Este artículo se publicó hace 14 años.
254 millones al garete
El Madrid da por sepultado su primer proyecto y empieza a diseñar desde ahora el segundo
Florentino Pérez busca entrenador. También fútbol. Todo lo que el Barça tiene y el Madrid no. El clásico agotó el poco o ningún crédito que el presidente blanco concedía a Pellegrini. De paso, ha abocado a su millonario proyecto a un nuevo reseteo del que se supone que saldrán un par de centrocampistas. El modelo deportivo de futbolistas caros incrustados a pegotazos ha vuelto a fracasar. Los nombres de Silva y Cesc sobrevuelan para acabar con ese fútbol vertical que en las grandes citas no ha ido a ninguna parte. Un año después del 2-6, el Barça vuelve a marcar la agenda y a trazar el plan de ruta en los despachos del Bernabéu. La distancia futbolística entre uno y otro se ha mantenido pese a los estelares 254 millones de euros de inversión.
Si los fríos números cuadran al Madrid como un digno subcampeón, el calor de la pelota lo descuadran como equipo con un estilo atractivo. "Nos ha ganado un equipo superior", dijo derrotado Pellegrini al acabar el partido que finiquitará su contrato pese al año que le resta. Similar reconocimiento fue el epitafio de Juande Ramos.
"A mi modo de ver, Messi no es mejor que yo", asegura Cristiano
Ayer, una vez más, el mensaje del club era distinto a la realidad que viene cocinando desde la debacle de Alcorcón. La eliminación de la Copa de Europa invitó a Florentino Pérez a proseguir mirando al futuro sin Pellegrini. Después del tercer fiasco que descorazonó a un Bernabéu a reventar, la propaganda madridista apela a la aritmética, a la posibilidad de sumar 98 puntos y a ver qué pasa. Aun así, la decepción en el club es monumental. "Los jugadores no pueden permitirse derrumbarse anímicamente. Esto es el Real Madrid, un club obligado a ganar siempre", anuncian desde la zona noble.
En términos parecidos se expresó Cristiano: "No podemos bajar los brazos". El portugués no dio su brazo a torcer en su particular disputa con Messi: "A mi modo de ver, no es mejor que yo". Albiol retrató la urgencia que devora al Madrid: "Esperamos ponernos cuanto antes a la altura del Barça, pero tampoco podemos esperar mucho porque el objetivo es ganar títulos".
Camisetas azulgranas"No hay que dejarse deslumbrar por las bicicletas de CR9", dice Piqué
Barcelona amaneció vestida de azulgrana. En realidad, ya se acostó con el traje del Barça. Dos mil aficionados se desplazaron a la fuente de Canaletes para celebrar el golpe de autoridad a la Liga y al Madrid. Ayer, bajo la luz de un sol espléndido, la chavalería tiñó parques y calles con camisetas del Barça. La euforia de la hinchada la contienen los jugadores y Guardiola. Sólo hubo celebración efusiva en el vestuario. Luego, el discurso fue más templado ante los medios. En el vuelo de regreso fueron los directivos los que más sacaron pecho. Hicieron recuento de las cuatro victorias en el Bernabéu en los siete años de Laporta, que vivió su último clásico como presidente.
De los futbolistas, el que menos pudo reprimir sus sentimientos, como en la celebración del gol de Pedrito, fue Piqué: "Es normal que los comentarios que vienen de Madrid durante la semana te den una motivación especial". El central también se refirió a las ocasiones en las que Cristiano trató de eludirlo sin éxito: "Los defensas acostumbran a deslumbrarse con sus bicicletas. Lo que hay que hacer es mirar al balón para que no te engañe. Yo lo conozco bien de mi etapa en el Manchester United".
Messi irradiaba esa sonrisa de felicidad tímida. Su discurso lo trasladaba al campo en vez de al estruendo de los focos mediáticos: "Nosotros lo que hacemos en cada partido es demostrar nuestro fútbol".
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