Este artículo se publicó hace 12 años.
El boxeo femenino entra en la historia del olimpismo
Resucita la polémica sobre este deporte, obviando los riesgos que implican otros como el fútbol
La rusa Elena Savelyeva y la norcoreana Kim Hye Soon pasarán a la historia como las primeras boxeadoras olímpicas. El combate, en la categoría de peso mosca, tuvo lugar anoche en el Arena Excel de Londres, con victoria de Savelyeva por 12-9. Le seguiría en la categoría de 51 kg, la venezolana Karla Magliocco que se impuso 15-14 en cuatro asaltos a la brasileña Erica Matos.
A pesar de que el boxeo es uno de los deportes que figura en la historia del Olimpismo desde sus orígenes en el siglo VII antes de Cristo, no ha sido hasta Londres 2012 cuando las boxeadoras han podido competir en esta cita deportiva. En los Juegos de 1904 llegó a ser deporte de exhibición, pero se esfumó de los JJOO hasta 2005, cuando desde la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) volvió a reivindicarse el boxeo femenino en el programa olímpico.
Las mujeres debutan en unos Juegos con solo tres categorías mientras los hombres tienen diezY lo conseguiría; lo anunciaba en Berlín, hace justo ahora tres años, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Jacques Rogge. Sin embargo, mientras que en el caso de los hombres se contemplan hasta diez categorías distintas que van desde peso mosca ligero (46-49 kg) hasta el súper pesado (más de 91 kg), en las mujeres tan sólo se cuenta con tres categorías, peso mosca (48-51 kg), ligero (57-60 kg) y medio (69-75 kg). Así, desde la Federación Española de Boxeo, su director técnico Carlos Vargas reclama la inclusión de más categorías. “Aunque se trata de un paso importante, es crucial que se vayan ampliando para da cabida a todos los deportistas”, sostiene.
El estreno de las boxeadoras no estuvo exento de controversia por la indumentaria, pues el año pasado la AIBA determinó que el uso de la falda sería obligatorio. Tras las numerosas quejas de las deportistas, se decidió que fuera opcional y, de hecho, tan sólo dos boxeadoras se decantaron por la falda en el estreno, la australiana Naomi-Lee Fischer Rasmussen y la polaca Karolina Michalkzuc
A pesar del buen momento por el que atraviesa el boxeo español, nuestro país únicamente ha acudido con dos púgiles: el peso welter (64 kg) Jonathan Alonso Flete, ‘Maravilla’; y el mosca ligero (49 kg) Kelvin de la Nieve, ‘el Dandy’. El equipo femenino (Yasmina Musa, Marta Brañas, Judith Barbosa, Jennifer Miranda y Tamara Fabiana) no consiguió clasificarse y “continúa en el Centro de Alto Rendimiento ‘Infanta Cristina’ de Murcia entrenando duro para las próximas competiciones”, explica Vargas.
Vieja polémicaLa incorporación del boxeo femenino al programa olímpico y la decisión de una superpotencia en el cuadrilátero como Cuba de no enviar equipo femenino por considerar que no es un deporte para mujeres han resucitado la vieja polémica de su idoneidad.
Vargas al respecto lo tiene claro: "Es uno de los deportes más antiguos del Olimpismo y debería mantenerse; no hay argumentos sólidos para considerar otra cosa”. Al otro lado, quienes argumentan que la práctica de este deporte implica graves riesgos neuronales, dado que pegadas como las del mejicano Juan Manuel Márquez pueden alcanzar los 33 kilómetros por hora y un valor de 4.345 Newtons (en karate son necesarios unos 3.200 Newtons para romper un ladrillo).
Permanece el debate sobre si el boxeo es perjudicial para la saludLa exboxeadora y ahora investigadora de la Academia Sahlgrenska (Suecia) Sanna Neselius, es autora de un estudio que asegura que “después de los combates, algunos de los boxeadores presentan concentraciones elevadas de cuatro proteínas diferentes en el líquido encefálico, las cuales indican daño en las neuronas”, una concentración, por otro lado, que permanecen elevadas incluso después de semanas de descanso.
