Este artículo se publicó hace 9 años.
'The Crown' abre de par en par las puertas de Buckingham Palace
La nueva serie de Netflix cuenta los primeros años de reinado de Isabel II, pero también se adentra en los entresijos de la política de una época complicada en el Reino Unido. La reina veinteañera y un primer ministro octogenario centran la atención en los primeros compases de la ficción de Peter Morgan ('The Queen').
María José Arias
MADRID.- La historia reciente se ha convertido en fuente de inspiración para el plan de expansión y generación de contenidos de Netflix. Narcos, The Get Down y la futura Las chicas del cable son un ejemplo de ello. Unas toman como referencia una época para retratarla y otras adoptan personajes que existieron como punto de partida para crear series de ficción.
The Crown va un paso más allá. Británica desde su concepción, Netflix recurrió a un gran experto en adaptar acontecimientos y personas reales a la pantalla. Él es Peter Morgan, guionista dos veces nominado al Oscar por su trabajo en The Queen y El desafío. Frost contra Nixon, cuya mano y cuidado por el detalle se dejan notar en casi cada plano de The Crown. El resultado, un retrato no solo de los primeros años de reinado y juventud de Isabel II, sino un mapa de la sociedad y política británicas de aquella época. Eso sí, sin dejar en ningún momento de lado ese punto de crónica rosa que exige la historia.
Los dos primeros episodios, dirigidos por Stephen Daldry (Billy Elliot), sientan las bases de lo que va a ser The Crown. A saber, la historia de la familia real británica de puertas para dentro y cómo afrontaron cada hecho y acontecimiento importante que se vio de puertas para afuera con Isabel II siempre a la cabeza. Esa otra cara menos conocida pero bien documentada por parte de Morgan arranca en 1947, con la boda real, y pretende llegar hasta nuestros días con el paso de las temporadas. En ese largo periodo, un sinfín de acontecimientos, aventuras y desventuras de una familia expuesta a los medios nacionales e internacionales cuya cabeza más visible es la de Isabel II, protagonista no absoluta de la producción de época que hoy se presenta al público en Netflix.
No absoluta porque, si bien da la impresión de estar contado casi todo desde el punto de vista de ella –al menos en lo dos primeros episodios de los diez que la componen–, el título, The Crown (La Corona), da una idea de quién es la protagonista en realidad. No es otra que esa corona, la institución que simboliza el poder y la responsabilidad que recaen sobre la cabeza de una joven e inexperta Isabel que se ve abocada al trono ante la prematura muerte de su padre. En su nueva etapa está acompañada por un marido que la quiere y divierte, pero que quizá no está preparado para la que se les avecina a ambos.
Poder, política y familia en Buckingham, pero también en el número 10 de Downing Street, puerta que cruza Morgan para retratar los entresijos de un gobierno británico que bascula del monarca al primer ministro. El segundo, un cargo electo que sorprendentemente ha vuelto a caer en manos de un Winston Churchill ya octogenario con mucho carácter al que su partido cuestiona debido a su edad y que no se lo va a poner nada fácil a la nueva inquilina del trono.
'The Crown' es una serie sobre el juego de intereses entre unos y otros y de cómo una joven veinteañera afrontó un cargo para el que no estaba preparada bajo la atenta y minuciosa mirada de la opinión pública
Al final, The Crown es eso, una serie sobre el juego de intereses entre unos y otros y de cómo una joven veinteañera afrontó un cargo para el que no estaba preparada bajo la atenta y minuciosa mirada de la opinión pública y rodeada de personas, políticos y consejeros con una mayor preparación y conocimiento. Todo contado con agilidad y enriqueciendo la historia con matices que pueden parecer mínimos pero que dicen mucho de la época, la situación y la personalidad de cada uno de los personajes implicados. Gestos, miradas y comportamientos que parecen nada y lo son todo para dibujar a los protagonistas. Como a ese matrimonio joven y enamorado que empezó así y que tantos ríos de tinta rosa (y de otros colores) ha hecho correr a lo largo de las décadas. Ellos, y sus descendientes.
Claire Foy encarna a Isabel II, una joven divertida y dulce que adora a su padre y que esconde carácter y firmeza. Matt Smith (otrora Doctor Who) interpreta al Príncipe Felipe, un hombre enamorado de su joven esposa que no parece aceptar bien tanto boato y normas y no quiere renunciar a su carrera. Ambos, más que solventes en sus papeles, están arropados por un imponente John Lithgow como Winston Churchill y un acertado Jared Harris como el Rey Jorge VI.
'The Crown' viene a completar el hueco entre 'El discurso del rey' y 'The Queen', de la que Morgan también es responsable
The Crown viene a completar el hueco entre El discurso del rey y The Queen, de la que Morgan también es responsable. En la primera se narraba el ascenso al trono de Jorge VI en la piel de Colin Firth. En la segunda, cómo Isabel II (Helen Mirren) hizo frente a uno de los episodios más complicados de su reinado, y ha vivido muchos. Por su parte, la serie de Netflix recorre el espacio entre ambos periodos. Arranca con la enfermedad del rey, ese cáncer de pulmón que acabó con su vida prematuramente precipitando los acontecimientos y que Morgan retrata con delicadeza y respeto pero en toda su crudeza.
Las toses con sangre, las dificultades para respirar y esa operación bajo majestuosas lámparas de araña resultan claves a la hora de marcar el tono de una serie que no pretende ser ni un drama de época ni una saga familiar edulcorada. Nada de lo bonito de la vida en palacio. Si no, más bien, todo lo contrario. Morgan es todo un especialista en los retratos de épocas cercanas y en llevar a la pantalla a personajes históricos de todo tipo y condición. Lo hizo con la aplaudida The Queen, pero también con la rivalidades entre Frost y Nixon y Nicki Lauda y James Hunt en la vibrante Rush. Sabe lo que hace y se nota.
La serie creada por Morgan acerca al público esa versión menos conocida de Isabel II, su etapa como princesa y sus primeros años en el trono. Al menos para el público más joven, que sí que recordará los continuos escándalos de la corona británica con el Príncipe Carlos a la cabeza. Pero esa es historia futura para The Crown. De momento, abarca los primeros compases de un reinado que se prolonga ya 64 años y que da para unas cuantas temporadas.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.