucesivos ataques. Un tirón de Armstrong y dos de Barredo redujeron el grupo a ocho corredores y aumentaron la ventaja sobre el pelotón, donde nadie se movía. A 68 kilómetros de meta y con 8.40 minutos de adelantó la escapada tenía que llevar a Pau con éxito. Moreau también repitió primer puesto en el Aubisque.
Cuando subió al estrado a enfundarse en maillot amarillo, Contador recibió algunos silbidosCarlos Barredo dio un golpe sobre la mesa a 45 kilómetros de Pau. Una apuesta a un solo número. Salió disparado hacia Pau, dispuesto a ser el noveno español ganador en esa ciudad. Se entregó en el esfuerzo solitario, mantuvo un botín de apenas 30 segundos durante 40 kilómetros, pero bajo el banderín de último kilómetro le engulleron los ocho perseguidores, sin piedad. El nuevo guión exigía un reducido sprint. Fédrigo, de 31 años, un aficionado a la caza y ya con tres etapas del Tour en su palmarés, no dio opción a nadie.
Saltó Plaza a sorprender, pero la sexta victoria francesa en la presente edición, y tercera consecutiva, estaba en camino. El galo remató la faena cobrándose una pieza de caza mayor. Tras subir al estrado, le tocó el turno a Contador, que recibió algunos silbidos cuando iba a enfundarse en maillot amarillo, motivados por la polémica etapa de ayer. Eso que el madrileño había asegurado que no percibió el problema técnico de Schleck, que dejó clavado en el asfalto al luxemburgués y subió temporalmente al podio al líder del Astana.
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