Este artículo se publicó hace 15 años.
Sobejano cree que Cultura erró al abrir un nuevo concurso
El arquitecto dice que el proceso de adjudicación del Centro Nacional de Artes Visuales se dilató mucho
Discreto y serio, Enrique Sobejano (Madrid, 1957) es huidizo. De ahí que se le vea tranquilo tras poner punto final a la polémica sobre la adjudicación del diseño del edificio del Centro Nacional de Artes Visuales (CNAV), cuya segunda convocatoria se falló, como la primera –impugnada por el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE)–, a favor de su estudio: Nieto y Sobejano. “Ha sido un proceso demasiado largo, más de lo que nos hubiera gustado”, confiesa Sobejano, coautor del proyecto junto a Fuensanta Nieto. “Es un concurso que hemos tenido que hacer dos veces por una interpretación errónea de los colegios y del Ministerio de Cultura. Pero ha terminado bien”.
La adjudicación definitiva del proyecto al estudio madrileño se produjo el pasado 6 de julio. El presupuesto total está cifrado en algo más de 30 millones de euros: una partida "lógica para arrancar", valoró el discípulo del teórico británico Kenneth Frampton (Woking, 1930). Nieto y Sobejano disponen de un plazo de ocho meses para entregar el proyecto de ejecución y, a partir de ahí, se abrirá un plazo de 24 meses para llevar a cabo la obra. Según datos facilitados por el arquitecto, el 21% de la superficie corresponderá al Museo del Cine; el 20% al Centro de la Fotografía y de la Imagen; el 8% al Instituto de Creación y un 10% a espacios de exposiciones temporales. "Es un proyecto ambicioso", reveló.
El arquitecto se enfrenta a la fase de ejecución muy ilusionado, por el significado que tiene para él de dejar huella en su ciudad natal. "Si hay algo que hace distinto a este proyecto es que se sitúa en Madrid", valora. Aunque tampoco olvida las connotaciones urbanísticas del futuro CNAV, situado "en el final natural del gran eje Prado-Recoletos", que aglutina al Museo del Prado, el Thyssen, el CaixaForum y La Casa Encendida.
La seña de identidad del Centro Nacional de Artes Visuales es su fachada-pantallaEl edificio tendrá algo de la herencia que dejó en él Frampton. Algo que en el CNAV se traducirá en un diálogo muy personal entre para lo que Nieto y Sobejano significa el cine -lo translúcido, lo etéreo y dinámico- y lo pesado de la arquitectura del siglo XVIII. La seña de identidad del edificio será su fachada-pantalla: sobre la que podrán proyectarse creaciones artísticas gracias los paneles solares que se instalarán en el tejado de Tabacalera. Aunque para Sobejano el aspecto más sostenible no es ese sino "intervenir en un edificio ya existente". Una reflexión que lo lleva a pronunciarse sobre la verticalización de las estructuras urbanas ya existentes: "Soy favorable a densificar la ciudad, aunque no me gustan las generalizaciones y no creo en ellas. Cada caso debe estudiarse en concreto", matiza.
La sostenibilidad está más en reutilizar el edificio que en el uso de renovablesEl Centro Nacional de Artes Visuales dispondrá de varios accesos, según los usos que busque el visitante: mediateca, patio central (al modo del Reina Sofía), auditorio o exposiciones temporales. Se conservarán las tres plantas originales, aunque se ha pescindido de las cubiertas que se añadieron al tercer piso en el siglo XIX.
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