Este artículo se publicó hace 2 años.
'Ser o no ser', una serie luminosa e inspiradora sobre la realidad de un adolescente trans
La serie, protagonizada por Ander Puig, se estrena este miércoles en PLAYZ, la plataforma de contenidos digitales de RTVE.
María José Arias
Madrid-Actualizado a
Aceptarse a uno mismo y a los demás. De eso trata, en gran medida, Ser o no ser, una serie juvenil honesta y certera que habla el lenguaje de los adolescentes sin que eso resulte excluyente para un público más adulto. Sus grandes reclamos son su historia y la realidad que aborda, la de un chico trans de 16 años que lucha con el miedo al rechazo en una nueva etapa vital y educativa. Además, disfruta de un reparto tan bien equilibrado como carismático. Creada por Coral Cruz y producida por RTVE en colaboración con Big Bang Media (The Mediapro Studio), se estrena este miércoles en PLAYZ y ha contado desde el comienzo con asesoramiento por parte del colectivo trans, que acompañó al equipo en todo el proceso.
A Coral Cruz la idea de la historia de Joel (Ander Puig) le surgió tras conocer la de alguien muy cercano. En una cena con un grupo de amigas una de ellas les contó que su hijo estaba transitando. "Ahí vi que había una historia muy potente que explicar, que tenía todas las claves para poder ser una serie", explica la guionista y showrunner. Entonces estaba más vinculada al mundo del cine, pero apostó por el formato serie ya que, según sus propias palabras, le permitiría llegar mejor a su público potencial: los jóvenes. Aunque una vez terminada "nos estamos dando cuenta de que es más transversal de lo que pensábamos".
En un mundo como el actual, en el que Cruz destaca que "hay tantas opciones de ser, tantas cosas diferentes, tanto en tu orientación sexual como en tu identidad de género y otras muchas cosas", lo que se están encontrando con los visionados que han realizado de Ser o no ser es que los jóvenes "se sienten totalmente identificados y están muy dentro, pero creo que los adultos también. Porque hay unos personajes que conectamos con ellos, pero, más allá de eso, qué importante es estar al día de las cosas que están pasando y entenderlas desde su filtro. Porque lo que sí intenté desde el principio fue explicar la historia desde su mirada". Para conseguirlo contaba con el testimonio en primera persona de esa madre amiga suya y también con la ayuda de su propio hijo. Como Joel y sus compañeros, estudia Bachillerato escénico, por lo que "conocía bien qué tipo de personajes podían formar parte de ese universo". También la ayudó con el lenguaje. "Mi hijo era el filtro", resume.
Cruz buscó también "un acompañamiento" para construir con veracidad la historia de un chico trans. En su camino contó con el asesoramiento de dos miembros del colectivo, Damian Díaz (educador) y Miquel Missé (sociólogo). El primero, amigo suyo que como educador "ha acompañado a muchos jóvenes a transitar". A ella la "educó en lo que es el lenguaje inclusivo". Por otro lado, Missé dio una charla para todo el equipo. La grabaron y quedó a disposición de todo aquel que la quisiese consultar en cualquier momento. "Era muy importante que el propio rodaje fuese muy inclusivo y realmente lo conseguimos", añade la creadora de Ser o no ser sobre cómo fue la documentación y el aprendizaje para crear un ambiente inclusivo en el propio set acompañando en todo a Ander Puig, el joven actor que da vida a Joel.
Uno de los aspectos que llaman la atención de esta serie desde el primer episodio es el tono elegido. Podría haber sido un drama, pero, dentro del dramatismo que puede acompañar esta realidad, se aleja de la lágrima fácil y opta por dar cierta luminosidad a la historia. "Para mí era imprescindible no hacer un dramón de cortarse las venas. Todos los referentes previos que había visto eran que transitar siendo niño o adolescente era un drama para quien transitaba, pero también para su familia. No quería una madre coraje luchando contra el sistema ni una madre que rechaza la transición. Quería centrarme sobre todo en el conflicto interno del personaje, que aparentemente tiene todo a favor porque su familia lo acepta [salvo por esa excepción que se ve más adelante]", responde Cruz en este sentido. Quería que Ser o no ser "fuera una serie luminosa, inspiradora". Es algo que siempre tuvo claro "como showrunner, además de como guionista", y que le transmitió a la directora, Marta Pahissa. "Le dije: 'No quiero un dramón, tiene que tener la energía que tienen los jóvenes'", apunta.
