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El dedo sí traicionó a Lewis

Pese al desmentido de McLaren, los expertos ven creíble la versión de Hamilton

GONZALO CABEZA

Un volante de Fórmula 1 cuesta algo más de 30.000 euros, tiene más de una docena de botones además de levas (palancas de cambios que hay por detrás) y ruedas para el control total del coche. Están ideados para que el piloto tenga un control total sobre el monoplaza, para que no existan errores.

Pero Hamilton tocó el botón que no era, los nervios, la inexperiencia, la presión... motivos puede haber muchos, pero lo que parece cierto es que apretó aquella tecla. Él propio piloto llegó a reconocer que el error fue suyo y que por eso no ganó la carrera.

Las primeras versiones decían que el inglés pulsó un control que reinicia el coche y que ese fue el motivo por el cual su coche estuvo cerca de detenerse.

McLaren se apresuró a desmentirlo, asegurando que tal botón no existe en el volante del MP4-22. Es cierto, esa pieza no existe, pero si un botón amarillo, marcado con una letra P cuya función es rebajar la velocidad del coche hasta 80 km/h, que es el límite permitido en las zonas de boxes. Ese es, según los expertos, el controlador el que tocó Lewis Hamilton, el que le quitó el campeonato del mundo al inglés.

Hamilton, además de nervios, tuvo muy mala suerte. Alrededor del sistema que accionó había tres botones más. Uno para suministrarle agua, otro para poder hablar con el equipo y el tercero para hacer cambios en los directorios que se muestran en la pantalla situada en la parte superior del volante.

Ninguno de ellos hubiese sido lesivo para el funcionamiento del coche. Todo hubiese funcionado bien y nadie se habría enterado de que el piloto inglés había tocado un botón que no tenía que tocar. Posiblemente ahora, Hamilton sería campeón.

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