Vargas, sin embargo, asegura que “el boxeo es uno de los deportes con menor índice de lesiones, puesto que existe una reglamentación muy estricta y unos controles médicos muy exhaustivos; por ejemplo, nadie puede competir bajo licencia federativa por primera vez sin haberse hecho un TAC para ver posibles problemas latentes de corazón”. Desde su punto de vista, “existen otros deportes de combate, como el karate o el taekwondo, que se enseñan incluso en los colegios, que implican mayores riesgos que el boxeo; hasta el motociclismo o el automovilismo entrañan muchos más riesgos cerebrales”.
En este sentido, la investigadora sueca advierte de la necesidad de que “otras federaciones de artes marciales cuyas normas de seguridad no están tan bien definidas como en el boxeo reflexionen sobre los resultados” de su estudio. No en vano, numerosos informes médicos ponen de manifiesto que otras lesiones que se atribuyen tradicionalmente al boxeo, como los traumatismos oculares (lesiones de cornea, párpados...) son mucho más frecuentes en otros deportes como el fútbol, el hockey o el squash. Incluso, en el caso de las fracturas maxilofaciales, son más habituales éstas en el karate o el taekwondo que en el boxeo, según expone el doctor mejicano Guillermo Murillo.
En esta misma línea y a pesar de que la Asociación Médica Británica lleva años tratando de excluir al boxeo del programa olímpico, una de sus publicaciones de cabecera, The British Medical Journal (BMJ), revelaba hace años los resultados de un estudio en el que no se mostraba relación directa entre la práctica de este deporte y la probabilidad de sufrir daños cerebrales permanentes.
Este estudio remitía a otros deportes como el rugby o, incluso, ciertas actividades hípicas como actividades en las que es posible que la cabeza reciba más golpes directos. Otro informe reciente de la Universidad de Michigan (EEUU) ha revelado que las conmociones cerebrales y los impactos en la cabeza que pueden acelerar el envejecimiento del cerebro no se producen únicamente en deportes como el boxeo: también pueden aparecer en un futbolista que cabecee muchos balones. Según sus hallazgos, estos pequeños impactos podrían bastar para acelerar la descomposición de las vías de señalización en el cerebro. No es la primera vez que los cabezazos en el fútbol son objeto de investigación; el Colegio de Medicina Albert Einstein de Nueva York ya advirtió hace tiempo del riesgo que implica.
Mala prensa por desconocimientoCarlos Vargas asegura que “la mala prensa que tiene el boxeo se debe fundamentalmente al desconocimiento, a que la gente confunde pegarse con boxear”. El director técnico explica que “el boxeo implica mucha técnica y táctica, siendo uno de los deportes más exigentes”.
"La mala prensa que tiene el boxeo se debe fundamentalmente al desconocimiento"Vargas critica la imagen que se ha dado del deporte en el cine, atribuyéndole parte del mérito del desconocimiento social que se tiene del boxeo: “si un boxeador recibiera la mitad de golpes de los que se ven en una película de Rocky, habría KO y se terminaría el combate”, indica. Antes, este “arte de golpear sin ser golpeado”, como lo define, “estaban mucho menos reglado que ahora, que es obligatorio el uso de protecciones, la presencia de un médico en el ring y una ambulancia y unos controles muy exhaustivos, incluso en el boxeo profesional donde lo único que se obvia es el uso del casco”.
Este es el motivo, según Vargas, por el que “cada vez más y más mujeres se están acercando al boxeo, llenando las clases en los gimnasios de cardio-box”, si bien es cierto que a nivel de licencias, de las cerca de 3.000 que hay en España las mujeres aún son minoría. En Londres 2012, de los 286 boxeadores tan sólo 36 son mujeres.
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