Jóvenes con sueños y metas
Además de esa energía de los jóvenes, lo que muestra Ser o no ser es a unos chavales con metas e inquietudes en la vida. Ese es otro punto a destacar sobre sus intenciones a la hora de llevar a la pantalla la historia de Joel que Coral Cruz comentó en el transcurso de la entrevista. Y es que no pretendía hacer un retrato de una generación con el "único objetivo de beber, drogarse, tener sexo, porque lo que estamos viendo en mucha series, tanto españolas como anglosajonas, es eso. Y estás viendo durante cuatro temporadas una serie y no sabes qué quieren ser de mayores, sus gustos… Me parecía importante mostrar que los adolescentes de hoy en día también tienen sueños y quieren ser cosas. En este caso, en el ámbito del Bachillerato escénico, quieren ser artistas, quieren crear". Y cada personaje, por muy secundario que sea, disfruta de "su propio tránsito". No son solo 'el o la amigo/a de'. Todos realizan un viaje de aceptación a su manera y desde su punto de partida y llegada ayudando en su evolución a Joel de la misma manera que su recorrido contribuye al de otros.
La serie también les enfrenta a sus contradicciones. Porque, como se ve en la pantalla, son una generación más abierta, más moderna, más tolerante, pero, a su vez, se dan situaciones en las que sin saberlo demuestran tener interiorizados ciertos prejuicios de los que no eran conscientes. Hay en concreto una escena que muestra esa contradicción a la perfección y que funciona como un "juego de espejos", como apunta Cruz.
"Todas esas escenas que preparan y esos ejercicios que hacen [en clase] son pruebas para irse conociendo, para hablar de temas como qué es masculino y qué es femenino. Porque es verdad que nuestros jóvenes están muy abiertos a la diversidad pero no dejan de mamar de la misma fuente, porque lo masculino y lo femenino sigue estando como muy inculcado. Siguen manteniendo ciertos estereotipos y ciertos roles. Y luego está el propio juego de espejos que se crea con el espectador, que está aprendiendo de lo que está viendo", analiza la responsable de plasmar todo eso en el guion y que funcione tan bien como funciona en pantalla.
A Joel el espectador le conoce en el mismo punto que el resto de compañeros de clase (salvo sus dos mejores amigos). Eso es cuando el proceso de transición física ya está iniciado y el tratamiento ha hecho efecto. La decisión de elegir ese punto de la transición y no irse más atrás en el tiempo tuvo que ver con el hecho de que su guionista "quería huir de toda la parte más de transición física porque, cuando hablamos de transexualidad, es como que todo está centrado en los cambios físicos y se habla muy poco de los cambios emocionales y de lo que supone haber vivido socialmente con un género concreto y cambiar, aunque ellos se hayan sentido o reconocido siempre así. Había algo mucho más interesante ahí".
Eso posibilita que la trama se desarrolle por otros derroteros y que se facilite el conflicto y el dilema al que se enfrenta Joel sobre qué quiere contar de su historia y las implicaciones que hacerlo o no pueden tener tanto para él como para su entorno. Volviendo al hecho de que se trata de alumnos de Bachillerato escénico y de que el arte es un vehículo natural para dar rienda suelta a temas como la búsqueda de identidad, en Ser o no ser uno de los discursos capitales y que mejor funcionan es el del valor necesario para quitarse la careta ante el mundo y mostrarse cada uno tal cual es. Porque una parte importante de la identidad está en reconocerse y reconocer a los demás. Es el caso de Joel, pero también de su profesora, su madre (con una historia que merece ser descubierta yendo a ciegas) y sus compañeros.
El reparto de Ser o no ser, cuya temporada está compuesta de seis episodios de 25 minutos y para la que su creadora tiene ideas de cómo continuar si se apuesta por una segunda, lo completan las veteranas Anna Alarcón y Emma Vilarasau y como el resto de alumnos, Júlia Gibert, Berta Galo, Lion, Enzo Oliver, Nil Carbonell, Eduard Torres y Anna Bernal.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.