A Mourinho le pidieron la cabeza de Guardiola y el portugués va camino de servirla. El Madrid ganó ayer al Levante, le saca diez puntos al Barcelona en la Liga y exhibe un fútbol implacable. Firme, a ratos antipático, pero demoledor. La viva imagen de su entrenador. Y de su máxima estrella, Cristiano Ronaldo, que apareció para firmar tres goles y sentenciar el campeonato.

A Mou no le pidieron señorío. Ni siquiera formas. Fue contratado como reputado soldado de fortuna para ganar una guerra perdida, para detener la masacre azulgrana y darle la vuelta. Está a punto de lograrlo tras año y medio de sonora labor. No le exigieron elegancia, solo resultados, así que ha ido moldeando un conjunto temible a golpe de libreta, látigo, complicidades internas y sobreactuaciones externas.

Seguramente no lo confesará jamás, pero al entrenador portugués le ha costado más de lo previsto domar a un equipo cuya grandeza y recovecos no había calibrado suficientemente cuando aterrizó en España. Encima, se encontró con un enemigo formidable e inexpugnable durante muchas lunas, el Barça, y ha tenido que sacar de su maleta todas las herramientas. Ha sufrido como nunca para alcanzar el triunfo y, en tan áspero viaje, ha tenido un compañero de ruta que, como él, habla el idioma portugués y el lenguaje del estrellato: Cristiano.

CR7 tampocó midió el peso de un escudo como el madridista. Pensó que el brillo de 96 millones de euros -coste de su traspaso- lo cegarían todo y, sin embargo, en pocas ocasiones ha disfrutado ant sus público como lo hizo ayer.

El delantero de Madeira ha ido aprendiendo a base de golpes y regañinas. Y el que era futbolista egocéntrico y egoísta se ha convertido en un jugador solidario, trabajador y fundamental en citas como la de ayer.

A Mou le pidieron la cabeza de Guardiola y va camino de servirla

Porque el partido, que anunciaba fiesta tras la derrota del Barça en Pamplona, se atascó. El Levante, un modelo de club humilde bien construido y mejor plantado, se adelantó a los cinco minutos y se dedicó a defender la renta con tanta insistencia como orden. Los azulgrana se colocaron alrededor de su área y taponaron con criterio las entradas hacia su portero.

Le costó mucho al Madrid abrir el camino del triunfo, pero en ningún momento exhibió agobio a angustia por ello. Es un grupo montado única y exclusivamente para ganar y sabe madurar los encuentros con infinidad y diferentes argumentos. Ayer, por ejemplo, lo que no logró por méritos directos, le fue dado por una fortuna merecida.

El choque se encaminaba hacia el descanso con un inesperado 0-1 cuando Iborra, en una jugada absurda, embolsó con las dos manos y en el área una pelota inocua que caía del cielo. Penalti claro, segunda amarilla más que dudosa y autopista abierta hacia el título.

A base de golpes y regañinas, CR7 ha pasado del egoísmo a la solidaridad

Cristiano ejecutó el empate y, ya lanzado, encadenó el segundo y el tercer gol. Uno de cabeza y el otro merced a un derechazo que explotó en la red y expandió el grito unánime de su nombre por las gradas. El futbolista corrió a la banda, se fundió en un abrazo interminable con Mourinho y el resto del clan técnico portugués, enviando un mensaje inequívoco al Bernabéu: nos ha costado, pero estamos a un pasito de conquistar este mítico y difícil estadio.

El Levante, meritorio, aún intentó revolverse con el tanto de Koné, pero entonces apareció un caballero elegante y solitario, Benzema, para desenfundar una rosca de derechas que sorteó la estirada impotente de Munúa.

La enésima remontada, marca de la casa, certificó la madurez del Real Madrid de Mourinho. Un conjunto que está al borde de alcanzar la excelencia y que, salvo hecatombe, se ha ganado un diez.

R. Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Ramos, Coentrao; Granero (Khedira, m. 75), Xabi Alonso; Özil (Kaká, m. 80), Benzema, Cristiano; e Higuaín (Callejón, m. 66).

Levante: Munúa; Venta, Ballesteros, Cabral, Del Horno; Farinós, Iborra; El Zhar (Pallardó, m. 46), Valdo (Botelho, m. 75), Serrano; y Koné.

Goles: 0-1. M. 5. Saque de falta de Farinós, Ramos cabecea hacia atrás y Cabral, también de cabeza, marca. 1-1. M. 44. Cristiano, de penalti por mano de Iborra. 2-1. M. 49. Higuaín centra desde la derecha y Cristiano cabecea a la red. 3-1. M. 56. Cristiano se perfila en el ángulo derecho del área y ejecuta un derechazo a la escuadra izquierda de Munúa. 3-2. M. 63. Koné, de cabeza, a pase de Serrano desde la banda izquierda. 4-2. M. 65. Benzema, de rosca precisa desde la derecha de Munúa.

Árbitro: Undiano. Expulsó a Iborra (m. 44) por doble amarilla. Amonestó a Serrano, Sergio Ramos, Pepe y Cabral.